sábado, 19 de julio de 2008

Rememorando nuestras tradiciones y raíces.

La guelaguetza una forma diferente de entender e interpretar las tradiciones populares e indígenas en tiempos de neoliberalismo y consumismo. Para unos cuantos la guelaguetza significa ganancias, riquezas, afluencia turística y derrame económica. De todo lo que ingresa al erario estatal, cuánto realmente sea ha destinado para los servicios sociales para que los pueblos originarios superen la pobreza y el abandono en que los ha mantenido el régimen.

Los ciudadanos tenemos el deber y el derecho de estar enterados en que se gastan los millones de pesos que deja la guelaguetza que se ha convertido en mercadotecnia cultural en la que exhiben a hermanos indígenas que por una torta vino a la ciudad colonial de Oaxaca para representar a una realidad falsa en la que vivimos los oaxaqueños.

Para los pueblos indígenas la guelaguetza representa ayuda mutua una tradición que no se comercializa, que no se exhibe, simplemente se refleja en la vida comunitaria. Una tradición que está siendo minada por las ideas anglosajonas que inconcientemente los paisanos practican por la transculturación sufrida después de haber vivido por mas 15 anos en los EE.UU.

La batalla por la sobre vivencia de las tradiciones culturales también están siendo golpeadas desde las estructuras del poder, que las patentizan y controlan para venderlas al mejor postor, guelaguetza en la que no llegan los pobres que perciben el salario mínimo de 49.00 por día, fiesta en la que le dan un portazo al pobre artesano que podría exhibir los productos que ha creado con sus manos trabajadoras, todo lo contrario, acarrearan personas cual rebaños para abarrotar el auditorio entre el cerco policíaco anunciado, las señoras catrinas y las esposas de los funcionarios deleitaran la danza de la pluma, la tortuga, el jarabe mixteco, etc. Mientras que los espectadores miran, los que bailan les ruge el hambre no de un día, sino de años, al término del evento todos volverán a sus terruños a seguir soportando la carencia y la falta de empleos en el que unos quizás no volverán a participar en el próximo año por que se irán al norte a buscar empleo.

Gobiernos van y gobiernos vienen, pero siguen los mismos modelos de hambre y de saqueo en el que los neoliberales trazan la estrategia de controlar y acumular más riquezas, que no van a dar a los pueblos para su desarrollo.

Oaxaca rica en recursos naturales, con ausencia de políticas para crear empleo y propiciar el desarrollo del campo, para salvarnos de la vorágine de la crisis alimentaria. Estamos en los tiempos en el que el pez grande se come al chico, y los vívales del poder se embolsan cuánto dinero pueden amasar, hoy son los nuevos ricos de Oaxaca.

Ahora el gobierno no está atado de manos ni es fiscalizado por el pueblo, para que rinda cuentas del derrame económico. Hoy, muchos con conciencia de la realidad han dejado de creer en las instituciones y el gobierno, unos se quedan mirando, otros se organizan para desarrollar la guelaguetza popular pero sin pactos con el tirano. Dos guelaguetzas la popular en la que participa el pueblo, y arriba en el cerro llegaran los de la clase high con sus acarreados. Si unos creen que todo está en paz en realidad falsa interpretación, son dos poderes los que se expresan reflejando una dualidad de poder, eso muestra una vez más la debilidad del régimen Ulisista y que la lucha continua.

Por CASTULO LOPEZ

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