martes, 22 de abril de 2008

Del Paso no pasa

Razones para desconfiar

Fue presentado por López Obrador como miembro del Comité de Intelectuales en Defensa del Petróleo, como tal firma cartas publicadas en la prensa nacional, suscribe afirmaciones y conceptos pero, también, escribe artículos asumiendo explícitamente las propuestas privatizadoras del gobierno, dice que deben perforarse 18 mil pozos porque lo dijo Kessel, descalifica a la resistencia y adorna la entrega del petróleo a las transnacionales. “Hay que apechugar”, dice. “Más vale, pienso yo, compartir nuestra riqueza con los ladrones que nuestra miseria con nadie”.

El 15 de abril, Del Paso escribió: “Con esta contribución me incluyo y me retiro al mismo tiempo del llamado debate sobre el petróleo … me retiro porque no tengo la capacidad, o en otras palabras, la preparación, los estudios necesarios para opinar sobre las implicaciones tecnológicas y económicas de una reforma energética”. ¡Bien!

Después, dijo: “Sí pertenezco, en cambio, a esa mayoría total –quiero pensar que lo es– de mexicanos que estamos dispuestos a defender a ultranza nuestro petróleo. ¿Quién no lo está?”.

A la manera de López Velarde, Del Paso reconoce que “el petróleo es un regalo que nos dio el Diablo”. El escritor repasa algunas experiencias relacionadas con el petróleo y las transnacionales apoyándose en Las Venas Abiertas de América Latina (de Eduardo Galeano) y la Enciclopedia de México (de Rogelio Alvarez). En su primera entrega concluye que “Es, pues, la historia, y no la histeria, la que nos proporciona razones más que suficientes para desconfiar de nuestra asociación con cualquier empresa extranjera”.

Mala lectura del artículo 27

Citando a Narciso Bassols, sobre la crítica que éste hizo a una propuesta de reforma petrolera de Avila Camacho, Del Paso afirma en una segunda entrega (16 de abril) que “el propósito de privatizar Pemex, o al menos parcialmente, nació casi al día siguiente de la nacionalización”.

Muy pronto reconoce, afirma y concluye que “Pemex está arruinado, entonces no hay más remedio que admitir el ingreso de la inversión privada” (sic) porque, según dice, “la triste realidad es que Pemex está arruinado”. Por supuesto, no explica la situación productiva y financiera de Pemex ni los elevados ingresos que obtiene. Sí se hace referencia a la corrupción concluyendo su desconfianza “también de las inversiones privadas de nuestros tiburones locales”.

Para justificar la participación privada en Pemex, Del Paso afirma que “El artículo 27 prohíbe expresamente los contratos de riesgo, pero no los de desempeño”. Sin embargo, No es así. El artículo 27 prohíbe todo tipo de contratos en materia de hidrocarburos. En el párrafo 6º. se expresa textualmente que “En esta materia no se otorgarán concesiones ni contratos a los particulares”. A partir de algo explícitamente prohibido, Del Paso se pregunta “¿Por qué no, entonces, buscar contratos de desempeño con empresas nacionales?”.

El escritor toma nota de lo que se dice en la televisión e indica haber entendido que “la autonomía de Pemex no significaría que esta empresa pudiera hacer lo que le diera en gana porque el Estado seguiría siendo el rector de la empresa”. Esto es, repite el falso discurso del gobierno y voceros oficiosos en un contexto en que el Estado está contra Pemex.

Comité de intelectuales de AMLO

El 25 de marzo AMLO dijo en el Zócalo: “les informo que se ha constituido un Comité de Intelectuales en Defensa del Petróleo con hombres y mujeres que además de ser grandes escritores, son buenos ciudadanos mexicanos. Este comité está integrado por Sergio Pitol, José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis, Elenita Poniatowska, Fernando Del Paso, Margo Glantz, Enrique González Pedrero, José María Pérez Gay, Lorenzo Meyer y Arnaldo Córdova”.

El 27 marzo se publicó en la prensa una carta que expresaba: “Privatizar, con el nombre que se le quiera dar, es despojo triple: a la gran herencia de la soberanía, a la nación de hoy y a las generaciones siguientes. Oponerse a la privatización del petróleo es sustentar las realidades y las esperanzas en la ley”. Firma un grupo ampliado de intelectuales incluyendo a Del Paso. En los siguientes días, ese comité ha publicado frecuentes cartas.

¡Qué manera de defender el petróleo!

En la tercera entrega (17 de abril), Del Paso se deslinda de la defensa del petróleo. Un debate nacional le parece una aspiración legítima siempre y cuando se transmita por la televisión privada. El bloqueo de las instalaciones del Senado por las Adelitas “fue, en un principio, justificable”. Respecto a la posibilidad de que las 5 iniciativas PRIVATIZADORAS de legislación secundaria fueran aprobadas en fast track, el escritor expresó que “tal vez ese temor era infundado”. Acerca de la toma de las tribunas parlamentarias, dijo que “la invasión (sic) de las tribunas de ambas cámaras no se justifica tan fácilmente”. De manera harto cuestionable escribió que “Todos aquellos que votamos por un senador o un diputado perredista, lo hicimos para contar con un legislador que representara aquellos de nuestros intereses que parecían coincidir con los suyos, y no para que boicoteara las actividades del propio Congreso al que pertenece, en el cual, y no en ninguna otra parte, debe defender esos intereses”.

Del Paso insistió en un debate transmitido por la televisión privada pero lo concibe solamente entre legisladores y entre cuatro paredes. “Habrá que dejar a los legisladores en paz y en libertad para que legislen donde deben legislar”, escribió. Luego afirmó algo realmente pueril: “Si de cualquier manera en una sesión extraordinaria se toma una decisión al vapor, que sepan de una vez los señores legisladores que el pueblo mexicano no lo va a tolerar”.

El defensor del petróleo mexicano señaló que “cada uno de los puntos principales presentados por Felipe Calderón exige una consideración cuidadosa y, en la medida que sea posible, desapasionada. Sin gritos ni sombrerazos. Pero también sin bloqueos de calles o aeropuertos que no sólo servirán para exacerbar a los ciudadanos que estamos hartos ya de manifestaciones” (sic).

¿Cuáles 18 mil pozos?

“Por otra parte, es absurda, en mi opinión, la pretensión de que este debate desemboque en un referéndum”. Dijo, entonces, que “Conocemos desde ya la respuesta: No. Pero este No no nos serviría para la perforación, en un futuro cercano que se nos echa encima, de más de 18 mil pozos, tal como lo asegura Georgina Kessel –y quiero creer que es verdad–, para garantizar que Pemex vuelva a ser la gran industria que fue en el pasado”.

¿De dónde salieron esos 18 mil pozos que hay que perforar? Si lo dijo Kessel, la declaración no es confiable pues esa señora no sabe cómo se llama. Debe señalarse que, la perforación proyectada de pozos se refiere a los recursos prospectivos en el Golfo de México y que, tales recursos son de petróleo NO descubierto. Por otra parte, la secretaría de energía (Sener) y Pemex han dado a conocer dos escenarios de perforación para las tres décadas siguientes, uno, consistente en 1 mil 700 pozos y, el otro, en 3 mil pozos. Si Del Paso cree que lo dicho por Kessel es verdad, es su problema.

Después, Del Paso continúa repitiendo el discurso del gobierno al parecer convencido del mismo, “porque la grandeza que nos interesa no es la que cubra de gloria a la patria, sino la que solucione nuestro futuro. Si para esto no nos queda más remedio que acudir a la participación de la inversión privada … hay que apechugar y hacerlo, siempre y cuando, en verdad de verdad, el Estado mexicano continúe siendo rector de nuestra industria petrolera”.

Para concluir, el novelista expresó que “Ésta es mi opinión, personalísima, y la asumo con la conciencia limpia. Si alguien o álguienes piensan que no, que me queda sucia, es problema de ellos, no mío. Más vale, pienso yo, compartir nuestra riqueza con los ladrones que nuestra miseria con nadie”. ¡Vaya manera de defender el petróleo! ¡Qué manera de aprender de la historia!

Algunos han publicado cartas pidiéndole al maestro que no se reitre del debate y que siga iluminándonos con sus opiniones “personalísimas”. ¡No, por favor!

Frente de Trabajadores de la Energía, de México

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