Los activistas de la Resistencia Civil Pacífica son agredidos en un Pelele Alert

5 de Noviembre de 2007. Nuevamente hubo un pelele alert en el zócalo de la Cd. de México, sólo que esta vez tuvo como peculiaridad la agresividad del Estado Mayor Presidencial, la Policía Federal Preventiva e incluso de la Policía del Distrito Federal, siendo estos últimos quienes agredieron al compañero Fernández Noroña y a otros cuatro compañeros cuando desde la Puerta Mariana de Palacio Nacional, los llevaron a empujones hasta el monumento a la Fundación de la Ciudad de México – Tenochtitlan.

Posteriormente, el segundo acto de agresión lo sufrimos (si yo incluido) siete compañeros que junto con otros diez compañeros nos disponíamos a cerrar la calle 20 de Noviembre, solo siete logramos pasar el cerco militar pero ello provocó que nos rodearan los del EMP y la PFP y nos agredieran física y verbalmente.

El tercer acto de violencia se dio cuando llegó el Usurpador y unos compañeros comenzaron a jalar las vallas y los elementos del Estado Mayor Presidencial respondieron pateando las vallas e insultándonos.

Después de estos hechos, llegó con nosotros Noroña quien nos informó de las agresiones sufridas y se trasladó a edificio del Gobierno del Distrito Federal, a efecto de que lo recibiera el Secretario de Gobierno, sin embargo, éste no se molestó ni siquiera en mandarnos a un chalán, por lo que nos regresamos a la plancha del zócalo, donde además nos dijo que los del EMP le habían quitado sus teléfonos celulares a una compañera y a él, por lo que cuando nos dejaron acercarnos a la Puerta Mariana de Palacio Nacional – ya que el pelele se había ido – Noroña nos comentó que íbamos a cambiar celulares por una camioneta y rodeamos una que se encontraba frente a Palacio, dicha camioneta la tapizamos de calcomanías contra el gasolinazo y de la película FRAUDE: México 2006.

La cereza en el pastel fue cuando después de cantar el Himno Nacional, y atravesarnos hacia la plancha del zócalo, pasó un camión del ejército, el cual también fue víctima de nuestras calcomanías, que de una manera torpe un soldado de las Guardias Presidenciales trataba de quitar.