domingo, 30 de septiembre de 2007

Milicias: Blackwater no es la única

Manlio Dinucci

2007-09-25

Il Manifesto

Traducido por Karen García y revisado por Antonia M. Merconchini, del Equipo de Traductores de Cubadebate y Rebelión

Después de la enésima masacre de los mercenarios de Blackwater en Bagdad, el gobierno iraquí acaba de retirarle la licencia a esa empresa y anunció que revisaría el estatus de todas las “compañías de seguridad” extranjeras que operan en el país. Algo bastante difícil: “La empresa Blackwater – según publicara el New York Times el 18 de septiembre – desempeña un papel esencial en las operaciones estadounidenses en Iraq".

Blackwater es la mayor de las empresas “contractuales militares privadas” que operan en Iraq y Afganistán. Fue fundada en 1997 por un ex comandante de los Navy Seals y cuenta con cinco compañías especializadas. Se define a sí misma como "la compañía militar profesional más completa del mundo”, que tiene entre sus clientes, además de las empresas multinacionales, al Pentágono y al Departamento de Estado. Se especializa en la “imposición de la ley, el mantenimiento de la paz y las operaciones de estabilidad”. En la práctica, lo que posee es una licencia para matar. Un documento del comandante estadounidense, hecho público por el New York Times en abril de 2004, autoriza a las compañías militares privadas presentes en Iraq, a hacer uso de la “fuerza letal” para su autodefensa, pero también para “defender la propiedad” y para “detener, arrestar y registrar a civiles”. No se sabe con certeza a qué cantidad asciende el personal de Blackwater en Iraq; quizás a 1.500 hombres, aunque según el New York Times, “es imposible saber el número exacto”.

Según el New York Times, el Pentágono confirmó, sin embargo, que en Iraq operan, conjuntamente con las fuerzas estadounidenses, aproximadamente 126.000 contratistas, una cantidad que se acerca al total de la fuerza militar estadounidense desplegada en ese país (aunque a inicios de julio, Los Angeles Times hablaba de 18.000 contratistas, incluyendo los encargados de las misiones de apoyo y seguridad, o sea, un número superior a los 160.000 militares estadounidenses presentes en Iraq). Esto se enmarca en la “estrategia de outsourcing” (subcontratació n) adoptada por la administració n Bush para Iraq y Afganistán. Un número creciente de funciones, que asumían anteriormente los militares, se confía ahora a las compañías privadas, incluidos la “garantizar la seguridad” y “los interrogatorios a prisioneros”. Los contratistas no sólo entrenan a las fuerzas armadas locales, sino que participan en las acciones de combate. Muchos de ellos provienen de las fuerzas especiales y de los servicios secretos en busca de ingresos: un comandante privado puede ganar más de 300.000 € cada año. (¿Leyeron bien? 300.000 € cada año, o sea 25.000 € mensuales, 163.989 de nuestros pobres francos de antes del euro, CADA MES, no cada año, cada mes.)

Otra gran compañía militar privada es DynCorp International, la que se define a sí misma como “empresa global multiforme”. Con un personal de decenas de miles de especialistas, opera principalmente en el Oriente Medio, los Balcanes y América Latina, para el Pentágono, la CIA, el FBI y el Departamento de Estado. Se ha especializado igualmente en las tecnologías de la información; y tan bien que el Pentágono, la CIA y el FBI le han confiado la gestión de sus archivos informáticos. Esta empresa alcanzó un gran auge cuando la californiana Computer Sciences Corporation, especializada en las tecnologías de la información y con muy buena posición en el Pentágono, la compró. Así lleva a cabo su misión la empresa DynCorp; una misión que consiste en ayudar "al gobierno estadounidense a instaurar la estabilidad social gracias a un sistema de gobierno democrático”. Una foto emblemática muestra a Karzai (presidente afgano) pronunciando su discurso por el “día de la independencia afgana”, rodeado de elegantes guardaespaldas de DynCorp, armados con grades fusiles ametralladoras. Pero hay otro sector, no muy adornado por la publicidad, en el que DynCorp se destaca: el de las operaciones secretas confiadas por la CIA y por otras agencias federales.

En Colombia, Bolivia y Perú, participa en operaciones militares oficiales contra el tráfico de drogas. Un campo en el que esa sociedad anónima de la guerra ha adquirido una vasta experiencia, desde que, en los 80, ayudó a Oliver North a abastecer de armas a los contra nicaragüenses por orden de la CIA (y gracias al premio Nóbel de la Paz, Henry Kissinger).

En los 90, e igualmente por orden de la CIA, entrenó y armó el UCK (por sus siglas en albanés, Ejército de Liberación de Kosovo) en Kosovo (pero eso fue antes de que llegara Bernard Kouchner, ¿quizás futuro premio Nóbel de la Paz?). Podemos estar seguros que actualmente la DynCorp, así como la Blackwater y las otras, lleva a cabo operaciones secretas en Iraq y Afganistán.

Edición del martes 18 de septiembre de 2007 del periódico Il Manifesto.
http://www.ilmanife sto.it/Quotidian o-archivio/ 18-Settembre- 2007/art48. html

Manlio Dinucci es un periodista italiano que escribe regularmente en el diario comunista Il Manifesto.
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De: Redaccion Cubadebate oice05@oice. oa.ce.cu


¿Cómo es posible que nos hayamos convertido en un refugio para supuestos terroristas?

Lawrence Wilkerson

Cubadebate
2007-09-24

Publicado el 20 de septiembre de 2007 en The Havana Note (BLOG) http://thehavananot e.com/about. html
Traducido por
www.antiterroristas .cu


Participé en una conferencia que dio Leonard Weinglass (el de Daniel Ellsberg/los famos Papeles del Pentágono, el de las tribulaciones de Amy Carter, y otros famosos esfuerzos por lograr justicia en momentos en los que todo estaba en contra) en la Facultad de Derecho de la Universidad Howard el miércoles, 12 de septiembre. Me quedé pasmado por lo que reveló el abogado Weinglass.

Como militar durante 31 años, ocasionalmente me tropecé con Cuba. En ejercicios de entrenamiento, recuerdo vívidamente que en simulacros de combate en “el escenario cubano” lo que sucedía era que la marina norteamericana, el FBI, la Policía Estatal de la Florida, la Guardia Costera, y otros, nos veíamos envueltos no en invadir a Cuba, sino en evitar que un grupo de cubano-americanos de la Florida lo hiciera. Pudiera agregar que tales acciones violaban las leyes de Estados Unidos, y por eso en los entrenamientos –que eran desde mi punto de vista muy realistas– nos dedicábamos a tratar de impedir a varios cientos de pequeñas embarcaciones, cargadas de armas automáticas, explosivos, y muchos cubano-americanos, que llegaran a Cuba. Así que yo estoy familiarizado con algunas de las rarezas de la política de Estados Unidos hacia Cuba.

En la Universidad Howard la pasada semana conocí la verdad acerca de otra de estas rarezas – el caso de “los Cinco Cubanos”. Aquí tienen algunos antecedentes.

Como el gobierno cubano había llegado a la misma conclusión que los militares norteamericanos y no quería ser invadido por un montón de cubanoamericanos de la Florida, decidió enviar a cinco cubanos a la Florida a espiar a este “grupo invasor”. (Y lo que yo no he mencionado es que este grupo de habitantes de la Florida es considerado por las autoridades cubanas como un grupo terrorista. ¿Por qué? Porque durante años este grupo supuestamente ha llevado a cabo actos terroristas en Cuba y ha asesinado a cerca de 3000 cubanos. Uno de estos actos fue el derribo de un avión civil cubano con 76 almas a bordo, las cuales todas perecieron).

Cuando estos cinco cubanos empezaron a informar a La Habana acerca de lo que ellos estaban descubriendo en la Florida, el cuadro se aclaró. Rápidamente, las autoridades cubanas se convencieron de que su país realmente tenía mucho de qué preocuparse.

Así que, en La Habana pensaron, vamos a darle estas evidencias que nuestros cinco “espías” han reunido al FBI. Seguramente, el FBI entenderá lo que ya entienden los militares estadounidenses, es decir, que la amenaza a la paz en el Estrecho de la Florida es en la Florida no en Cuba, Y así fue que la haban hizo justamente eso. Le entregó al FBI la evidencia que sus cinco hombres habían reunido en el sur de la Florida.

¿Qué hizo el FBI? Bueno, este es el quid de la cuestión. El FBI le entregó las evidencias al gobierno de Estados Unidos, y este a cambio utilizó la evidencia no para investigar y, de ser necesario arrestar y juzgar a los cubano-americanos infractores de la ley y a sus seguidores en el sur d ela Florida, sino que arrestaron y finalmente apresaron de por vida a los cinco hombres que “espiaron” a estos buenos y leales ciudadanos de la Florida.

Cuando el caso fue a juicio, se justificaba un cambio de sede y así se solicitó porque ningún tribunal de Miami iba a darle a los Cinco un juicio justo, ya que la ciudad está en buena parte en las manos de algunos de esos mismo cubano-americanos y sus seguidores que han supuestamente perpetrado estas atrocidades al pueblo cubano y que están preparados para invadir la isla. Pero la moción de cambio de sede fue denegada. Y por supuesto los Cinco fueron condenados.

Pero en la apelación, en una decisión tomada por tres jueces de la Corte de Apelaciones del Onceno Circuito, los resultados del juicio fueron descartados – como por supuesto debían serlo sólo por haber se denegado la moción de cambio de sede. Los Cinco regresaron a Cuba y a sus familias, ¿cierto?

No, porque en un pleno de la Corte del Onceno Circuito con todos sus 12 miembros presentes, la decisión de los tres miembros fue revocada y los Cinco volvieron a la cárcel, donde ellos han estado ya por nueve años.

Mientras escribo el caso está siendo revisado una vez más. Esta es una de las razones por las que Leonard Weinglass ha dado esta conferencia de la Universidad Howard a la cual yo asistí. El quiso informarnos de este aparentemente atroz injusto fallo y solicitar nuestro apoyo en lograr que esta decisión sea revocada.

Si los hechos son como los expuso el abogado Weinglass, es difícil creer que este caso, en primer lugar, haya ocurrido, a menos, por supuesto, que uno tenga en cuenta el poder real de este grupo de cubano-americanos en la Florida y el control que ellos ejercen sobre el gobierno de Estados Unidos.

Pero este caso como que se lleva las palmas: castigar con cadena perpetua a hombres que vinieron aquí para determinar cómo y cuándo su país iba a ser atacado por personas que violan las leyes norteamericanas. Estos hombres estaban desarmados, no intentaron hacer ningún daño físico a Estados Unidos, y sus motivos eran proteger a sus conciudadanos de una invasión y de reiterados ataques por parte de cubano-americanos que viven en la Florida.

Y debemos preguntarnos también, ¿cómo es que nos hemos convertido en un refugio para supuestos terroristas? ¿Cómo es que nosotros – los Estados Unidos de Norteamérica – podemos tener un puesto en nuestra propia lista de estados patrocinadores del terrorismo?

Si los hechos son como el abogado Weinglass contó, este caso realmente llega al fondo del foso. Me costó mucho trabajo creerlo, pero no tenía nada con lo cual refutar la magnífica presentación del Sr. Weinglass. Pero más que eso fueron mis cuatro años dentro de la administració n Bush. Saben, yo conozco las profundidades a las cuales nuestro gobierno es capaz de sumergirse. Tortura. Mentiras. Falsas informaciones de inteligencia. Tiranía. ¿Es realmente tan increíble la continua incapacidad para resolver de forma justa este caso en contra de los Cinco, incluso aunque comenzó en la segunda administració n Carter, cuando actúan en contra los personajes de la actual administració n?

Hablé con su congresista, por favor. Esto es una farsa. Y, por cierto, si usted puede refutar algo de lo que sostiene el Sr. Weinglass, ¡hágalo! Estados Unidos tiene tantas acciones desastrosas en su cuenta de descrédito en este momento, que eliminar una de tanta importancia sería un regalo de los dioses.

-Lawrence Wilkerson*
Coronel (Retirado) Ejército de Estados Unidos

*Lawrence Wilkerson es conferencista en el Programa de Honor de la Universidad George Washington. Sus últimos cargos en el gobierno fueron como Jefe de Depacho del Secretario de Estado Colin Powell (2002-05), Director Asociado de la Oficina de Planeamiento Político bajo la dirección del Embajador Richard N. Haass, y miembro de la oficina responsable de Asia del este y Pacífico, los asuntos político-militares y legislativos (2001-02). Antes de trabajar en el Departamento de Estado, Wilkerson sirvió 31 años en el ejército de estados Unidos, incluyendo asistente especial del General Powell cuando fue Jefe del estado Mayor Conjunto (1989-1993) y director y subdirector del Colegio de Guerra del Cuerpo de Marines en Quantico, Virginia (1993-97). Wilkerson se retiró del servicio activo en 1997 y pasó a trabajar como asesor del general Powell.
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Enviado por
Revista Koeyú Latinoamericano

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