sábado, 22 de septiembre de 2007

El desafío de Ivonne Ortega

Feliciano Hernández

felicianohg@yahoo.com.mx

La priísta Ivonne Ortega, al rendir protesta como gobernadora de Yucatán, arrancó su mandato con tres decretos: el más trascendente encaminado a reducir en 50% su sueldo (para quedar en alrededor de 70 mil pesos mensuales netos, dependiendo del punto de referencia que se tome para el cálculo). ¿Qué pensarían los ahí reunidos para escuchar su mensaje inaugural? Había gobernadores, altos funcionarios, legisladores, empresarios y un largo etcétera. Se puede apostar que los incomodó, considerando que ese insólito desafió es una gran respuesta a un viejo reclamo popular de poner límites a los altos sueldos de los funcionarios. Sobre todo a la perredista Amalia García, ahí presente, quien con la bandera de la izquierda y la de poner alto a los abusos con las arcas públicas, que es también evangelio del PRD, llegó al gobierno de Zacatecas, y todavía es hora que no se le escucha a ella ni a otros gobernantes de ningún partido un anuncio de tal magnitud.

Cabe insistir: el poner un alto definitivo a la tendencia de la clase política de asignarse sueldos elevadísimos, comparados con los que perciben sus homólogos en otros países desarrollados, ha sido un reclamo popular latente.

También hay que recordar que al iniciar su gobierno Felipe Calderón alzó también esa bandera de reducirse el sueldo (en 10%), pero lo más trascendente fue su iniciativa de ley para fijar y regular las percepciones de la alta burocracia, en la que destacaba la propuesta de que nadie en el país ganara más que el titular del Ejecutivo federal. Lo cual suena muy razonable. Porque, como es sabido, muchos funcionarios incluso de nivel municipal, desde hace muchos años se adjudican sueldos mucho mayores a los del mismo presidente de la República. Lo malo es que los legisladores al parecer mandaron a la congeladora semejante propuesta. Pero no está de más recordárselos.

No debe olvidarse que el excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador había propuesto una significativa reducción de las percepciones de la alta burocracia y desde su gestión como jefe de Gobierno del Distrito Federal, en 2003 envió al secretario de Hacienda una propuesta para reducir los sueldos de la clase gobernante en 30%. Con eso, aseguraba el perredista, el erario se ahorraría más de 120 mil millones de pesos al año, mismos que podrían reasignarse a otras áreas con requerimientos urgentes. Esa propuesta de López Obrador fue planteada en el marco de la discusión que cada año padece México en relación a las negociaciones de los presupuestos anuales.

También cabe recordar que el propio López Obrador al iniciar su gestión en el Distrito Federal, redujo en 15% los sueldos de su gabinete legal y ampliado y no sobra destacar que durante su gestión la nómina del DF fue la más baja en todos los órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal), que era en promedio casi la mitad de lo que se cobraba a nivel federal (más de 150 mil pesos netos para los puestos mayores). Aunque fue un bajo porcentaje aquel descuento de López Obrador, sentó un precedente.

También hay que señalar que al respecto ha habido otras propuestas. Este mismo redactor apuntó en un artículo, en aquellos días en que López Obrador intentaba convencer al secretario de Hacienda, en el mismo sentido de reducir los sueldos, pero no un 30%, como planteaba el tabasqueño, sino un 50%, como lo acaba de decretar Ivonne Ortega para sí misma. La base para semejante consideración era que, tomando en cuenta todas las percepciones brutas, prestaciones, prerrogativas, bonos y un largo etcétera, aun con una reducción del 50%, todavía les quedarían unas percepciones muy decorosas a los funcionarios. Subráyese, esto comparado con los emolumentos otorgados a los servidores públicos en otros países incluso de mayor desarrollo que México.

Podría pensarse que el proponer una reducción de los muy altos sueldos en la administración pública y empresarial, de un 50%, parecía un disparate de alguien desempleado. Pues ya se vio que no. Por lo menos ya no es uno solo el disparatado. Quién sabe hasta dónde pueda llegar este lance de la flamante gobernadora Ivonne Ortega de reducirse el sueldo en 50%, pero ojalá que cumpla y estemos en el inicio de un efecto dominó en tal sentido: una nueva conciencia ética y moral en el ejercicio del gobierno. Por el bien de ella, de los yucatecos y de todo México.

Se trata de algo de la mayor relevancia, no sólo de un instante de protagonismo. Pero ni los académicos ni los brillantes analistas y periodistas, ni los famosos conductores de medios masivos, mucho menos otros políticos de izquierda o derecha han hecho eco y no lo harán. ¿Sabe alguien por qué? Porque en el sueño de casi todos, lo importante no es bajar los muy altos sueldos, sino ocupar el lugar de aquellos que ya están en el poder y ganar mucho dinero en el menor tiempo posible Por suerte la realidad también tiene cabida para las noticias más inesperada

Fuente: Forum en linea.

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