jueves, 19 de septiembre de 2013

La exigencia de llegar al Zócalo desarticula la marcha de maestros


Laura Poy y Karina Avilés

La marcha hacia la Plaza de las Tres Culturas, encabezada por Rubén Núñez Ginés, dirigente del magisterio oaxaqueño, concluyó con la exigencia a gritos de llegar al Zócalo capitalino –como se tenía previsto originalmente–, lo que ocasionó que la mayor parte del contingente permaneciera por más de una hora en las inmediaciones de Tlatelolco, y otro grupo de docentes y jóvenes estudiantes se aproximara por su propia cuenta a la Plaza de la Constitución.

El hecho de que la mayoría de los manifestantes no había llegado a la explanada –mudo testigo de la masacre estudiantil de 1968– antes de que concluyera el apresurado mitin, así como el intempestivo aviso del cambio de ruta, generó que los ánimos se encendieran al grado de que profesores inconformes abuchearan a su líder con gritos de ‘‘¡vendido, vendido!’’

Ante ello, Núñez Ginés salió a toda prisa de Tlatelolco, resguardado por cinco maestros. Tras abordar una camioneta blanca, el representante magisterial desapareció, al igual que el resto de los jefes de la estructura seccional de la coordinadora.

Un grupo decide ir a la Plaza de la Constitución y es interceptado

Pese a que en su accidentada salida el dirigente oaxaqueño expresó que la situación ‘‘no se salió de control’’ e insistió en que la definición de ir a la Plaza de la Constitución –de donde fueron desalojados el pasado viernes– sería tomada ayer por la noche en la Asamblea Nacional Representativa (ANR), el grupo que arribó a las cercanías del Zócalo también bloqueó por casi una hora Paseo de la Reforma y Guerrero.

Ahí, los manifestantes se burlaron de los policías al hacerles creer que buscaban enfilarse nuevamente al Centro Histórico, pues mientras un pequeño grupo daba vueltas a la fuente instalada en ese punto, los cientos de uniformados instalaron un cerco, según se movían los inconformes.

A las 10 de la mañana, las columnas del magisterio disidente comenzaron a agruparse en el Monumento a la Revolución. La mayoría de quienes participaron en la protesta fueron profesores de Valles Centrales y Mixteca, y en una menor cantidad los de las cinco restantes regiones oaxaqueñas y de entidades como Veracruz, Chiapas, Michoacán, Puebla, estado de México y Distrito Federal.

Después del magisterio, se colocaron estudiantes de universidades y escuelas normales públicas, entre ellas la Nacional Autónoma de México, Autónoma Metropolitana, Autónoma de la Ciudad de México, Benemérita Escuela Nacional de Maestros y la Nacional de Antropología e Historia. El contingente era tan largo que mientras la vanguardia se adentraba a la Plaza de las Tres Culturas, la retaguardia aún estaba en Paseo de la Reforma en su cruce con avenida Hidalgo. La dirigencia inició el mitin en una plaza sin lleno total, pues la mayoría de los manifestantes estaban aún en Eje Lázaro Cárdenas, Flores Magón y Reforma.

En el memorial dedicado a las víctimas del 68, se concentraron Núñez Ginés, el secretario de la sección 18 de Michoacán, Juan José Ortega Madrigal, y el representante de la sección 9, Gonzalo Martínez Villagrán, para dar el mensaje político.

Ortega Madrigal expresó que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) no ha renunciado al derecho de regresar al Zócalo para exigir la abrogación de la reforma educativa y la democratización del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

Entonces, el líder señaló que en la asamblea revisarían los ‘‘números’’ de los profesores movilizados en la ciudad de México, porque ‘‘no es justo que sólo Oaxaca se ponga al frente arriesgando la integridad de sus contingentes’’. Los inconformes comenzaron a increpar a sus dirigentes al grito de ‘‘¡Zócalo, Zócalo, Zócalo!’’

Pero la crispación estalló cuando tomó la palabra Núñez Ginés, pues la demanda ya era insistente. El oaxaqueño no tuvo otra salida que hacer frente a la exigencia: ‘‘El regreso a la Plaza de la Constitución es uno de los acuerdos que hemos tomado, pero que tenemos que revisar en la ANR’’. Las rechiflas aumentaron cuando expresó que los profesores deben disciplinarse a la decisión de la citada asamblea, y tienen que regresar a la reorganización, porque es una ‘‘gran necesidad del movimiento’’.

Y el descontento creció: ‘‘¡Para eso nos trajiste!’’, seguido de ‘‘¡Vendido, vendido, vendido!’’ para luego corear: ‘‘¡Urgente, urgente, cambiar al dirigente!’’. Cerraron con ‘‘¡Vete solo, no venimos a pasear. Zócalo, Zócalo, Zócalo!’’

Así concluyó el mitin, mientras miles de docentes y jóvenes desconocían lo ocurrido. Minutos después, al enterarse que el acto había terminado en medio de ese reclamo y la dirigencia había abandonado el lugar, quedaron primero desorientados y luego comenzaron a organizarse sobre el Eje Central y Flores Magón para decidir qué hacer.

Encuentro en Garibaldi

Enojados, los profesores veracruzanos se retiraron al señalar que habían viajado a la ciudad de México para ‘‘tomar el Zócalo y no para marchar’’. Otros mentores caminaron hacia su campamento en el Monumento a la Revolución. Los jóvenes estudiantes realizaron pequeñas asambleas para votar si acompañarían a los mentores a su plantón o regresaban a sus escuelas para reforzar los paros de actividades.

Al final se formó un contingente de cerca de mil jóvenes y educadores de la delegación Pinotepa Nacional, que decidieron llegar a las cercanías del Centro Histórico. A su paso por Garibaldi, cientos de granaderos del gobierno capitalino los esperaban para impedirles el paso al Zócalo capitalino.

En Eje Central y Tacuba, el contingente de inconformes y la valla de policías quedó frente a frente. Sin embargo, los manifestantes decidieron avanzar hacia Paseo de la Reforma, donde se sentaron en el suelo en los cruces con avenida Hidalgo y Guerrero.

Posteriormente, maestros y estudiantes que los apoyan bloquearon Reforma por casi una hora y al caer la lluvia comenzaron a dispersarse.

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