lunes, 28 de enero de 2013

Durante casi 24 horas retuvieron a 70 activistas opositores a la hidroeléctrica en Olintla


Por : Martín Hernández Alcántara
2013-01-28 04:00:00

Durante casi 24 horas integrantes del Frente Cívico a Favor de la Construcción de la Hidroeléctrica de Olintla mantuvieron retenidos con lujo de violencia a 70 integrantes del Consejo Tiyat Tlali y vecinos de Ignacio Zaragoza, Viviano y otras comunidades de ese municipio de la Sierra Norte de Puebla, quienes acudieron el sábado pasado a una asamblea informativa sobre las consecuencias nocivas que atraerá la presa que el Grupo México pretende edificar en la ribera del río Ajajalpan. Los activistas y pobladores fueron liberados este domingo por la tarde, no sin antes recibir amenazas y sufrir otros actos intimidatorios. En tanto, uno de los participantes en la protesta, de nombre Constantino Sánchez Gómez, fue interceptado en el camino a Olintla y cuando manifestó que iba a sumarse a la movilización, lo golpearon en la cabeza y brazos, además de que le robaron 600 pesos.

Durante el tiempo en que duró la crisis, desde las 18 horas del pasado sábado hasta las 17:30 de este domingo, la fuerza pública estatal brilló por su ausencia, a pesar de que una turba impidió a los integrantes del Consejo Tiyat Tlali retirarse, tras la realización de una asamblea sobre los efectos nocivos de la pretendida presa.

El sábado, cuando la asamblea del Consejo Tiyat Tlali culminó, sus integrantes decidieron ir a solidarizares con los vecinos de Ignacio Zaragoza que desde el 5 de diciembre pasado sostienen un plantón cerca de los márgenes de Ajajalpan, porque el presidente municipal intentó en esa fecha iniciar la construcción de la hidroeléctrica sin el consentimiento de la población.

A las 17 horas, los integrantes del consejo emprendieron la retirada, pero les salió al paso una turba encabezada por el edil, quien les dijo que sólo podían irse de Olintla si firmaban un documento comprometiéndose a “nunca más” volver al municipio. De entre la turba surgieron gritos de que lincharían a los activistas y los quemarían vivos.

Cecilia Zeledón, directora de la Universidad de la Tierra, quien también permanecía retenida, relató vía telefónica que un integrante del Sindicato Mexicano de Electricistas que acudió a solidarizares con el movimiento, acompañado de su familia, en la que hay dos niñas pequeñas, accedió a firmar con tal de irse. A las 19 horas llegó un contingente de la Policía Estatal, pero se limitó a mantenerse a la expectativa y al filo de las 21 se retiró sin intervenir.

Entre los activistas del Consejo Tiyat Tlali privados de su libertad estaban integrantes de la Organización Indígena Independiente Ahuacateca, la Unidad Indígena Totonaca Náhuatl, la Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa del Medio Ambiente, Pastoral Social, la Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske, Naku Skgoy, el Centro de Estudios Ecuménicos, entre otras.

Acoso

Pero si el sábado la turba apedreó autos, colocó rocas para bloquear la única salida de Ignacio Zaragoza –donde el Grupo México quiere construir la presa y donde la mayoría de los pobladores se oponen al proyecto–, prendió fuego a pastizales e intimidó a lo activistas con grupos de golpeadores bien identificados por los avecindados, este domingo hubo actos serios de acoso contra los habitantes de la comunidad que rechazan la hidroeléctrica.

Por ejemplo, colocaron cadenas y candados a la Casa Misión de las Carmelitas que a través de su Pastoral Social han apoyado el movimiento de resistencia al proyecto. No sólo encerraron a las religiosas, sino que también hicieron pintas en los portones del inmueble que decían: “Fuera monjas, pueblo unido”.

Las agresiones contra las misioneras ocurrieron justo cuando la caravana de activistas y pobladores de la Sierra Norte se disponían a irse de Ignacio Zaragoza, escoltados por dos patrullas de la Policía Municipal de Olintla. Por esa razón, la salida se complicó, pues los visitantes y la gente de esta localidad exigieron garantías de seguridad para los pobladores que abiertamente han ejercido su derecho a organizarse para no permitir la edificación del embalse.

Fue hasta que un enviado de la Secretaría General de Gobierno se comprometió a que “las autoridades” velarían por la integridad de los vecinos, que los miembros del Consejo Tiyat Tlali accedieron a retirarse.

Cuando la caravana pasó por el sitio donde estaba el retén del Frente Cívico a Favor de la Construcción de la Hidroeléctrica, los integrantes de este movimiento, que rondaban la centena, gritaron consignas como: “¡lárguense y no vuelvan nunca a Olintla, hijos de la chingada!” y “¡ganamos!”.

Las dos patrullas de la Policía Estatal llevaron a los habitantes de la comunidad de Viviano –perteneciente a Olintla– y luego escoltaron al resto de la caravana hasta los linderos del municipio.

“Que no vengan”

Hasta Olintla llegó la noticia de que el secretario General de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto, había declarado que en ese municipio serrano nada ocurría, lo cual enardeció a la gente de Ignacio Zaragoza y de las demás comunidades del municipio que se oponen a la hidroeléctrica.

Quienes rechazan la presa consideran que el conflicto es alentado por el presidente municipal Héctor Arroyo Bonilla, pues la víspera repartió despensas a los miembros del Frente Cívico a Favor de la Construcción de la Hidroeléctrica, amén de que su síndico Domingo de Jesús Francisco Galindo y el suplente de éste, Bernardo Vega Sánchez, estuvieron repartiendo volantes y otra propaganda que decía “yo estoy a favor de la presa hidroeléctrica en Olintla”.

Hubo también actos de provocación. El sábado, tres hombres que son conocidos en Olintla por su talante violento –Mateo Gaona Guzmán, Mateo Rodríguez Galindo y Miguel Guzmán– en estado de ebriedad golpearon a uno de los campesinos que rechazan el proyecto del Grupo México. Por la noche, había hombres ingiriendo bebidas alcohólicas entre la gente del Frente Cívico a Favor de la Construcción de la Hidroeléctrica y también algunos individuos que hacían lo propio en Ignacio Zaragoza, para intimidar a los opositores.

Sin embargo, el presidente del Frente Cívico a Favor de la Construcción de la Hidroeléctrica, Héctor Cristóbal Serrano Cholula, negó que el edil tuviera alguna injerencia en su movimiento y señaló que, en todo caso, las agresiones habían emergido del grupo opositor, pues ellos “trajeron gente de fuera que se aprovecha de la inocencia de nuestro pueblo” y además, durante una asamblea celebrada el sábado anterior en Ignacio Zaragoza, maltrataron al munícipe, obligándolo a firmar un documento en el que se comprometía a no seguir apoyando más la construcción de la presa.

Acompañado por integrantes del Frente –entre quienes también había mujeres y niños–, Serrano Cholula expresó que la mayoría de los vecinos de Olintla están a favor de la hidroeléctrica y que en todo caso es obligación de las autoridades estatales y federales garantizar que no haya impactos negativos al medio ambiente ni afectaciones a la salud.

También manifestó que no se había impedido el libre tránsito de los integrantes del Consejo Tiyat Tlali: “simplemente les decimos que antes de irse firmen un documento comprometiéndose a que nunca deben volver a Olintla o en su defecto que lo hagan sus representantes”.

Cuando los enviados de La Jornada de Oriente arribaron, los miembros del Frente los retuvieron, pretextando que iban a llegar a Olintla “los del 132 (#YoSoy132) para hacer desmanes y llevarse a los fuereños”, por lo que necesitaban que este medio diera cuenta de dicho acto. Tras media hora de espera, se permitió el tránsito de los reporteros a Ignacio Zaragoza, donde ya se preparaba la salida de los activistas.

Solidaridad

A lo largo de este domingo diversas organizaciones, como El Posgrado en Desarrollo Rural de la UAM–X, la Red de Defensa de los Derechos Humanos, el Consejo Tiyat Tlali, el Programa Mesoamerica, Interculturalidad y Asuntos Indígenas del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría S.J. De la Universidad Iberoamericana, el Comité de Derechos Humanos de las Huastecas y Sierra Oriental (Codhhso), el Comité Popular de Derechos Humanos de Michoacán, emitieron desplegados y mandaron cartas a las autoridades estatales para exigir la liberación de los miembros del Consejo Tiyat Tlali, tras calificar la retención de los activista como una flagrante violación a sus derechos humanos y la legalidad.

En tanto, el Movimiento Mexicano de Afectados(as) por las Presas y en Defensa de los Ríos (Mapder), envió comunicados a la presidencia de la República y a Navanethem Pillay, quien es la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos; y Alberto Herrera, de la Dirección Ejecutiva de Amnistía Internacional México.

Al medio día, un grupo de 25 universitarios, principalmente de la UAP y la Ibero, se congregaron en el zócalo de la ciudad de Puebla para protestar y posteriormente trasladarse a Casa Aguayo, en donde fueron atendidos por funcionarios de la Secretaría General de Gobierno a quienes expresaron su demanda de pronta liberación de los activistas y que se mantuviera a salvo su integridad física.

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