miércoles, 12 de octubre de 2011

Europa en recesión, mientras los gobiernos se preocupan de los banqueros


ARTURO HUERTA GONZÁLEZ

El lunes 10 de octubre la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) informó que en agosto de este año su Indicador Adelantado Compuesto cayó 0.5 puntos, lo que significa su quinto descenso mensual consecutivo, lo que apuntala a una desaceleración en la mayoría de los países de la OCDE y las principales economías no miembros. Tendencia presente en los Estados Unidos (EU), Alemania y Rusia.

La preocupación de los principales dirigentes europeos, y de los EU, no es como frenar la recesión, y el creciente desempleo, sino de cómo salvar a la banca. El gobierno de EU ha estado presionando a Alemania y Francia para que recaten a su banca y la del resto de Europa, ya que de caer la banca europea, se vería afectada la banca de Wall Street, ya que ésta le ha otorgado grandes préstamos a los europeos. De afectarse la banca de EU, su gobierno tendría que entrar nuevamente al rescate, lo que le ocasionaría problemas políticos en un contexto electoral. De ahí que presionan para que los gobiernos más poderosos de Europa rescaten a su banca, a fin de que no se vea afectada la de EU.

El fin de semana pasada se reunieron la Canciller Merkel de Alemania y el presidente Sarkozy de Francia para acordar un paquete conjunto para apoyar a la banca que ha otorgado créditos significativos a Grecia, la cual está a punto del no pago y del colapso. Su preocupación, no es como Grecia debe retomar el crecimiento económico para que configure condiciones de reembolso a la deuda, sino como exigirle mayores políticas de ajuste contraccionista para generar el ahorro forzoso para que cubra lo que adeuda, sin importar que ello ahondará la recesión y el desempleo y el deterioro del nivel de vida de la población.

La preocupación de los dirigentes europeos es como capitalizar a los bancos, a fin de que no pierdan con la quita de la deuda a Grecia que se calcula será de 60 por ciento, lo que implicará pérdidas para la banca acreedora. De ahí que los gobiernos Alemán y de Francia, les transferirán recursos a la banca a fin de que no pierda. En vez de transferir dichos recursos para capitalizar la esfera productiva para que invierta, y genere empleos, para así reactivar la economía, y mejorar el ingreso de las empresas e individuos, para así salir de los problemas de insolvencia y así capitalizar la banca, optan en beneficiar directamente a la banca, para que ésta supuestamente incremente el crédito y así reactive la economía. Una banca debe capitalizarse a partir de recuperar el crédito otorgado, lo que exige condiciones de crecimiento, y no debe ser capitalizada con deuda pública como han venido procediendo, pues eso no resuelve los problemas de insolvencia. Se continúa con la misma política seguida en 2008 y 2009, donde se transfirieron grandes recursos a la banca, tanto en EU, como en Europa, y sin embargo no se incrementaron los créditos, sino tales recursos se canalizaron nuevamente a la especulación, y de ahí la recurrencia de las crisis.

La misma situación estuvo presente en México con la crisis bancaria de 1995–96 que dio por resultado el Fobaproa, donde se transfirieron a la banca 100 mil millones de dólares, el equivalente al 16 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo que implicó aumento de la deuda pública, que hasta la fecha se sigue pagando a favor de la banca, sin que ésta sea funcional al desarrollo económico. La banca sigue sin prestar y favorecer al sector agrícola y manufacturero. Especula otorgando créditos al consumo a altas tasas de interés, como en el sector financiero–especulativo.

La banca, aprovecha su poder económico y político para sujetar a gobiernos y congresos para que actúen a su favor, para que los rescates y transferencias de recursos se destinen a su capitalización, para que sigan otorgando créditos a los gobiernos a altas tasas de interés. Si la banca es recatada por los gobiernos, es para que éstos se quedaran con los bancos y los refuncionalizaran a favor de otorgar créditos baratos al sector productivo, como a los gobiernos y a la generación de empleo. Si ello no se ha dado, evidencia la posición servil de la mayoría de los gobiernos a nivel mundial de responder a los intereses de tal sector, a costa de no atender los reclamos de empleo y bienestar de las grandes mayorías e indignados de tales países, evidenciando que no hay democracia en tales países, no obstante que se dicen paladines y defensores de ésta.

Mientras siga la hegemonía de los dueños del dinero, no hay viabilidad de salir de la crisis, ya que los recursos que se canalizan a la banca no van a la esfera productiva y a la generación de empleos, sino que pululan en la esfera financiera–especulativa, y nos seguiremos recreando en la crisis, mandando más y más gente a las calles. Es un problema de lucha de clases, y será hasta que cambie la correlación de fuerzas y se subordine al sector bancario–financiero a favor del financiamiento del gobierno, del sector industrial y agrícola, y del empleo, que se saldrá de la crisis.

Fuente: La Jornada de Oriente

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