martes, 30 de agosto de 2011

Preocupante, el envejecimiento de campesinos: investigador del Ciesas


NORMA TRUJILLO BÁEZ - LUNES, AGOSTO 29, 2011

Debido a que el estado de Veracruz ocupa el primer lugar en campesinos viejos, de 60 años y más, hay riesgo de que la entidad sufra una crisis de alimentos, ya que por su avanzada edad no pueden sostener la producción agrícola, algunos otros ancianos al recibir los apoyos de 70 y Más y Procampo han dejado de producir y los hijos de éstos tampoco quieren dedicarse al cultivo de las tierras, expuso Felipe Vázquez Palacios, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social unidad Golfo (Ciesas-Golfo), y dijo que una de las políticas públicas más rezagada es la del campo.

En entrevista con La Jornada Veracruz, el autor del libro ¿Veracruz se está volviendo viejo? dijo que al campo se le ha abandonado, al productor, al jornalero; no hay apoyo a la mano de obra que se dedica al campo y mientras no tengamos claro que en Veracruz la agricultura está en manos de ancianos y que estos ancianos por sus propios achaques y discapacidades no pueden sostener la producción agrícola de nuestro estado y que si no implementamos políticas de apoyo hacia la promoción de cultivos básicos, hacia la producción de cultivos que los veracruzanos consumimos, en poco tiempo estaremos importando todo”.

Habrá una crisis de alimentos, refirió, y los campesinos están conscientes de que sus propios hijos ya no quieren dedicarse a la agricultura, y cuando uno les pregunta entonces qué vamos a hacer, dicen: “lo vamos a tener que comprar, lo vamos a traer de donde lo produzcan, voy a sembrar en mi parcela para mi consumo, pero ya no para la producción en general”.

“¿Cuál va a ser el futuro de tus tierras? ¿Si ya no las vas a trabajar qué va a ser de esas tierras?, les he cuestionado”, dijo el investigador, y la respuesta ha sido: “pues las voy a rentar para la ganadería, para pasto, ahí no se necesita más que dejar al ganado para que entre al terreno y pues ahí que pasten los animales, o bien las rento con mi vecino o bien para herencia para los hijos”.

Lo cual, adujo, resulta preocupante toda vez que Veracruz es el estado que ocupa el primer lugar en campesinos viejos, de 60 años para arriba; sin embargo, en los diálogos sostenidos con ellos, hay clara referencia que los campesinos tienen frustración ante la pobreza en la que viven, aunque hay esperanza que con el tiempo estas tierras lleguen a valer más de lo que les costaron y que éstas sirvan de herencia para los hijos.

Esta frustración y abandono de los cultivos, comentó, se registra en todo el estado de Veracruz, especialmente en las zonas donde no hay riego, en donde la tierra está muy trabajada y en donde los ingenios, las grandes empresas y los monocultivos, como el café, los cítricos y la caña, no han llegado a promover la producción, “el campo se queda abandonado, entonces los campesinos dicen 'vender las tierras no, porque es la herencia de los hijos', pero tampoco los hijos la quieren producir”.

Los campesinos están conscientes de que los alimentos continuarán a la alza y refieren: “vamos a esperar que el gobierno nos apoye, eso dicen, sobre todo los ancianos a que llegue el 70 y Más y ojalá los promotores lleguen a inscribirnos al programa, que Procampo siga con la ayuda; que el Presidente nos consiga despensas para nuestras familias, esa es la ilusión del campesino, vivir al día”, señaló el investigador.

–¿Los programas sociales revierten la mentalidad del campesino? –se le planteó.

–Algunos campesinos que más empuje y agarre tienen en las comunidades dicen que los programas de Procampo y 70 y Más en vez de estimular la producción lo que provocan es un efecto inverso, porque “para qué siembro si tengo mi dinero de 70 y Más”.

En el caso de los productores de caña, continuó, mantienen su producción por el acceso médico y medicinas, en cambio los campesinos que piensan en proyectos más amplios dicen que ojalá estos programas estimularan que el campesino siembre, que si reciben Procampo también se proyecte un cierto cultivo: frijol, ajonjolí, pero promueven la flojera, dicen los campesinos más activos.

“Nosotros con una visión desde fuera vemos que son condiciones estructurales, lo que ha dado el gobierno hasta ahora son puras obras, puras migajas, puro mitigar para cuestiones políticas; no hay un cambio estructural, ni una visión de la producción para fines de elevar el desarrollo y bienestar de las familias campesinas, y mientras no tengamos esta visión seguiremos con esta pobre visión de nuestros pobres campesinos”.

–¿Hay alguna directriz firme de parte de la Sedarpa (Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesca) para evitar el riesgo? – se le insistió.

–En Sedarpa hay proyecto y líneas de acción, pero no llegan a ser efectivas en cuanto al desarrollo que los campesinos requieren, sino en otra producción; por ejemplo están interesados en la producción del etanol y allí echan todas las ganas y promueven y difunden, pero todo esto no llega a los campesinos. Cuando hubo el milagro en el campo mexicano era precisamente porque el campesino cultivaba el maíz y junto a este producto el frijol, el chile, el ajonjolí, la papa, la cebolla; tenían sus hortalizas, el mismo campesino sembraba lo que comía, su dieta estaba basada en los ciclos productivos que iban teniendo cada año.

Ahora, agregó, con los monocultivos de la caña, el café, la naranja, le destruyen al campesino toda su dieta y cuando le pregunta uno al campesino “¿cuál es su comida predilecta?” responde: “frijol, tortilla y un chilito”, esas es la comida, pero antes comían verdolagas, frijolitos, verduras, había variedad, y por lo mismo el campesino no se enfermaba tanto porque tenía de su alimento su propia salud, ahora el problema es que los campesinos toman refrescos, comen chatarra, precisamente porque su alimentación ya no se basa en sus cultivos.

Pero eso las instituciones como la Sedarpa, Sagarpa, Secretaría de Salud, no lo ven, “la propia Secretaría de Salud dice que hay que comer frutas y verduras, ¿pero con qué?, si me han quitado todo lo que yo producía; el IMSS dice de una dieta, ¿pero con qué dinero; con el programa de 70 y Más me da para comer pescado, carne, dos veces a la semana?, entonces se alimentan de lo que tienen”.

Fuente: La Jornada de Veracruz

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