martes, 17 de marzo de 2009

·Comunidad cultural poblana se solidariza con escritores golpeados



Fuente: La Jornada de Oriente (Puebla)

Yadira Llaven- Los escritores Federico Vite, Miguel Ángel Andrade y Álvaro Solís fueron víctimas de una brutal agresión policíaca, sin motivo alguno, en pleno Centro Histórico de Puebla, el pasado 14 de marzo, aproximadamente a las 3:30 horas. “Lo que comenzó como una revisión rutinaria derivó en una serie de atrocidades que pusieron en peligro nuestras vidas”, comentó Vite, autor de Fisuras en el continente literario, y becario de la Fundación para las Letras Mexicanas.

En una carta dirigida a la presidente Municipal de Puebla, Blanca Alcalá, a la comunidad artística local, y a la población en general, los escritores dieron a conocer el repudio contra la fuerza policíaca poblana, con el respaldo de firmas de medio centenar de plumas reconocidas, como Mario Bojórquez, poeta, Los Mochis, Sinaloa; Gerardo Horacio Porcayo, escritor, Puebla; José Prats Sariol, escritor, Cuba; y Balam Rodrigo, poeta, Chiapas; por citar algunos.

De los hechos, el agraviado expuso que se dirigían a sus respectivos domicilios cuando fueron interceptados por cuatro policías armados, quienes descendieron de una patrulla (camioneta Dodge, cuyo número se omite para no entorpecer las averiguaciones) y de inmediato los amagaron con armas largas. Vite, Andrade y Solís fueron esposados, golpeados contra el piso y los aventaron a la batea de la unidad.

“Los insultos, intimidaciones y vejaciones duraron aproximadamente cuarenta minutos”. Y el comando dedicado a salvaguardar la seguridad de los habitantes de esta ciudad abandonó a los escritores en un solitario paraje a las orillas de Puebla.

La golpiza incluyó amenazas de muerte, burlas y encañonamientos con armas largas, además de una constante humillación y vejación a los escritores. La ira y violencia de los policías se desató cuando Federico Vite se identificó como reportero del periódico Intolerancia. Algunos de los insultos y amenazas que profirieron los policías durante el trayecto en la camioneta fueron: “¿Crees que por ser de la prensa no te podemos partir la madre?”, “la prensa se ha encargado de humillarnos ante la sociedad, a ver si a golpes aprenden a callarse”, “¿te crees muy cabrón sólo porque eres periodista, ahora vas a aprender a callar?”.

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