Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Seis días antes de que la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenara la liberación inmediata de los 12 dirigentes y activistas del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, encarcelados en mayo de 2006, por estimar que la Procuraduría General de Justicia del Estado de México fincó las acusaciones a partir de “premisas falsas” y endebles, amén de que utilizó “pruebas ilícitas” para imputarles el delito de secuestro equiparado, Enrique Peña Nieto pontificó ante La Jornada:
“Se actuó con estricto apego a la ley, se procesó a las personas por las faltas cometidas en términos de lo que la ley prevé”.
En el más característico de los estilos de tiempos idos, el precandidato a la Presidencia de la República, quien actúa como virtual candidato del Partido Revolucionario Institucional, abundó ante el periodista Arturo Cano:
“He explicado con toda amplitud qué elementos me llevaron a tomar esta decisión. Además, la opinión que tuvo la Suprema Corte sobre la actuación estableció muy claro el legítimo derecho que tiene el Estado en uso de la fuerza para restablecer el orden y la paz”.
En efecto, ésa fue la opinión de la Suprema Corte, pero simultáneamente estableció que hubo violación masiva de los derechos humanos –como 27 mujeres violadas y dos jóvenes asesinados--, pero comodinamente eludió fincar responsabilidades, como en los casos de Oaxaca y del Hospital ABC, de Hermosillo, Sonora.
También olvida Peña, la mejor promesa del Grupo Atlacomulco, que Abel Villicaña Estrada, integrante del núcleo más duro del primero y entonces procurador general mexiquense, se inconformó jurídicamente cuando Ignacio del Valle Medina Medina fue sentenciado a sólo 112 años de cárcel, Felipe Álvarez Hernández y Héctor Galindo Gochicoa a 67 años. Por el contrario, el exmagistrado Estrada protegió con harta eficiencia a Arturo Montiel Rojas, el tío incómodo que cuando fue candidato a gobernador postuló por medio de una ruidosa campaña mediática: “¡Las ratas no tienen derechos Humanos!”. Lástima, el honradísimo señor no conocía los espejos.
La operación más política que jurídica o envuelta en una perversión de lo segundo, y también conocida como La venganza de Peña Nieto, recibió un rotundo revés de los ministros mejor pagados del orbe, mas para fortuna de las mayorías en esta ocasión sí devengaron parte de sus ingresos tomando una decisión que no reparó en su alcances, como el 1 de julio de 2012.
Muy bien por los ministros que con frecuencia son percibidos como alineados con los hombres del poder institucional y del fáctico, demasiado alejados de “la justicia a secas”, sin los asegunes que hasta don Benito Juárez García le colocó para favorecer a sus amigos. Pero mal, muy mal, por las maniobras dilatorias que pusieron en juego los subalternos de Genaro García Luna, actor en el sangriento operativo policiaco y militar del 3 y 4 de mayo de 2006. Finalmente fueron sometidos al sentido común por funcionarios de la Secretaría de Gobernación.
Por sobre todo está la capacidad de resistencia de los portadores de machetes que tanto inquietan a luchadores sociales políticamente correctos, la capacidad de Trinidad Ramírez Velázquez para sumar esfuerzos con otros movimientos sociales y abrir con inteligencia y oportunidad su causa, la de San Salvador Atenco, a destacados trabajadores de la cultura nacional y figuras de proyección global, como algunos premios Nobel.
Sin embargo, no deja de ser muy inquietante la lectura que atribuye la liberación de la docena de presos políticos como un buen adelanto de lo que será la negativa a hacer justicia a los 44 mil 500 electricistas, justo cuando Cayetano Cabrera Esteva cumplió 71 días en huelga de hambre, junto a 23 compañeros suyos.
Acuse de recibo
“Felicitaciones, este es el texto, Llamados a la unidad (Utopía 844), que me pareció sobresaliente”, comenta el consultor José Calderoni Arroyo… El colega Héctor Murillo Cruz sugiere volver al tema tratado en Asalto a la luz del día (21-VI-10): “Por cierto, Reforma publicó el 30 de junio, en la página 17, datos sobre el lavado yanqui y de bancos extranjeros en México que pueden servir para que lleves la batuta en la difusión que debemos hacer de latrocinios, prácticas y comisiones bancarias, ya inaguantables que nos perjudican a todos”… Guillermo Palencia Ferrer, de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, apunta “En relación con la salida de Javier Aguirre de la selección, quiero opinar que veo su salida como un error, no me cabe la menor duda que es un buen entrenador, dentro de sus logros que recuerdo con esta selección es primero calificar al mundial cuando muchos mexicanos ya no creíamos que pasara, luego el triunfo ante Francia. El problema del futbol mexicano es la falta de continuidad, me dolió muchísimo que perdiera la selección, pero hay que darle seguimiento y aprender de los errores. Debería de reconsiderarse la decisión de la salida de Javier Aguirre, y seguir dirigiendo la selección. Muchas gracias. Por dejar expresar mi opinión”.
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