Por Ramón Alberto Garza
Vicente Fox miente. Le miente a México, le miente a los mexicanos y le miente a su señora madre, que está en el cielo. El ex presidente no dice la verdad. El rancho San Cristóbal –o deberíamos decir “los ranchos” de San Cristóbal– no fue construido con el fruto honesto de su trabajo. Ni como empresario ni como político. Lo que está ahí no lo construyó hace 35 años, como dice en su carta a los mexicanos y mexicanas. Lo que está sobre ese terreno no lo tenía cuando se hizo cargo de la Presidencia. De las cuentas de Amigos de Fox, las que recolectaron el dinero para pagar la campaña presidencial de Vicente, salieron los cheques para la compra del rancho adjunto al original. El que hoy se conoce como “La Estancia”. Eso nunca se lo dijo a sus donantes, mucho menos lo hizo público en su declaración patrimonial.
El que se hiciera llamar “Presidente del Cambio”, el transparente y honesto, el “poco culto” pero honesto, el “sin malicia” pero honesto, el “torpe” pero honesto, tampoco declara las decenas y decenas de cabezas de ganado y otros animales que le regalaron algunos amigos gobernadores. No todos panistas. Algunos priistas. Lo que más evidencia no sólo las mentiras, sino el cinismo de Vicente Fox, es la investigación que presenta hoy en Reporte Índigo la periodista Anabel Hernández.
Con documentación contundente, queda en claro que fueron las empresas de un amigo íntimo, Cosme Mares, las que pagaron la remodelación del rancho San Cristóbal. Y Mares es el constructor de Guanajuato que recibió tres mil millones de pesos en contratos de obra pública durante el sexenio foxista.
Es el rancho que, dice Vicente Fox, está igualito que hace 35 años. Sin duda alguna, el afamado arquitecto Humberto Artigas le remodelaba sus casas desde entonces. No es una historia fantasiosa que desde hace décadas, Fox ya se imaginaba cómo sería la cabaña que algún día ocuparía en Los Pinos. La misma que le sirvió de modelo para reconstruir su vieja hacienda. Mentira. Los documentos no dejan lugar a dudas. Las cotizaciones de las remodelaciones eran dirigidas a empleados y familiares de Cosme Mares. De sus empresas salían los recursos para pagar desde la obra arquitectónica hasta el paisajismo de los jardines que hoy se ostentan en la revista Quién.
Si todavía existe alguna duda, explora en esta experiencia los laberintos de las declaraciones patrimoniales del ex presidente. Félix Arredondo hace un análisis de fondo sobre esos documentos, pero, sobre todo, de las historias que se esconden detrás de los números fríos. Aquellas que desmitifican al próspero empresario. Las que revelan que el hombre que hoy se fotografía entre es paciosos jardines, estanques y cabañas, no había conseguido concretar una casa propia a los 45 años. No estamos ante un cuento, ni historias fantasiosas. Vicente Fox miente. Como un moderno “Pinocho con botas”, se cree sus mentiras, a pesar de que su nariz –los documentos y las declaraciones patrimoniales– diga todo lo contrario. Lo que todavía no tenemos claro es si este títere de la política mexicana miente a sabiendas de que nos está engañando. Lo que lo convertiría en un cínico. O si es una víctima –y al final del día un cómplice– de una Pepe Grillo con faldas, ambiciosa, poco inteligente y con sed de perpetuarse como la princesa de un cuento en el que nunca se ve como lo que es: la terrible madrastra urgida de contemplarse en los espejos. Los de papel y los de la televisión. “La pareja presidencial” –el títere y su titiritera– logró por fin unificar a México. Y eso se refleja en la resolución de la Cámara de Diputados, que aprobó por unanimidad la creación de una comisión para investigar el origen de los recursos del ex mandatario. A ver si ahora sí aparecen los hilos que mecieron aquellas cunas. Los de algunos financieros. Los de amigos íntimos privilegiados con proveedurías a Los Pinos. Los de algunos navieros que recibieron privilegios fiscales. Los de los familiares que hicieron sus negocios con energéticos, aduanas y constructoras. Entonces podremos saber quién miente. Entonces podrá invocarse a la divinidad para conocer la imagen real de los Fox. La desafiante, la del beso frente a la Basílica de San Pedro, cuando Juan Pablo II se rehusó a recibirlos en audiencia privada. O la cínica y mentirosa, reflejada en el hoy vicepresidente de la democracia cristiana, que ya consiguió tener su fotografía en pareja con el Papa Benedicto XVI. Sólo entonces descubriremos la verdad o el engaño. Y todo será, confiemos, con el favor de Dios.
El que paga manda
Por Anabel Hernández
El que paga manda, reza el refrán. Y así ocurrió en la remodelación del rancho San Cristóbal de Vicente Fox Quesada cuando fue presidente de la República. Es por eso que en la comida celebrada en diciembre de 2004 en un restaurante de la ciudad de Guanajuato, la guapa e impetuosa Josefina Hernández Hass, esposa del empresario Cosme Mares Hernández, sorprendió a los comensales cuando le gritó a Vicente Fox: “¡Ya cállate, presidente!”. Ahí estaban como testigos Marta Sahagún, quien debió soportar la impertinencia. También el alcalde de Guanajuato, Arnulfo Vázquez Nieto; el diputado federal del PRI, Francisco Arroyo Vieira, y José Luis Romero Hicks, hermano del entonces gobernador de la entidad.
Sí. El que paga manda. Por eso, durante los trabajos de remodelación del entonces viejo y desvencijado rancho San Cristóbal, los presupuestos y notas de cobro no eran entregados a Vicente o a Marta Fox, sino a la sobrina de Cosme Mares Hernández, la contadora María Concepción Rivas Mares. También llegaban al escritorio del ingeniero Jorge Hernández Paniagua, quien hasta ahora sigue trabajando para Mares Hernández en la empresa Fabricación y Colocación de Pavimento, S.A. (Facopsa), según se comprobó fehacientemente.
Reporte Índigo tiene en su poder las pruebas documentales que confirman que Mares Hernández pagó los trabajos de remodelación del rancho del entonces presidente Vicente Fox. A cambio, Mares Hernández se convirtió en el empresario carretero consentido del sexenio foxista. En un evidente tráfico de influencias, Facopsa recibió contratos por más de 3 mil millones de pesos entre 2001 y 2006. Eran obras de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y de la Comisión Federal de Electricidad. Contratos ratificados a pesar de los constantes incumplimientos del proveedor. Cosme Mares obtuvo muchos de estos contratos por adjudicación directa. Y terminó cobrándolos con un sobreprecio de 30 ó 40 por ciento, según la documentación disponible. A mediados de 2006, un ex secretario de Estado –cuyo nombre se mantendrá bajo reserva– se reunió con Gilberto Borja, fundador de ICA. El funcionario le preguntó al constructor: -¿A cuántas empresas conoces que puedan hacer frente a 28 contratos simultáneos por un valor de 3 mil millones de pesos (300 millones de dólares)? -preguntó el ex funcionario. Borja, sorprendido, levantó una ceja y contestó: -No conozco más de cinco. -¿Y que haya incumplido y la sigan contratando? - Ninguna -respondió. Pues el ex funcionario sí. Acababa de conocer una, no por los periódicos, no por el escándalo, sino porque era auditor ciudadano de la Secretaría de la Función Pública e investigaba a Facopsa. La realidad es que los mexicanos que pagan impuestos cargaron con la cuenta de la milagrosa transformación del rancho de Vicente Fox. Porque con cargo al erario se pagó a Cosme Mares Hernández el favor. En medio del escándalo desatado por la exhibición de la ostentosa propiedad del ex presidente, Cosme Mares Hernández puso tierra de por medio. Salió del país. No quiere hacer frente a las acusaciones. Reporte Índigo lo buscó en sus oficinas para entrevistarlo. Una y otra vez la respuesta fue que estaba fuera de México.
El perfil
Cuando Cosme Mares conoció a Vicente Fox en 1995, era un modesto empresario de la construcción, propietario de Fabricación y Colocación de Pavimento, S.A., empresa creada el 14 de junio de 1989. Su fuerte eran las 12 plantas de asfalto que le permitieron conseguir pequeños contratos de mantenimiento de carreteras en el sexenio de Ernesto Zedillo. Los caminos de Mares y Fox se cruzaron en Irapuato, durante una gira del entonces candidato al gobierno de Guanajuato. Cosme se acercó a Lino Korrodi, encargado de las finanzas de la campaña, para cooperar económicamente. El apoyo de entonces no fue muy importante. Pero Cosme y su esposa Josefina hicieron una buena amistad con Fox. Esa relación se acrecentó gracias a que el empresario contaba con toda la confianza y amistad de un hombre muy cercano a Fox. Era su brazo derecho, el que lo metió al PAN, el verdadero gobernador de Guanajuato mientras Fox suspiraba por la candidatura presidencial, era Ramón Martín Huerta. El mismo amigo que falleciera el 21 de septiembre de 2005 en un supuesto accidente de helicóptero cuando se dirigía a visitar un penal de alta seguridad que resguardaba a los poderosos capos del narcotráfico. Pocos lo saben, pero Cosme Mares y Ramón Martín Huerta eran compadres. Cuando Fox fue gobernador de Guanajuato, otorgó a Cosme un contrato por 800 millones de pesos, uno de los más importantes de su mandato, para construir el Centro de Readaptación Social en León. Proyecto que no pudo concluir.
En Facopsa trabajan Cosme, Josefina y Rubén, el inseparable hermano de ella. Quienes laboran en la empresa dicen que el cuñado es más fiel y cercano a Mares que a su propia hermana. En la precampaña y campaña presidencial de 2000, Cosme y Josefina le apostaron todo a su amigo Fox. Periódicamente entregaban maletines llenos de dinero al equipo de finanzas del candidato. El dinero, según testimonios recabados entre personal que trabajó para Cosme Mares durante más de 10 años, era entregado por Catarino Díaz Pineda, una especie de secretario particular de Rubén, Cosme y Josefina. Desde 1989, según la escritura pública número 5702, Díaz Pineda es uno de los apoderados legales de Facopsa. Esto consta en los contratos firmados entre la SCT y la empresa durante el “sexenio del cambio”. “Él era el que llevaba dinero a Lino Korrodi en el apogeo de las campañas. Y después de que pasó el 2 de julio (de 2000), siguieron mandando dinero para pagar pendientes que seguían subsanando”, afirma uno de los entrevistados. Fox ganó los comicios. Cosme y su señora estaban bien subidos al barco. No estaban dispuestos a que nadie los bajara. Ni siquiera Marta Sahagún Jiménez, la pareja sentimental del presidente electo, con quien Josefina no tenía una buena relación. Más bien chocaban porque competían en protagonismo. Fox inició su administración en la ruina (“La Familia Presidencial, el Gobierno del Cambio Bajo Sospecha de Corrupción”). Apenas lograba ahorrar 10 mil pesos al año. Todo lo demás se lo gastaba en alimentación, vestido y atención médica para sus cuatro hijos: Ana Cristina, Paulina, Vicente y Rodrigo. Lino Korrodi le proveía lo que le faltaba.
Durante el sexenio, el empresario de la construcción se convirtió en uno de los muy selectos allegados al ex mandatario. Se mantuvo al pendiente de los deseos y necesidades del jefe del Ejecutivo y su familia. Cosme Mares pagó de su bolsillo la reconstrucción del abandonado rancho San Cristóbal, en San Francisco del Rincón, Guanajuato, y las cuantiosas facturas de Roche Bobois para amueblarlo. Gastó más de 30 millones de pesos. Pero eso no fue todo. También dio cobijo y trabajo en su empresa a Vicente Fox de la Concha, hijo del ex presidente. A cambio, Cosme Mares obtuvo una de las 10 codiciadas concesiones carreteras. Gracias a ella, recibirá mensualmente 25 millones de pesos durante los próximos 30 años. Además de los 28 contratos al hilo que obtuvo en la SCT, estuvo involucrado marginalmente en la construcción de la monumental presa El Cajón, el proyecto del sexenio. El 18 de diciembre de 2002, la CFE le otorgó un contrato de 129 millones de pesos por adjudicación directa.
Y ya en la bonanza, compró al IPAB a precio de remate dos lotes en el Club de Golf Santiago, en Manzanillo, Colima. También se salió con la suya en la compra de la exuberante playa El Tamarindillo, en Michoacán. Los lugareños afirman que Cosme ha dicho que una de las casas que construirá ahí es para Vicente Fox.
Las pruebas
Reporte Índigo tiene pruebas de que Cosme Mares Hernández pagó la remodelación del controvertido rancho San Cristóbal, cuyo costo excesivo hizo que la Cámara de Diputados aprobara por unanimidad la creación de una comisión especial para investigar el presunto enriquecimiento indebido del ex presidente Fox. El constructor no sólo pagó la transformación de la casa, sino también de todos los espacios abiertos de la propiedad. Los terregosos espacios del rancho fueron convertidos en exuberantes jardines. Los mismos que aparecen en las fotos que publicó la revista Quién el 14 de septiembre pasado.
Se cuenta con copias de los presupuestos que fueron entregados a personal del constructor para los trabajos de jardinería que se hicieron de noviembre de 2000 a febrero de 2001. Dichos presupuestos fueron entregados a la sobrina de Mares Hernández, María Concepción Rivas Mares, quien funge como representante legal de Facopsa desde 1989. De hecho, la escritura pública (5702) reconoce los poderes de Catarino Díaz Pineda y María Concepción Rivas Mares.
Con esas facultades, la sobrina de Cosme firmó a nombre de Facopsa un contrato con la SCT por un monto de 11 millones 964 mil 450 pesos. Así consta en la copia del documento firmado en febrero de 2000. Los presupuestos también eran dirigidos a Jorge Hernández Paniagua, encargado de realizar la remodelación de la propiedad de Fox. Sin embargo, el propio Mares Hernández hacía visitas periódicas para ver el avance de los trabajos. Hernández Paniagua, uno de los hombres más cercanos al constructor ahora auto exiliado, sigue trabajando en Facopsa, cuyas oficinas se encuentran en Periférico Sur 3343. Ahí también están las oficinas de Dirección Integral para Empresas, otra compañía de Mares Hernández. El pasado miércoles 26, Reporte Índigo llamó al teléfono que Facopsa proporcionó en la ficha de proveedores registrada en el portal gubernamental Compranet. Se informó que Jorge Hernández Paniagua no estaba en ese momento, pero que seguía trabajando en la compañía. Reporte Índigo tiene la grabación de dicha llamada.
El 6 de noviembre de 2000, Desarrollo de Jardinería y Acabados, S.A. de C.V., empresa localizada en el Boulevard Aeropuerto 901, en León, Guanajuato, presentó a Rivas Mares y Hernández Paniagua un presupuesto para empastar el helipuerto de la casa del entonces presidente electo. El documento tiene la firma de Mauricio Gutiérrez de Velasco, propietario de la compañía de diseño de exteriores. Se proponía colocar mil 600 metros cuadrados de pasto kikuyo en rollo y 3 mil 200 metros cuadrados de sembrado de pasto en semilla. La empresa también sugirió fumigar las áreas de pasto ya existentes para combatir la gallina ciega y otras plagas. Desarrollo de Jardinería y Acabados obtuvo el contrato, pero empezó a trabajar hasta enero de 2001, ya que estaban en macha otras obras de remodelación. Estaban en proceso la remodelación y redecoración de la vieja casa. Al mismo tiempo, se construía la “casa de huéspedes”, un amplio chalet de dos pisos ubicado junto a la residencia principal. El 15 de diciembre de 2000, Desarrollo de Jardinería y Acabados entregó otro presupuesto. “Asunto: Trabajos mantenimiento y plantación para remodelación casa San Cristóbal”, especifica el documento. En esa ocasión, el trabajo consistiría en la poda de árboles de la entrada principal, reubicación de dos sauces llorones, limpieza de frutales (higos, zarzamoras, etc.), deshierbe, eliminación a mano de trébol, colocación de 60 metros cuadrados de pasto San Agustín, un camión de tierra lama arenosa para arrope de áreas, tala de un fresno frente a la casa de visitas, plantación de cinco sabinos de dos metros de altura y de 10 eucaliptos de entre tres y cuatro metros de altura.
Algunas cosas fueron aceptadas, otras no. El personal de Cosme Mares sólo autorizó la siembra de cinco eucaliptos y cuatro sabinos, pero añadió el arreglo de la glorieta ubicada frente a la casa. Según quedó asentado en ese presupuesto, la empresa de jardinería recibió un anticipo de 5 mil pesos el 23 de diciembre de 2000. Los días 18 y 19 de enero de 2001, Hernández Paniagua recibió más presupuestos: “Casa Fox presidente. Propuesta de continuación de trabajos de jardinería en casa San Cristóbal”. Se compró otro camión de tierra lama arenosa para arrope del área trasera de la casa, que es la zona del lago. Otro de los conceptos del presupuesto especifica: “Plantación árboles durazno faltantes en franja talud lago, 5 árboles. Plantación de árboles frutales área limpia parte norte detrás del lago, 40 piezas”. En las fotografías panorámicas del rancho San Cristóbal que la revista Proceso publicó en su número 1612, se distinguen los árboles sembrados en esa zona. El 26 de enero de 2001 se presentó la propuesta de otro servicio: “Presupuesto de pasto de semilla para lado del camino principal a casa del Sr. Vicente Fox en casa de rancho San Cristóbal”. Se propuso colocar mil 700 metros de pasto a lo largo de la entrada (2 metros de ancho de cada lado), sacar las plantas de zarzamora y plantar 50 bugambilias. Quienes participaron en estos trabajos dicen que todo fue pagado por personal de Cosme Mares.
Las Mentiras de Fox
Casi nadie ha salido en defensa del ex presidente. Pero el secretario de Gobernación Francisco Ramírez Acuña dijo que metería las manos al fuego por Fox. Aunque guardó silencio cuando se le cuestionó si también lo haría por la señora Marta. No se vaya a quemar. El destino de Fox es incierto. Cada vez que intenta defenderse, se equivoca. Del silencio y el sarcasmo ha pasado a la súplica. El ex mandatario apela al corazón de sus gobernados. En nombre de su madre jura decir la verdad. Quienes convivieron con doña Mercedes en sus últimos días, cuando estaba en una de las villas de la Secretaría de Marina en Acapulco, Guerrero, señalan que la señora estaba distanciada de Vicente por las denuncias de corrupción contra él, Marta y los hijos de ella. Fox habla con medias verdades mezcladas con mentiras. Afirma que el rancho San Cristóbal lo tenía desde mucho antes de llegar a la Presidencia. De su otro rancho, La Estancia, descubierto en 2005 a raíz de la investigación periodística del libro “La Familia Presidencial”, prefiere guardar silencio.
Sí. Vicente Fox tenía un viejo rancho en San Francisco del Rincón. Pero prácticamente nada queda de esa propiedad. Y todo se lo debe a su amigo Cosme Mares Hernández, quien fue uno de los selectos invitados a la boda de Paulina Fox, que fue celebrada en el rancho el año pasado. Nada de lo que se ha dicho es una fantasía, como pretende hacer creer el ex mandatario. Cualquiera que haya conocido las propiedades antes del año 2000 puede constatar que no hay punto de comparación con su aspecto actual. Así lo gritan sus familiares, amigos, socios y detractores. Una cosa es que haya hecho públicas sus declaraciones patrimoniales, y otra que hayan correspondido a la realidad. Una cosa es que diga cuánto ganó en el sexenio, y otra que ese dinero le hubiera alcanzado para remodelar y construir los dos ranchos que tiene en San Francisco del Rincón, los cuales valen más de 60 millones de pesos según expertos inmobiliarios. Por lo pronto, está comprobado que quien pagó la remodelación del rancho San Cristóbal fue Cosme Mares Hernández. Y a cambio recibió contratos por 3 mil millones de pesos.
Fuente: Reporte Índigo