MÉXICO, D.F. (apro).- Las comunidades michoacanas de Cherato, Cheratillo, 18 de Marzo y Orúscato se sumaron a las 40 poblaciones indígenas de la entidad que en los últimos meses adoptaron el esquema de guardias comunitarias para protegerse de grupos del crimen organizado.
De acuerdo con José Salas Valencia, alcalde de Los Reyes –municipio al que pertenecen los cuatro pueblos–, pobladores reportaron en la comandancia de Policía que desde ayer observaron a civiles armados custodiando los accesos de sus comunidades.
“Desconocemos el origen de estos grupos, si son gente relacionada con la delincuencia o si se trata de personas de la comunidad que han decidido conformar su guardia comunitaria”, comentó Salas Valencia en entrevista telefónica.
El alcalde panista informó que ya dio a conocer el hecho al gobierno del estado de Michoacán para que, a través de la Secretaría de Gobierno y de la Procuraduría General de Justicia, tome cartas en el asunto.
Apenas la semana pasada, el Ejército mexicano desmanteló un grupo de autodefensa que llevaba dos semanas operando en el municipio de Buenavista Tomatlán, en la región de Apatzingán.
Las autoridades federales determinaron que esa presunta policía comunitaria tenía vínculos con el Cártel de Jalisco Nueva Generación, ligado con el capo sinaloense Joaquín El Chapo Guzmán.
En enero pasado se dio a conocer que, ante el abandono de las autoridades, aproximadamente 40 poblaciones indígenas del estado de Michoacán determinaron adoptar el esquema de guardias comunitarias.
Uno de los casos más sonados es el de Urapicho, comunidad indígena ubicada en el municipio de Paracho.
En agosto de 2012 los gobiernos estatal y federal instalaron una Base de Operaciones Mixtas (BOM) a cambio de que los indígenas levantaran los retenes civiles que habían instalado en las entradas de su comunidad y depusieran sus armas.
Los habitantes accedieron y permanecieron en paz con la presencia de militares y policías federales y estatales, pero su tranquilidad se terminó, luego de que en enero pasado la BOM fue retirada de la zona.
A falta de policías, los comuneros retomaron sus armas y reinstalaron las guardias comunitarias. El ejemplo fue retomado por alrededor de 40 comunidades más, casi todas de la región Oriente de Michoacán. Los habitantes de esas poblaciones buscan no sólo mantenerlas, sino expandirlas y que sean legalmente reconocidas.
Alejandro Avilés Reyes, secretario de Pueblos Indígenas en el estado, comentó en esa ocasión que se buscará que en la ley reglamentaria a la reforma que se aplicó a la Constitución de Michoacán en materia indígena, se reconozca a las guardias comunitarias.
El funcionario reconoció que se ha retomado esa vieja práctica en poblaciones donde ésta ya había quedado atrás, luego del saqueo de los recursos naturales, actividad que ahora está ligada también a grupos de la delincuencia organizada.
Puso como ejemplo justamente el de la comunidad de Urapicho, que reinstaló sus barricadas como mecanismo de autodefensa luego del retiro de la BOM.
“Ellos tienen un temor de que pudieran ser atacados, dado que uno de los personajes que supuestamente era el que comandaba todo en la región apareció muerto por ahí”, justificó.
Avilés Reyes subrayó que hasta el momento esas guardias comunitarias no son legalmente reconocidas por el gobierno, pero consideró que eso cambiará una vez que se concrete la elaboración, aprobación y publicación de la ley reglamentaria a la reforma que se aplicó a la Constitución del estado en materia indígena.
En enero pasado, el funcionario entregó al secretario de Gobierno de Michoacán, Jesús Reyna García, un documento en el que varias comunidades solicitaron el retorno de la BOM retirada de Urapicho.
Además de esa localidad, el texto fue signado por representantes de los pueblos de Ocumicho, Cocucho, Nurío, San Felipe de los Herreros, Paracho, Aranza, Cheranástico, Comachuén, Turícuaro, Aratepakua, Quinceo y Pamatácuaro.
Urapicho, junto con Cherán, eran las únicas comunidades de la región Purépecha, hasta ese momento, que mantenían el esquema de las guardias comunitarias, pero alrededor de 37 poblaciones indígenas del oriente del estado replicaron esa forma organizativa de defensa civil.
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