Liquidación de Luz y Fuerza del Centro es un “golpe al sindicalismo y a la izquierda”

Fuente: La Jornada de Morelos

Difusión Soberanía Popular

Escrito por JAIME LUIS BRITO

Lunes, 26 de Octubre de 2009 00:00

CUERNAVACA. La liquidación de Luz y Fuerza del Centro, no es un hecho aislado, se inscribe en la política que ha aplicado del gobierno mexicano desde hace varias décadas, para desmantelar el Estado mexicano, pero además, se inscribe en la política de acabar con el sindicalismo, porque está consciente de que los trabajadores, y particularmente los del SME, son una fuerza de movilización y lucha, sin duda la más importante, señaló Octavio Rodríguez Araujo, catedrático de la UNAM y articulista de La Jornada.

En el marco del foro Privatización del Patrimonio Nacional y Desmantelamiento del Estado, organizado por La Jornada Morelos y la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos (CIDHM), el autor de Izquierdas e Izquierdismos, de la Primera Internacional a Porto Alegre y Derechas y ultraderechas en el mundo, señaló que el golpe a Luz y Fuerza del Centro es un golpe al sindicalismo, un golpe a la izquierda.

Como parte de las actividades para celebrar los 10 años de esta casa editorial y los 20 de la CIDHM, el foro contó también con la participación de Héctor Salazar Porcayo, subsecretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y de Roberto Mendoza Delgado, coordinador jurídico de la CIDHM, y se realizó en el Cooperativa Cultural y Social La Comuna, en el centro de Cuernavaca.

Ante un foro lleno de representantes de diversos grupos sociales, académicos y público en general, Rodríguez Araujo señaló que se encuentra inquieto por la actitud de los jóvenes, quienes parecen “vivir en el éter”, porque no se movilizan, no protestan. “Y me preocupa más, porque eso quiere decir que no supimos formarlos, porque ni siquiera nos salieron respondones”, lamentó.

Salazar Porcayo por su parte, dijo que la política de privatización de las industrias públicas ha enriquecido a unas cuantas familias. Acusó directamente a los partidos PRI y PAN de haber pactado la privatización del sector eléctrico mexicano y que la liquidación de Luz y Fuerza del Centro sea sólo un paso más.

Deslindó a los trabajadores del SME de las responsabilidades que el gobierno federal les ha endilgado, señaló que es Hacienda federal la que fija las tarifas y culpó del mal servicio a la falta de equipo y de inversiones que desde su nacionalización en 1960, ha padecido Luz y Fuerza del Centro.

En el fondo, señaló el líder sindical, el primer negocio que hará el gobierno federal y sus amigos, será el de utilizar para fines privados, como negocio, los mil 100 kilómetros de fibra óptica que han sido concesionados a una empresa en la que tienen intereses dos ex secretarios de Energía.

Señaló que serán millonarias las ganancias de poder utilizar la red de cableado de Luz y Fuerza del Centro para ofrecer servicios de Triple Play, para transmitir voz, datos y video, es decir, servicio telefónico, internet y de televisión por cable.

Denunció que en Morelos se está ocultando información de parte de algunas empresas, como por ejemplo, Firestone, en la que debieron hacer paros técnicos, dado que han tenido problemas con la energía eléctrica, pues aseguraron que los trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad no tienen capacidad para manejar el equipo viejo con el que cuenta Luz y Fuerza del Centro. Advirtió que el hecho de que varias plantas y subestaciones en el centro de la república están paradas, podría llevar al país al colapso eléctrico.

Por su parte, Roberto Mendoza Delgado, hizo un recuento de lo que identificó como las tres crisis que vive el país: la económica, la social y la de inseguridad, cuya respuesta del gobierno ha sido el cobro de mayores impuestos y la militarización.

Se dijo también que la controversia constitucional contra el decreto, el amparo individual y la movilización, son las estrategias que ha elegido el SME para responder al golpe contra Luz y Fuerza del Centro.

Al final, los presentes establecieron la necesidad de vincular los diferentes esfuerzos de coordinación de sindicatos y trabajadores, así como organizaciones y grupos sociales, para plantear una respuesta a las “agresiones” del gobierno contra el pueblo.