martes, 27 de octubre de 2009

Apenas 30 miembros del SME en la Sierra Norte han aceptado la liquidación


Fuente: La Jornada de Oriente (Puebla)
Difusión Soberanía Popular

MARTÍN HERNÁNDEZ ALCÁNTARA

Dos semanas han transcurrido desde que el gobierno federal decretó la extinción de la compañía de Luz y Fuerza del Centro (LFC), y a pesar de que no han cobrado sueldos, la resistencia de los integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que luchan por la recuperación de sus puestos de trabajo en la presa de Nuevo Necaxa no mengua, pues sólo 30 de los aproximadamente 2 mil sindicalistas han cobrado sus liquidaciones.

Miguel Ángel Montiel, subsecretario del exterior del SME para la Sierra Norte de Puebla, comentó que la organización gremial ha habilitado algunos instrumentos y estrategias para hacer frente a la ofensiva de la administración que encabeza el panista Felipe Calderón Hinojosa.

Entrevistado en las instalaciones del sindicato en el centro del municipio de Juan Galindo este fin de semana, el representante calculó que apenas 30 sindicalizados, la mayoría jubilada, accedieron a los ofrecimientos de liquidación, y aseguró que el resto se mantiene firme en pie de lucha.

Como ejemplo de la campaña de resistencia que ha iniciado el SME en esa parte del territorio poblano, Montiel Eslava mencionó la apertura de un comedor en el edificio sindical.

Asimismo, dio a conocer que han recibido apoyo moral y material del alcalde de Juan Galindo, Martínez Gómez, y de su homólogo de Huauchinango, Rogelio López Angulo.

El breve diálogo con el subsecretario del exterior se desarrolló en su oficina al mediodía del viernes, pero en la sede sindical no parecía ser un día de descanso, pues había sindicalistas por todo el edificio intercambiando puntos de vista sobre la situación, pero sobre todo entusiasmados con las noticias que llegaban del Distrito Federal sobre una marcha realizada por sus compañeros.

En el auditorio, donde fueron colocadas imágenes religiosas a un costado del proscenio, se realizaba una asamblea con familiares de los trabajadores, principalmente mujeres, en las que otra fémina les ofrecía un proyecto productivo, el cual de ser aceptado no comprometía, según ella, para nada a los trabajadores que continúan en el movimiento de resistencia.

Empero, las actividades en el edificio del SME se realizaban en penumbras, pues desde las 12 del día hasta pasadas las 3 de la tarde se había consumado un apagón que tenía buena parte de la cabecera municipal sin suministro de energía eléctrica.

Según Montiel Eslava, desde que el sindicato dejó de operar las instalaciones de LFC las fallas en el suministro son constantes, con apagones que duran al menos media hora y que pueden llegar a suceder hasta cuatro veces al día.

La versión del representante gremial fue corroborada por vecinos y comerciantes del primer cuadro del municipio, quienes señalaron que aunque emisarios de la Comisión Federal de Electricidad han prometido que las fallas no sucederán, en realidad las suspensiones se han agravado.

Particularmente la gente se queja de que los apagones afectan su economía porque los refrigeradores dejan de funcionar y la comida que tienen almacenada se descongela y muchas veces termina por echarse a perder.

Los comerciantes no sólo sufren por los apagones, sino porque la cancelación de pagos a los trabajadores del SME también supone un descenso en las actividades económicas, principalmente en las ventas, que han caído hasta 50 por ciento en estos 15 días, según cálculos de los afectados.

El asunto de los apagones incluso ha derivado en versiones más drásticas que corren por la región desde las primeras horas, en que personal de la Comisión Federal de Electricidad se hizo cargo de la presa de Nuevo Necaxa y de otras instalaciones.

Por ejemplo, se rumora que un trabajador de la comisión que ignoraba cómo maniobrar un generador pereció electrocutado. Esa especie incluso ha sido publicada en periódicos regionales; sin embargo, no ha sido corroborada con pruebas fehacientes.

Pero más allá de los rumores, lo cierto es que la gente en esta región de la Sierra Norte de Puebla parece estar preparada para dar una batalla sin tregua a fin de recuperar los puestos de trabajo para el SME.

Desde los primeros kilómetros de carretera en Huauchinango y Juan Galindo se pueden apreciar decenas de mantas en las que se repudia al gobierno federal y se manifiestan apoyos al sindicato de electricistas de parte de comerciantes, ciudadanos y organizaciones no gubernamentales.

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