Fuente: La Jornada de Veracruz
La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) actúa de manera selectiva y los derechos humanos se respetan a medias en Veracruz porque están sujetos a presiones políticas, sobre todo gubernamentales; hay ocasiones que se respetan de manera orientada política y electoralmente, señaló Alfredo Zavaleta Betancourt, miembro de la Red Nacional de Investigadores, quien consideró que es tiempo que la CEDH inicie un nuevo ciclo institucional en el que se contemplen los derechos laborales, electorales y ecológicos.
En entrevista en el Instituto de Investigaciones Históricas y Sociales (IIHS) de la Universidad Veracruzana, comentó que no existe una dinámica institucional que garantice a los ciudadanos sin distinción de preferencia política, que su caso tenga un seguimiento o haya coadyuvancia para su resolución judicial.
El doctor en sociología refirió que la CEDH no puede seguir funcionando como lo hace, su trabajo de defensoría es limitado porque las atribuciones que tiene, su modelo organizacional, no corresponde con las necesidades ciudadanas e institucionales de los procesos políticos y sociales de Veracruz.
Urge que esta comisión se ponga a la altura de las circunstancias –señaló–, que siga el ejemplo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que hace recomendaciones específicas, particularmente para los abusos cometidos por militares en los operativos del gobierno federal, de algunas policías que siguen siendo las más violentas de América Latina, que no tienen una legislación que regule su desempeño policiaco.
En esa perspectiva, precisó, el reto de la Comisión Estatal de Derechos Humanos para hacerse creíble ante los veracruzanos debe iniciar un proceso de reinvención institucional que le permita tener mayor autonomía, mayor ingerencia en el seguimiento de algunos casos que resultan emblemáticos de la violación de garantías y derechos civiles.
Que se percate la necesidad de generar una agenda de trabajo que vaya más allá de la que se ha dado desde su creación, “tiene que haber un nuevo ciclo institucional, tales como lo laboral, lo electoral, lo ecológico que han sido rechazados como atribuciones de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, no se trata que haga un trabajo que sustituya a otras instituciones, pero esa agenda amplia le permitiría ganar legitimidad ante los ciudadanos que tienen poca confianza en ella”.
La agenda se ampliaría, dijo, pero esto no implica sustituir a las instituciones públicas encargadas de resolver esos problemas; es importante que la CEDH influya de manera moral y, sobre todo, en recomendación jurídica de cómo tienen que proceder los funcionarios que no hacen lo que tienen que hacer; convertirse en un garante de que las cosas en el poder judicial funcionen como tienen que funcionar, sin distorsiones de grupos políticos, de partidos, de personas o de particulares poderosos.
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