Podría haber más denuncias, pero pobladores tienen miedo, dice
Fuente: La Jornada de Guerrero
CITLAL GILES SANCHEZ
En menos de dos meses, militares, con el pretexto de combatir el narcotráfico, han entrado por lo menos en cinco ocasiones a comunidades indígenas, donde golpean, amenazan y hostigan principalmente a mujeres y niños y, aunque la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Guerrero (Coddehum) tiene reportadas más de 50 denuncias por violación a los derechos de los pobladores, las incursiones de soldados siguen estando a la orden del día.
Pobladores de las comunidades Puerto las Ollas, Las Palancas, La Morena, Guadalupe Mano de León y Huamuxtitlán han sufrido constantes violaciones de sus derechos a manos del Ejército Mexicano, que en varias ocasiones ha ingresado a sus pueblos a provocar el temor, a tal grado que los hombres –desde jóvenes hasta ancianos– tienen que refugiarse en el bosques para no ser agredidos por los soldados.
Durante los primeros días del año, el Ejército Mexicano tenía ya acumuladas 13 quejas en su contra ante la Coddehum por las violaciones y arbitrariedades en sus operativos, “por tratos humillantes que no se apegan al marco jurídico, allanan casas sin orden de cateo, roban pertenencias en las casas”, denunció en su momento el visitador de la Coddehum, Hipólito Lugo Cortés.
Sin embargo, en los dos últimos meses, estas incursiones militares se han hecho más frecuentes. Tan sólo en la comunidad de Puerto las Ollas, en el municipio de Coyuca de Catalán, los militares entraron hasta en tres ocasiones en menos de 15 días.
Desde el 9 de junio los habitantes de esa comunidad comenzaron a vivir el terror provocado por los soldados, quienes con el argumento de buscar armas y drogas, allanaron las escasas 14 viviendas, tiraron todo a su paso y agredieron físicamente a dos menores.
El horror que vivieron duró cuatro días. Fue hasta el sábado cuando una misión de observación integrada por organizaciones sociales y la Coddehum llegó al poblado a levantar los testimonios, los militares se retiraron.
Incursiones como ésta se volvieron a presentar a principios de julio, pero ahora con bajo el pretexto de constatar los daños que habían dejado los militares en la primera incursión.
Sin embargo, el objetivo era obligar a los habitantes a firmar un documento en el que negaban todo acto de tortura y agresión física por parte de la milicia.
Puerto Las Ollas no es el único pueblo afectado por estas violaciones, también está Guadalupe Mano de León, en el municipio de Tlacoachistlahuaca, donde el 23 de junio, un grupo de soldados del batallón de infantería de Cruz Grande allanaron las viviendas, pues acusan a los pobladores de sembrar mariguana.
El jueves pasado nuevamente el Ejército entró a ese poblado, donde en esta ocasión golpearon a dos mujeres indígenas, lo que provocó el enojo de los pobladores por lo que la comisaria del pueblo convocó a reunión urgente para acordar reclamar al comandante responsable del operativo, las acciones de sus soldados.
De todas estas agresiones y violaciones a los derechos humanos ha dado cuenta la Coddehum, quien hasta ahora lleva más de 50 quejas contra los militares, aunque de acuerdo con algunos representantes de organizaciones sociales, consideran que hay muchísimas más agresiones, sólo que no se atreven a denunciar o bien, no se hacen públicas en los medios de comunicación.
Ante estos hechos, organizaciones como el Taller de Desarrollo Comunitario, el Colectivo Contra la tortura y la Impunidad, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan, incluso la organización Amnistía Internacional y otros organismos civiles han repudiado estas acciones de los cuerpos castrenses, pues aseguran que los soldados no están preparados para hacer trabajo de los cuerpos policiacos.
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