Soldados de la 39 zona militar, algunos encapuchados y fuertemente armados, ven con curiosidad a los observadores, quienes les responden con miradas de incredulidad. A su paso por comunidades de la selva y las montañas altas, los miembros de
Los integrantes de la caravana se reunieron con las juntas de buen gobierno de los caracoles de
La caravana visitó el poblado San Alejandro, donde se concentraron camiones del Ejército antes de realizar la incursión, y esperan visitar en los próximos días San Javier, San Rafael y Juan Diego.
“A las 11 de la mañana pasaron por el camino de tierra, junto a la entrada del caracol dos, camiones del Ejército y dos camionetas repletas de soldados jóvenes. Excepto algunos que pasaron encapuchados y empuñando armas, como ametralladoras, el resto mostraba una actitud curiosa, pero no desafiante, hacia la comunidad”, relataron los integrantes de las caravanas.
Eran miradas de jóvenes devueltas por jóvenes, porque en esta caravana lo sobresaliente son las decenas de activistas que no rebasan los 20 años de edad. “De las primeras visitas que los observadores realizábamos a finales de la década de los
Son de una nueva generación, que también ha ido creando medios de información alternos –cabe señalar, por otro lado, que en cada centro zapatista hay servicio de Internet, aún en los lugares más apartados–, los cuales sirven de enlaces con sectores sociales de otros países. También como foros de denuncia que funcionan ante la cerrazón de los medios oficiales, “que sólo trasmiten lo que el gobierno les dicta”.
Javier, un tzeltal de no más de 18 años, explicó que parte de la labor de esa comisión es “rescatar la historia y cultura de nuestros pueblos, porque muchos jóvenes ya no saben qué pasó. Nos estamos organizando para hacer videodocumentales, audiolibros y libros, para que se queden para los niños que vienen. Que queden como archivo, para que no se pierdan la lucha y la cultura que tenemos”, detalló.
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