“Vamos a resistir cualquier intento de desalojo. Estamos dispuestos a defendernos, porque es tierra de nuestros pueblos”, declara el campesino, quien habla rodeado por unos 25 indígenas con pasamontañas que asienten.
En cualquier momento, advierte, “la guardia se puede aumentar a 100 o las personas que hagan falta”. Lo ha hecho ante hostigamientos graves, como los sufridos en semanas recientes por órdenes del presidente municipal de San Cristóbal de las Casas, Mariano Díaz Ochoa. A un año y cuatro meses de establecida la reserva ecológica zapatista en la parte alta del cerro Huitepec, ¿cuáles han sido los resultados? ¿Los hay? El representante de las bases de apoyo del EZLN en la comunidad Huitepec Ocotal Segunda Sección ilumina sus ojos (es de suponer que todo el rostro debajo del pasamontañas) y señalando a los árboles de arriba responde:
Claro. Los animalitos ya no se espantan. Se asoman las ardillas, los armadillos. Están regresando porque nadie los molesta. Hasta un tigrillo volvimos a ver hace poco. Y los árboles se tupieron. Antes, del robledal la gente sacaba leña, pero ya no. Hemos quitado los basureros que dejaban los vecinos de las residencias privadas.
La guardia zapatista “diario camina” alrededor de la reserva de 102 hectáreas, y ha logrado impedir el saqueo de madera y agua, así como cualquier clase de cultivo. Eso sí, a mediados de junio los zapatistas plantaron unos 2 mil pinoabetos y cipreses en espacios que habían sido talados antes de que, en marzo de 2007, la junta de buen gobierno (JBG) de Oventic estableciera aquí la Reserva Ecológica Comunitaria Zapatista.
Díaz Ochoa acudió la última semana de junio a Huitepec Ocotal Segunda Sección. Se reunió con los priístas en la escuela, y les ofreció pavimentar el camino “a cambio de que firmaran el acta del desalojo, y si no lo hacían no les daba la obra”, dice el zapatista en uso de la palabra.
Aceptaron. Ellos mismos, hace cuatro o cinco años, le ‘regalaron’ las tierras al gobierno del (entonces) presidente municipal Enoc Hernández. Firmaron un acta. Ahora que los provoca el gobierno, dicen que les interesan estas tierras. No es verdad. Es por buscar conveniencia.
De las comunidades sancristobalenses que habitan el peculiar sistema orográfico del Huitepec, sobre todo tres confrontan a los zapatistas: la parte priísta de Huitepec Ocotal Segunda Sección, la Primera Sección y Los Alcanfores, donde algunas personas “compran barato a los campesinos y luego venden en lotes con suministro de agua”.
Sólo que el agua ofertada a los compradores (de la ciudad o extranjeros) por el fraccionador Alejandro Cabrera proviene del manantial de la reserva zapatista, y al estar protegido ha dejado de ser accesible para sus negocios. Las otras comunidades sancristobalenses del Huitepec son San Felipe Ecatepec, Las Palmas y su Tercera Sección, Vistahermosa Huitepec y Huitepec Santa Anita. Sólo la primera es ejido; en las demás la propiedad es comunal. Sobre todas ejerce presión el gobierno municipal.
Estas tierras no son de nadie. Por eso les pertenecen a todos y tenemos que protegerlas y defenderlas, para que no las acaben.
El vocero de los rebeldes fundamenta la existencia de la reserva: “La JBG de los Altos estuvo de acuerdo que entre todos íbamos a proteger este bosque”. Apunta que con las comunidades de Zinacantán que también viven en el Huitepec (el cerro alcanza tres municipios) la relación es cordial. Si bien la semana que concluye la situación “por tierra” fue un poco más tranquila, “por aire” estuvo tupida: sobrevuelos diarios de avionetas, rasantes si el clima lo permitía, sobre la reserva zapatista. Y helicópteros en los alrededores, sin pasar encima.
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