MÉXICO, D.F., (apro).- Un día después de la captura del líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, los periodistas del diario Noroeste se convirtieron en blanco de las agresiones y persecuciones presuntamente perpetradas por policías estatales, municipales y federales.
La última embestida se registró el pasado martes 4. La madrugada de ese día un reportero fue agredido por policías cuando se dirigía a cubrir el homicidio de una joven en la Plazuela Machado, en Mazatlán, después de haber tomado fotografías a la entrada de la Cruz Roja, cuando ingresaban a una persona que resultó herida en el hecho.
El periodista –quien circulaba en una camioneta con rótulos de Noroeste y portaba el gafete de la empresa– fue perseguido por agentes municipales a bordo de una patrulla. Con palabras altisonantes, los uniformados lo bajaron de la unidad, lo esposaron y le dijeron que lo llevarían al hospital, ya que había sido señalado como sospechoso del crimen.
Nadie reconoció al reportero de Noroeste y finalmente fue liberado.
El pasado 23 de febrero, un día después de la aprehensión de Guzmán Loera, reporteros del diario recibieron amenazas telefónicas en las que se les pedía que no publicaran información relacionada con la supuesta participación de policías municipales de Mazatlán en el círculo de seguridad de Guzmán Loera.
Las amenazas continuaron al día siguiente, esta vez en el portal web de Noroeste, donde se señalaba que la línea editorial del periódico estaba comprometida con un grupo de la delincuencia organizada.
Casi como consigna, la persecución continuó el 25 de febrero, afuera de la torre Miramar. En ese lugar, donde tres días antes había sido capturado el líder del Cártel de Sinaloa, dos mujeres y un civil encapuchado, custodiados por marinos, obligaron a un fotoperiodista a borrar las imágenes que había tomado en la vía pública, y le advirtieron que si no cumplía con la orden le quitarían el equipo fotográfico.
El 2 de marzo subieron de tono las presiones, cuando en la cobertura de las marchas a favor de Guzmán Loera en Culiacán y Guamuchil, Sinaloa, tres periodistas de Noroeste fueron golpeados y despojados de su equipo fotográfico y de video.
En el primer municipio, un reportero fue tundido a golpes por agentes ministeriales y su cámara resultó dañada cuando los elementos intentaron quitársela para borrar las imágenes.
En Culiacán, luego de tomar fotografías de policías disparando al aire durante la protesta, otro fotorreportero fue sometido, golpeado y amenazado por policías. Su equipo de trabajo desapareció.
Este jueves la casa editorial informó que en cuatro de los casos ya se interpuso la denuncia correspondiente ante las fiscalías estatal y federal, así como la respectiva queja ante organismos de derechos humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario