El acoso en contra de activistas que luchan contra la instalación de las presas es una situación que continúa y va en aumento, reconoció Rosalinda Hidalgo, integrante de La Asamblea Veracruzana de iniciativa y Defensa Ambiental (Lavida).
En conferencia de prensa, explicó que incluso se teme que la creación de los supuestos grupos de autodefensa en Zongolica obedezcan a intereses relacionados con la presa, para intimidar a activistas ambientales que luchan contra el proyecto Bandera Blanca, pues éstas no muestran ideologías o causas específicas y únicamente insisten en que no quieren a gente “de fuera”, pues ellos están protegiendo los ríos.
La activista dijo que tras el fallecimiento de Noé Vázquez, activista contra la presa El Naranjal, quien fuera asesinado el año pasado, el hostigamiento a su viuda y a otro grupo de activistas no ha parado.
Incluso dijo que a la gente se le está obligando a vender sus tierras, en algunos casos “con arma en mano” se les presiona y se les acosa para que entreguen las escrituras y se vayan de la zona.
La situación es preocupante, además, por el crecimiento en cuanto al índice de criminalidad en la zona, pues la violencia va en aumento y tanto activistas como la población en general, especialmente quienes se han manifestado en contra de la presa, están sufriendo todo tipo de agresiones.
En cuanto a la zona de Zongolica, Rosalinda Hidalgo explicó que se tienen sospechas de que los grupos de autodefensa fueron creados para ahuyentar de la zona a activistas en contra de la construcción de las presas.
Incluso señaló que pudieran estar siendo creados este tipo de grupos para generar un clima de hostilidad en la zona contra las organizaciones no gubernamentales que van contra las presas.
Mientras tanto, reconoció que en todas las zonas donde se están llevando a cabo proyectos de este tipo, especialmente en El Naranjal, ha sido necesario inscribir a tres personas en el protocolo de protección que abrió la subsecretaría de Gobierno
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