Al liberar al integrante de la CRAC, demandaron la libertad del maestros cetegista Mario Durán
MARGENA DE LA O
Chilpancingo, 8 de abril. Policías comunitarios de Tixtla, adheridos a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), entraron armados a Chilpancingo, después de una marcha desde sus comunidades para pedir la liberación del segundo comandante de El Troncón, Nahum Santos Bartolo.
Los protagonistas del suceso nunca antes visto, fueron 41 policías de Acatempa, Tecocintla, Zacazonapa y El Troncón, comunidades recientemente sumadas a la CRAC, y a cargo de la Casa de Justicia de El Paraíso, perteneciente a Ayutla. La razón, llevar consigo, de regreso al segundo comandante.
A Santos Bartolo lo detuvieron ayer policías estatales y soldados en retén de camino a su comunidad y lo entregaron a la PGR por el presunto delito de portación de armas. El segundo comandante participó en la asamblea a la que convocaron miembros de la Coordinadora Estatal de Trabajados de la Educación en Guerrero (Ceteg) el sábado pasado, en la cual decidieron que el movimiento magisterial se convertía en un movimiento popular.
“Es una injusticia y vamos por él, no hay otra consigna, nomás ir por él. Lo vamos a traer de regreso”, advirtió el primer comandante de El Troncón, Pedro Santos Bartolo, hermano del detenido al salir de Tixtla, desde donde inició la marcha a las 11 horas, que respaldaron habitantes de cuatro comunidades y un contingente de 120 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa.
La marcha no sólo fue amenazada por el incandescente sol que cobró la factura en el asfalto de carretera federal Tixtla a Chilpancingo, tramo que recorrió el contingente; o los 20 kilómetros de distancia a pie que invitaban a no llegar a la capital, sino también por los soldados y policías federales que los esperaban a la entrada y los dos helicópteros de la Marina que sobrevolaron muy bajo en esa zona.
El comisario de Acatempa y comandante de la CRAC en su comunidad, Pastor Coctecón Plateado, advirtió al saber del acecho de soldados y marinos durante el recorrido: “vamos a luchar frente a frente, aquí están las armas (señalándolas con el dedo), y las vamos a usar si es necesario. No hay paso atrás”.
Hasta el contingente de la marcha, que para eso ya se encontraba a un kilometro y medio de distancia de la entrada de Chilpancingo, llegó la noticia de que maestros cetegistas esperaban a los policías comunitarios para protegerlos de los soldados y policías, con vallas humanas, y pudieran entrar a la ciudad. Efectivamente, unos mil maestros recibieron a los policías comunitarios a la entrada de Chilpancingo, a eso de las 15 horas, y a los policías y soldados no les quedó más que el papel de espectadores.
Ya estaban listos para entrar, cuando hasta el lugar policías estatales llevaron al segundo comandante de la CRAC detenido anoche; la PGR lo liberó a las 14 horas, es decir cuando los policías estaban por llegar a Chilpancingo.
Nahum Santos Bartolo, dijo en entrevista que fue liberado bajo caución, tras pagar una fianza de 15 mil pesos.
Una vez libre el comandante comunitario, cambió la razón de la marcha: la demanda de la liberación del maestro de Chilapa, Mario Durán Torres, detenido por los policías federales durante el operativo policial de desalojo de la autopista del Sol, el viernes pasado, acusado de golpear él solo a ocho policías federales. A partir de entonces, la consigna fue llegar hasta el zócalo de Chilpancingo, donde los policías comunitarios caminaron entre los maestros.
El sentido popular del movimiento, nuevamente se observó y palpó. A la entrada de la capital, un grupo de unos 50 habitantes de la colonia de San Miguelito, se sumaron a la marcha, antes repartieron naranjas entre los marchistas.
La parada siguiente de la marcha fue en las instalaciones del Poder Judicial de la Federación, que son sede de los juzgados federales primero y séptimo, donde rendía su declaración de los hechos el maestro detenido.
Los juzgados estaban resguardados por algunos policías estatales, que cerraron las puertas y se colocaron al frente para impedir el paso de los maestros. Los policías comunitarios, que todavía seguían marchando en las calles céntricas de la ciudad, se pararon frente a los policías estatales, para proteger a los maestros.
Es ese espacio, los maestros pintarrajearon los dos patrullas de la Policía Estatal, y le bajaron el aire a las llantas. Los vehículos quedaron con leyendas como: “Asesinos” y “¡La CRAC vive!”.
Vidulfo Rosales Sierra, abogado del Centro de Derechos Humanos de La Montaña, Tlachinollan, que lleva la defensa de Durán Torres, salió de los juzgados e informó a los maestros que su compañero podría ser liberado el próximo 13, cuando termine el plazo para desahogar las pruebas, porque, aseguró, no hay elementos suficientes para que siga detenido por los delitos de ataques a la vías de comunicación, motín y sedición.
Comentó que al declarar el Juzgado Séptimo de Distrito improcedente la petición del Ministerio Público Federal de trasladar del Cereso de Chilpancingo a un Cefereso, esperan desahogar las pruebas suficientes para que le asignen una fianza al maestro de no más de 66 mil pesos, y sea liberado.
“Esperemos que el Juzgado Séptimo de Distrito estará a la altura de las circunstancias, pedirle a los jueces que hagan valer su independencia y la hagan valer ante el Ejecutivo. Ahorita ya tenemos la primera victoria porque lo del Ministerio Público Federal, empleados de Enrique Peña Nieto que no querían dar la libertad provisional del compañero Mario, e hicieron la petición de que se trasladara a un penal de máxima seguridad”, soltó el abogado en los juzgados.
Después de la información de Tlachinollan, los policías comunitarios hicieron una nueva parada, sobre la plaza Primer Congreso de Anáhuac, donde todavía valoraban si se regresaban a Tixtla o permanecerían en Chilpancingo hasta el miércoles, día en que arrancará formalmente el movimiento popular, encabezado por la Ceteg. Los comunitarios, formados, dejaron en el zócalo la postal del poder popular, y a sus espaldas el general José María Morelos y Pavón.
Más tarde volvieron a sus comunidades.
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