Publicada el 22 de marzo de 2013
Amy Goodman
A los cinco días de haber sido enviado a Irak por primera vez, Tomas Young recibió el impacto de bala de un francotirador en la el barrio de Sadr City en Bagdad. La bala lo dejó parapléjico y cambió su vida para siempre. Hoy, nueve años más tarde, a los 33 años de edad, Tomas decidió terminar con su vida. Recientemente anunció que dejará de alimentarse y se desconectará de la sonda de alimentación artificial que tiene que usar para ingerir alimento.
Tomas fue el protagonista del documental “Body of War”, ganador de varios premios, realizado por el legendario presentador de televisión Phil Donahue y la realizadora cinematográfica Ellen Spiro. El documental, estrenado en 2007, realiza un seguimiento de la rehabilitación de Tomas, las dificultades que debió atravesar como consecuencia de sus heridas y su despertar político, que lo llevó a convertirse en uno de los más destacados veteranos de la invasión y ocupación de Irak contrarios a la guerra. Lo que en un principio inspiró su activismo fue el intento de Cindy Sheehan de hablar con el ex Presidente de Estados Unidos George W. Bush cuando éste estaba vacacionando en su estancia de Crawford, Texas. El hijo de Sheehan, Casey, fue asesinado en Bagdad el mismo día en que Tomas fue herido. Sheehan dijo en varias oportunidades acerca de la Batalla del 4 de abril (de 2004), que quería preguntarle al Presidente Bush: “¿Por qué causa noble falleció mi hijo?”.
Le pregunté a Tomas si había algo que lo haría reconsiderar la decisión de poner fin a su vida. Me respondió que no y agregó que si no estuviera sufriendo un dolor tan intenso y persistente, no habría tomado la decisión. “No estaríamos hablando ahora mismo”, me dijo.
Esta semana, Tomas publicó una carta titulada: “La última carta: el mensaje de un veterano moribundo a George W. Bush y Dick Cheney”.
En la carta, Tomas escribió: “Podrán evadir la justicia, pero para nosotros ustedes son culpables de crímenes de guerra atroces, de saqueo y, por último, de asesinato, en particular, del asesinato de miles de jóvenes estadounidenses, mis compañeros veteranos, a quienes les arrebataron su futuro”.
Phil Donahue se ha mantenido en contacto con Tomas desde la realización de “Body of War”. Donahue me dijo que la realización del documental fue “una experiencia espiritual…todo un capítulo de nuestras vidas”. Afirma que comprende la decisión de Tomas: “Entiendo su decisión y Claudia también la entiende. Las personas más allegadas a él entienden su postura. Tomas me lo dijo hace un par de años después de haber sufrido la embolia, por la que acudió a la sala de emergencias con el brazo hinchado y mucho dolor, y por la que solo le dieron calmantes. A la mañana siguiente había caído en coma. Y ahora está parapléjico, no puede sostener los cubiertos, deben alimentarlo. Cuando él y Claudia lograban ir a un restaurante ella buscaba un rincón solitario donde pudiera alimentarlo sin que nadie los mirara. Es una historia dramática, que está sucediendo a puertas cerradas en miles de hogares de este país. Casas donde viven mujeres y hombres jóvenes que han regresado de Irak y Afganistán con heridas terribles, algunos de los cuales sufrieron explosiones en la cara. Y debido a que la prioridad de la medicina moderna es salvar vidas, cada vez más personas que se encuentran en esta situación sobreviven. Lamentablemente, Tomas no es el único que ha tomado la decisión de poner fin a su vida. Lo que es sorprendente de él es que quiere que su vida deje un mensaje, nos quiere decir algo y lo admiro mucho por eso. Es un acto muy poco frecuente de valor moral. Quiere que la gente vea esto porque regresó a su país de la guerra más escondida del público que he visto en toda mi vida. La mayoría de nosotros no la vemos. Menos del 5% de nosotros, quizá un 1%, haya realizado un sacrificio personal por esta guerra. Y Tomas fue uno de ellos. Y sus compañeros que están en una situación similar están ocultos. No se los ve, no se nos permite tomar fotografías de los ataúdes. Esto significa que será mucho más fácil empezar otra guerra”.
Donahue reflexionó: “Cuando veo a este joven se me viene a la mente el Presidente Bush cuando dijo ‘vayamos tras ellos’. Casi no hay remordimientos. Todos se ocultan. Richard Perle ya no aparece tanto. Cheney cobra cifras de seis dígitos por dar conferencias. No sé dónde está Wolfowitz. Bush está a salvo en la seguridad de su hogar”.
Tomas habló recientemente mediante videoconferencia desde su casa en Kansas City, ante un grupo de personas que se encontraba en Ridgefield, Connecticut, donde Phil Donahue proyectó “Body of War”. Fue en ese evento de febrero de este año que Tomas anunció públicamente su intención de morir. Cuando le preguntaron cómo quiere ser recordado, Tomas Young respondió: “Como alguien que luchó con todas sus fuerzas para mantener a los jóvenes hombres y mujeres alejados del servicio militar. Como alguien que luchó con todas sus fuerzas para impedir que alguien como yo fuera a combatir a Irak. Así quiero ser recordado”.
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