Ana Lilia Pérez es una valiente periodista mexicana que durante los últimos 10 años se ha dedicado a investigar acuciosamente la terrible corrupción de diversos funcionarios de Pemex. A causa de sus publicaciones, ha sufrido múltiples agresiones y el acoso judicial del sistema, que se han traducido en persecución, vigilancia permanente, intervención telefónica y bloqueo informativo.
En 2010 publicó el libro Camisas azules, manos negras, donde revela el latrocinio multimillonario perpetrado en contra de Pemex. Denuncia cómo se triangularon recursos y demuestra cómo, desde el poder, paralizaron intencionalmente las plantas petroquímicas —a través de un embargo— para promover su privatización.
Con numerosas fuentes documenta actos graves de corrupción de altos funcionarios. Están Felipe Calderón, Vicente y Javier Fox, Marta Sahagún y sus hijos, los Bribiesca, uno de ellos hoy diputado por el partido de Elba Esther Gordillo.
También aparecen Fernández de Cevallos, Mouriño, César Nava y el diputado federal Juan Bueno Torio.
En uno de sus capítulos se refiere al desempeño de Bueno Torio como director de Pemex Refinación entre 2003-2006. Revela las irregularidades que existieron durante su administración y publica los contratos con las empresas de la familia Bueno, dedicadas al transporte de hidrocarburos.
En 2010, la Cámara de Diputados creó una comisión encargada de investigar las denuncias contenidas en el libro. Juan Bueno no respondió a ninguno de los señalamientos, pero sí presentó una demanda judicial en contra de la periodista por “daño moral”.
Desde junio de 2012 Ana vive en Alemania. Se acogió a un programa de protección para perseguidos políticos. Desde ahí, sigue denunciando la corrupción y difundiendo la situación por la que atraviesan los periodistas en México. Sin embargo, a pesar de encontrarse en Europa, no ha dejado de ser víctima del acoso judicial del diputado federal Juan Bueno Torio.
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