Pulso Crítico
J. Enrique Olivera Arce
Lo que tenía que pasar, pasó. Héctor Yunes Landa se juega su última carta en rebeldía ante el Tribunal Federal Electoral. ¿Y ahora qué? Se preguntan sus miles de seguidores en territorio veracruzano, tras considerar que hasta aquí llega la aventura del diputado local con licencia en su pretensión de ser el abanderado del PRI en la justa electoral por la gubernatura.
La moneda está en el aire y son pocos los que aún confían en que Yunes Landa pudiera por un golpe de suerte alcanzar ansiada pre candidatura, tras la advertencia del legislador de que no renunciará a su partido, dejando a sus leales en libertad de optar por el camino que mejor convenga a sus intereses políticos. ¿Cuáles intereses? ¿Sumarse a la cargada en apoyo de Duarte de Ochoa, virtual candidato? ¿Sumarse a los seguidores del neopanista Miguel Ángel Yunes Linares? ¿Incorporarse a las filas de la alianza de nunca jamás, compartiendo nuevas esperanzas en un proyecto que parece haber nacido para perder con un Dante Delgado Rannauro que no da color?
Vaya dilema para un ejército de más de 100 mil priístas que aseguran por la vida de su madre que sus firmas, ahora desechadas por la Comisión de Asuntos Internos del PRI estatal, son auténticas. Si bien hoy se sienten colgados de la brocha, confundidos y lastimados, lo que les mantiene con la frente en alto es saber que actuaron de buena fe, que no se les puede tachar de traidores y que le apostaron a un hombre íntegro, valiente, que no claudicó ante la incomprensión de correligionarios y amigos, ni las amenazas ni mucho menos con los intentos de soborno bajo el agua. Como el “implanchable”, le califico destacado analista político.
La carne es débil. Algunos, los más viejos quizá, seguirán siendo leales a la camiseta, por convicción, por inercia o por comodidad. Sin embargo, nadie sabe ni nadie está en capacidad de prever cuantos de ese ejército de desencantados formado en “Alianza Generacional”, negarán su voto al candidato oficialista. Mal cálculo de la cúpula priísta en la entidad en su afán de ungir al delfín, cerrándole la puerta en sus narices a Yunes Landa porque así lo decidió “quien manda en Veracruz”.
No hay fijón, dicen los fieles de la ola roja; La aventura de Héctor así como empezó, terminó, sin que su actitud en rebeldía mellara la fuerza y unidad del partido. “Las firmas auténticas recabadas por “Alianza Generacional”, son mínimas y quienes las suscribieran no tienen ningún peso”. Dando por cerrado el expediente. ¿Será esto cierto? O la borrachera de un sobredimensionado inicio de pre campaña, derroche de recursos públicos incluido, de un Javier Duarte de Ochoa que ufano acepta cabalgar a nancas en el “caballo del hacendado”, nubla la visión de quienes minimizando y desdeñando el peso electoral de “Alianza Generacional”, olvidan que en el 2004 el Maestro Fidel Herrera Beltrán obtuvo del TRIFE la victoria con una diferencia de apenas 26 mil votos sobre su más cercano oponente.
Y mientras esto sucede en los patios del PRI, en los que por cierto se rumora la pronta salida de Jorge Carballo, presidente del CDE, ante los apremios de una presunta investigación de su persona por parte de la PGR, el malestar crece entre los xalapeños ante una andanada más de los desclasados desnudos de Cesar del Angel, que exigen y esperan pronta respuesta del gobierno del estado a su propuesta de hurgar en el pasado y aplicar el peso de la ley al virtual candidato del PAN a la gubernatura. Turbio inicio del proceso electoral, ahora amenizado con la ingrata música de viento del Registro Nacional de Electores, que investiga la existencia en el padrón de cuando menos 50 mil “turistas” dispuestos a vender su voto al mejor postor.
¡Que bonito es Veracruz! ¡Y falta lo mejor!
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Difusión: Soberanía Popular
1 comentario:
Si, la verdad que poca madriguera de Fidel Herrera, pero en fin ya veremos como se queda el Delfin pero sin agua y se nos muere....
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