Se erogaron cientos de millones de pesos en proyectos polémicos y sin sustento
Cientos de comerciantes vieron afectados sus ingresos por la mala planeación municipal
JORGE COVARRUBIAS
A su paso por la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), las administraciones panistas se han topado con serias dificultades en el desarrollo de obra pública, y no precisamente por falta de presupuesto; al contrario, se han erogado cientos de millones de pesos en proyectos que no terminaron o concluyeron sin parecerse a los planes originales.
Desde el Teatro de la Ciudad y los Arcos del Milenio, que ideó Francisco Ramírez Acuña, –actual presidente de la Mesa Directiva en el Congreso de la Unión– hasta la más reciente remodelación de calles y banquetas en el Centro Histórico de Guadalajara, son varias y polémicas las obras.
En la opinión pública no se recuerda un solo proyecto digno de elogios; salvo la Vía RecreActiva que todos los domingos se realiza –desde hace seis años– con el cierre de las avenidas Javier Mina, Juárez y Vallarta, los gobiernos panistas no han logrado una obra que cuente con la aceptación de la gente.
Incluso se afirma que la remodelación de banquetas, obra en la que se invirtieron casi 100 millones de pesos, le costó al blanquiazulperder la capital jalisciense, tras 15 años consecutivos de gobiernos panistas para cederla nuevamente al PRI.
La apertura de calles durante el primer semestre del año arruinó la economía de cientos de comerciantes –situación que se agudizó con la crisis económica a nivel mundial– sin embargo, el municipio tapatío no logró diseñar un plan efectivo para contrarrestar las pérdidas. En consecuencia los afectados interpusieron una lluvia de quejas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHJ), la cual finalmente les dio la razón, aunque no lograron recuperar su patrimonio.
En Zapopan, el presidente municipal Juan Sánchez Aldana, también fue objeto de críticas con la remodelación de su Centro Histórico, cuya inversión ascendió a 283 millones de pesos. Comerciantes protestaron por afectaciones a su actividad económica y recurrieron al Tribunal Administrativo del Estado.
La gestión de Aldana cerró con sendas manifestaciones de parte de contratistas afiliados a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción y del Colegio de Ingenieros del Estado de Jalisco, quienes reclamaron alrededor de 400 millones de pesos por obras realizadas.
La administración de Tonalá destacó de principio a fin por sus fuertes escándalos: el homicidio de Carlos Romo, director de Mejoramiento, la revelación de una red de corrupción al interior que operaba casinos y máquinas tragamonedas clandestinas, deudas acumuladas que alcanzan los 150 millones de pesos, y lo más insólito; la huida, aprehensión, encarcelamiento y posterior liberación del presidente municipal Jorge Vizcarra por su presunta participación en el asesinato de Romo.
Vizcarra regresó en los últimos meses del año y en el tercer informe de gobierno aseguró que jamás se había desarrollado tanta obra pública.
“Me llena de orgullo decir que fue el trienio donde más obra pública se ha hecho, donde se reforzó más el equipamiento y el estado de fuerza para seguridad pública, las áreas deportivas, apoyo a muchísimas más escuelas que en otras ocasiones”.
Lo cierto es que los proyectos que presentó su gobierno, como las gazas de Arroyo de Enmedio, la Unidad Administrativa en el Cerro de la Reina, una Cruz Verde en Santa Paula y otra en la Colonia Jalisco nunca se realizaron.
Otras como el rastro municipal, sólo se adquirió el terreno, pero no se construyó nada; la rehabilitación de la Avenida Tonaltecas quedó incompleta; tampoco se realizó la Unidad de Bomberos en el Fraccionamiento Urbi y quedaron pendientes dos corredores industriales.
El gobierno de Hernán Cortés Berumen, presidente municipal de Tlaquepaque, quien no terminó el trienio, ya que se postuló a la dirigencia estatal de su partido, pasó inadvertido en materia de escándalos.
Fue una administración que no le ocasionó problemas al blanquiazul, y que tampoco motivó grandes descontentos en la población de Tlaquepaque. Cortés Berumen logró incluir al municipio en nuevos programas estatales y federales, lo que permitió que la inversión en obra pública se incrementara de 39 millones de pesos en el 2007 a 259 millones en 2009.
En el tercer informe de gobierno se mencionaron la ampliación de la Avenida 8 de Julio, y Gobernador Curiel (aunque estas contaron con inversión del gobierno del estado), así como la repavimentación con concreto hidráulico de las calles aledañas a la Central Nueva de Camiones, una zona en la que no se habían efectuado inversiones desde el panista Antonio Álvarez Hernández (quien se llevó hasta la computadora personal que le asignaron en su oficina).
En Tlajomulco de Zúñiga, el presidente municipal Antonio Tatengo le dejó al presidente electo Enrique Alfaro Ramírez dos obras iniciada; una base de bomberos con un costo de 4 millones de pesos y una base de policías con valor de 9 millones de pesos, en el predio denominado La Guancha, cerca del camino a la Delegación de San Miguel Cuyutlán.
También le dejó a medias cuatro colectores que trasladarían las aguas residuales de más de 60 mil viviendas hacia una planta de tratamiento. Las empresas inmobiliarias instalarían 25 mil 980 metros de colectores, pero no lograron terminar debido a que no se adquirieron los predios por donde pasarían.
Las constructoras debían hacer una inversión de 133 millones 400 mil pesos y el Ayuntamiento les condonaría 66.7 millones de pesos en el pago de licencias y permisos municipales para los fraccionamientos.
El municipio de Guadalajara es quizá el mayor fracaso en lo que a obra pública se refiere. La administración gastó más de 400 millones de pesos para el desarrollo de la Villa Panamericana en el Parque Morelos, un proyecto que no llegó a realizarse por múltiples causas que no pudo resolver el presidente Alfonso Petersen Farah.
Ampliamente documentado por La Jornada Jalisco el proyecto “estrella” del hoy secretario de Salud se vino abajo el pasado mes de septiembre con el anuncio oficial de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa). Con la Villa Panamericana, el Ayuntamiento de Guadalajara pretendió hacer una recuperación del Centro Histórico. La zona sigue en el olvido, sucia y con predios abandonados.
Y si bien la administración de Petersen logró el remozamiento del Centro Histórico, y de las avenidas Chapultepec y Vallarta, las obras nunca estuvieron exentas de críticas por su calidad y la demora con que se entregaron.
La remodelación de avenida Vallarta, que le costó a la administración cerca de 40 millones de pesos, es una obra inconclusa que deberá terminar el priísta Jorge Aristóteles Sandoval.
“Se hizo un esfuerzo sin precedentes, un esfuerzo en donde eran unas banquetas que no se iban a terminar, en donde se iban a quedar en el estado que guardaban, se hizo un esfuerzo grande para realizar más contratación, para sacar adelante el proyecto, sí por supuesto que nos queda mal la empresa que le toca realizar esto, nos firma contratos, nos firma todo y aun así nos queda mal, ya es mínimo lo que hace falta, es parte del remozamiento, es parte del machuelo rojo en donde pues simplemente la empresa se atoró en el último momento”, dijo en días pasados el presidente interino Juan Pablo de la Torre Salcedo.
Las nuevas administraciones que encabezarán la Zona Metropolitana de Guadalajara tendrán el reto de terminar la obras que les heredaron, sin embargo, es algo que parece difícil, ya que los gobiernos panistas disminuyeron el presupuesto de egresos que se ejercerá en el 2010 y prácticamente todos dejaron las arcas del erario en números rojos.
Fuente: La Jornada de Jalisco
Difusión: Soberanía Popular
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