Difusión Soberanía Popular
México D.F, 19 de octubre de 2009 (Cencos).- El informe sobre la situación de las y los defensores de derechos humanos en México, Defender los derechos humanos: entre el compromiso y el riesgo, elaborado por la Oficina en México de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas (OACNUDH) hace una mención especial al tema de la libertad de expresión, al papel de periodistas y comunicadores como defensores de derechos humanos y a la responsabilidad de los medios de comunicación en la promoción y difusión de los derechos fundamentales.
El informe está motivado por las dificultades que enfrentan las defensoras y defensores de derechos humanos en México y porque su labor, fundamental en la construcción de una sociedad más democrática, “sigue sin estar suficientemente visibilizada, reconocida y garantizada”. Las problemáticas descritas están estrechamente vinculadas con las que padecen los periodistas, no sólo por el contexto de trabajo sino también por las agresiones y obstáculos de los que son víctimas.
Destaca el informe el contexto adverso en el que trabajan las y los defensores: altos niveles de violencia y de inseguridad y ausencia de un enfoque de derechos humanos en algunas políticas públicas de seguridad; permanencia de dinámicas no democráticas, especialmente en algunos contextos municipales y estatales; contexto de pobreza y desigualdad en el que muchas personas son víctimas de discriminación y exclusión; y, resistencia a cambios culturales, que dificultan las transformaciones para erradicar prejuicios, estigmas y prácticas culturales discriminatorias. Todos estos fenómenos describen un escenario complejo que sitúa a las y los defensores en situaciones de riesgo y vulnerabilidad.
Uno de los tres derechos que la OACNUDH ubica como clave para la defensa de los derechos humanos es el de la libertad de expresión. Como se da en el caso de los periodistas, “las y los defensores tienen el derecho a expresar sus ideas y opiniones libremente, mientras que la sociedad tiene el derecho a acceder a la información generada por ellas y ellos”. Una agresión en su contra supone coartar este derecho, tanto a la persona agredida como a toda la sociedad, por eso, los periodistas son considerados también como un caso particular de defensores cuando “en razón de su actividad promueven y protegen los derechos humanos”.
Algunos de los casos que la OACNUDH ha documentado y que son la base para el análisis que presenta, corresponden a agresiones físicas y privación de la vida en contra de periodistas. Los periodistas también enfrentan procesos legales en su contra (por vías tanto administrativas como penales) o son objeto de campañas públicas de desprestigio por el ejercicio de la libertad de expresión. De algunas agresiones se responsabiliza a los propios medios de comunicación, cuando inhiben el trabajo de aquellas y aquellos que asumen una línea editorial con temas de la agenda de derechos humanos. Además, están los casos de restricción y censura que son imputados a poderes fácticos cuando “critican el actuar de ciertas personalidades ligadas a dichos poderes o a los intereses que representan”, como en los casos de las redes de corrupción y pederastia que implican a funcionarios, empresarios o miembros de la iglesia.
Por otra parte, las radios comunitarias son consideradas como un vehículo muy importante para la defensa de los derechos humanos. De nuevo, un organismo internacional recomienda que el Estado mexicano legisle en la materia, reconociendo a las radios comunitarias según los lineamientos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y estándares internacionales. La libertad de expresión se restringe si no está acompañada de la posibilidad de disponer de los medios de comunicación adecuados. Por eso las agresiones a estas radios son consideradas en el informe de manera especial. Los intentos por cerrar y confiscar los equipos de algunas de ellas se han realizado a través de operativos oficiales “sin un respaldo por escrito de la autoridad competente y mediante un despliegue de la fuerza desproporcionado”.
Una de las conclusiones principales tiene que ver con la impunidad en la que se producen las agresiones a defensores y defensoras, por la falta de investigaciones y sanción a los responsables, lo que aumenta el riesgo en el que desarrollan su importante labor. Esta misma situación se da en los casos de agresiones a la libertad de expresión en contra de periodistas, comunicadores y medios de comunicación que se han registrado en la Campaña Permanente de Protección a Periodistas. En ese sentido, la OACNUDH recomienda a las autoridades federales la creación de “un mecanismo nacional de protección para defensoras y defensores, el cual podría extenderse a integrantes de grupos de población en especial situación de vulnerabilidad y/o discriminación, en particular periodistas”. Este mecanismo debería ser creado en concertación con organismos de la sociedad civil, con un presupuesto adecuado y, entre otras cosas, con capacidad de articular el trabajo de las autoridades de diferentes niveles de gobierno; actuar preventivamente; y definir, adoptar, monitorear y evaluar medidas de protección otorgadas tanto por organismos públicos de derechos humanos como por los mecanismos internacionales de protección. Esta recomendación va en la línea de algunos de los debates impulsados actualmente por organismos civiles y periodistas en torno al tema de la protección a periodistas, por la falta de mecanismos eficientes.
Por último, la OACNUDH sostiene que el apoyo público a las actividades de las y los defensores es un factor muy importante para su protección. En este sentido, recomienda a las autoridades federales y estatales articular una campaña masiva y sostenida para visibilizar y reconocer la legitimidad del trabajo de las y los defensores. En este sentido, el papel que juegan de los medios de comunicación es fundamental.
El informe recoge que son muy pocos los medios de comunicación que han dado cobertura a los temas de derechos humanos y a las personas que los defienden, aunque reconoce el papel positivo de algunos de ellos, sobre todo de ámbito local y comunitario. Las dificultades económicas y la dependencia de los recursos públicos a través de la publicidad oficial sería un factor que obstaculiza adoptar estas líneas editoriales. Sin embargo, la OACNUDH hace una recomendación directamente a los medios: que den mayor reconocimiento al trabajo de las y los defensores y difundan la Declaración sobre los derechos de los defensores de derechos humanos.
Cencos reconoce la pertinencia del informe en un momento en el que se degrada la situación de derechos humanos en el país y aumenta el riesgo de aquellas personas que ejercen y defienden los derechos humanos, particularmente la libertad de expresión. Una de las medidas de protección más importante para prevenir nuevas agresiones sigue siendo la investigación y sanción a los responsables de dichas agresiones. Sin embargo, las conclusiones y recomendaciones de la OACNUDH abonan el debate sobre la necesidad de reforzar y hacer efectivos los mecanismos de protección a defensores y periodistas ya existentes o a crear nuevas instancias, para que el estado mexicano, en todos sus niveles de gobierno, asuma la responsabilidad de reconocer y proteger tan importante labor para la sociedad.
Defender los derechos humanos: entre el compromiso y el riesgo (PDF)
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