Fuente: Amnistía Internacional
El día de hoy, Amnistía Internacional hizo un llamado a las autoridades de Urumqui para llevar a cabo y de manera inmediata, una investigación independiente e imparcial sobre los reportes de que 140 personas fueron asesinadas cuando una protesta se tornó violenta el domingo por la tarde.
“Las autoridades chinas deben rendir cuentas por todos aquellos que murieron y fueron detenidos. Aquellos que fueron detenidos solamente por expresar de manera pacífica sus percepciones y ejercer su libertad de expresión, asociación y asamblea deben ser liberados inmediatamente. Una investigación justa y minuciosa debe llevarse a cabo y dar como resultado juicios justos en concordancia con los estándares internacionales sin recurso de pena de muerte” declaró Roseann Rife, Director Adjunto de Amnistía Internacional Asia-Pacifico.
“Ha habido una trágica pérdida de vidas y es esencial que una investigación urgente e independiente se realice para que los responsables de las muertes sean llevados ante la justicia”, expresó Roseann Rife. “La violencia y los abusos no están justificados ni por parte de las autoridades, ni por los protestantes”.
Amnistía Internacional instó a las autoridades a respetar sus obligaciones en el marco de las leyes domésticas e internacionales, las cuales protegen la libertad de expresión y asamblea de manera pacífica, prohíben el arresto arbitrario y la tortura o el maltrato en custodia. La organización también hizo un llamado a las autoridades para permitir el libre acceso a los periodistas nacionales e internacionales así como a los observadores independientes para poder hacer repostes sobre lo sucedido.
Xinhua, una agencia de noticias oficial del estado, reportó que la policía en Urumqui, capital de la Región Autónoma de Xinjiang Uighur (XUAR por sus siglas en inglés) y hogar de más de 8 millones de Uighures, arrestó a varios cientos de participantes, incluidos más de diez figuras claves quienes fueron acusados de provocar los disturbios, y siguen buscando aproximadamente a más de 90.
Los reportes indican que los manifestantes iniciaron una demostración no violenta en contra de la falta de acción por parte del gobierno después de los violentos disturbios ocurridos en una fábrica y que ocasionaron dos muertes en Shaoguan, en la Provincia de Guangdong. El 26 de junio, cientos de trabajadores Uighures tuvieron enfrentamientos con trabajadores chinos Han en una fábrica donde los Uighures han sido contratados por parte del gobierno del XUAR. La policía aparentemente aprehendió a un hombre, un trabajador despedido de la fábrica, quien circuló rumores que provocaron el letal enfrentamiento. La respuesta oficial a la violencia en Guangdong fue imponer un cese a la información sobre el incidente, con la instrucción de eliminar cualquier entrada referente al conflicto en páginas en internet y foros de discusión en línea.
Fuera de la respuesta al inmediato surgimiento de violencia, las autoridades necesitan lidiar con los problemas que provocaron el incremento de las tensiones. Desde la década de los 80’s, los Uighures han sido el objetivo de violaciones sistemáticas y extensivas a los derechos humanos. Estas violaciones incluyen detenciones arbitrarias y encarcelamiento, mantener a los detenidos incomunicados, y serias restricciones en la libertad de religión así como en los derechos sociales y culturales.
Las políticas de las autoridades chinas, incluyendo aquellas que limitan el uso del lenguaje Uighur, imponen severas restricciones en la libertad de religión, y la llegada continua de migrantes chinos Han a esta región, están destruyendo costumbres y, junto con la discriminación en el trabajo, se alimentan el descontento y las tensiones étnicas. El gobierno chino ha montado una agresiva campaña que ha llevado al arresto y la detención arbitraria de miles de Uighures con presuntos cargos de “terrorismo, separatismo y extremismo religioso” por ejercer sus derechos humanos pacíficamente.
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