Cada año, miles de jornaleros indígenas llegan a tres comunidades en busca de trabajo por la temporada de cosecha, sin embargo, la cantidad de personas ha llegado a convertirse en un grave problema social para el municipio, en cuestión de servicios, higiene, salud y seguridad.
Los indígenas oriundos de Guerrero y Oaxaca, principalmente, comienzan a arribar en grupos desde mayo y se retiran en agosto.
Es gente que vende su mano de obra más barata que los lugareños y en gran parte sustituye a los cientos de fresnillenses que migran a Estados Unidos y antes hacían ese trabajo.
Muchos niños de las familias de jornaleros son seleccionados para trabajar cuando tienen la edad suficiente y puedan resistir las actividades del campo.
Esta ocasión, la producción agrícola fue baja, por lo que muchos obreros no consiguieron empleo y carecen de los recursos para subsistir.
SIN EMPLEO
En el 2006, sólo en la comunidad Río Florido, se registró un arribo de 4 mil indígenas; el año pasado la cifra fue de 5 mil, la misma que se espera para este año.
Para esta temporada, el problema radica en que las producciones del campo fueron menores y el trabajo escasea, por lo que muchos de los indígenas están desempleados.
“Hace un mes llegamos 47 personas en un autobús, pero no hay chamba, sólo sacamos para la renta y comida. Llevábamos un mes sin trabajar y las cosas se tienen que pagar; donde estamos nos cobran 60 pesos por persona a la semana, aparte del cobro del agua y la luz”, dijo el jornalero Abraham Cruz, oriundo de Oaxaca. Además de que el trabajo escasea, la explotación de los arrendatarios continúa, principalmente en Río Florido. En la comunidad existen aproximadamente 60 personas que rentan inmuebles a los indígenas, la mayoría de esas casas están en obra negra o son bodegas.
Santiago Gálvez, originario de Tlapa, Oaxaca, quien llegó con su familia a buscar trabajo, tuvo que rentar una casa en otra comunidad cercana, donde aseguró que paga 400 pesos la renta, mucho más barato que en Río Florido y con todos los servicios.
“Nosotros trabajamos en el corte del tomate, tomatillo, en limpia, en azadonear, corte de pasto y chiles, pero apenas empezamos en esta semana en un campo acá cerca, pero llevábamos casi un mes sin trabajar”, indicó Santiago.
ARRENDATARIOS EXPLOTADORES
Algunos arrendatarios que explotan a los obreros, según mismos habitantes de la comunidad, son Margarito Martínez, Manuel Márquez y Ceberiano Márquez, que rentan desde casas en obra negra e incluso bodegas.
“Muchas de las personas de aquí les restringen el agua, los jornaleros utilizan el agua para todo, ellos siempre lavan, siempre cocinan, se bañan y muchos de los arrendatarios les cortan el agua por las tardes, incluso se las cobran aparte”, expresó Natalia Guízar, auxiliar de la delegación y encargada del servicio de agua potable en Río Florido.
Afirmó que el año pasado se acordó que los arrendatarios debían mejorar las condiciones de los inmuebles, a fin de que les brinden todos los servicios a los indígenas, desde baños, hasta agua potable; incluso, dijo que algunos deberían tener cocinas, para evitar que preparen alimentos a la intemperie; sin embargo, pocos lo cumplieron. “Aquí estamos por trabajo, si el gobierno no ayuda y si ayuda es por un rato y no se preocupa por nosotros, nosotros venimos a trabajar”, dijo Juan Gálvez, que llegó a Río Florido desde mayo, junto con otras dos familias. Argumentó que a la semana, les cobran 50 pesos por persona en la renta de un cuarto, incluso los niños que ya son mayores de 12 años tienen que pagar. La habitación mide aproximadamente 6 por
En otros lugares el hacinamiento es mayor, de hasta 50 personas en un cuarto, con medidas que no pasan de los
DISCRIMINACIÓN
Una de las mujeres indígenas, que prefirió omitir su nombre, dijo que en Nayarit sí existen programas de apoyo para los jornaleros. Mediante éstos, las familias reciben mil 200 pesos al mes, además existen escuelas móviles para los niños, así como zapatos y ropa.
“Aquí hay discriminación para la gente de afuera, son malos, no venimos por las cosas gratis, sino a trabajar y a pagar. Cuando llegamos no quieren rentar y si rentan es muy caro. Aquí no ha llegado ninguna autoridad con despensas como en otros lados y no somos cochinos, como dicen”, resaltó.
En años anteriores, para junio, los regidores ya habían realizado al menos 12 mesas de trajo y tres visitas a las comunidades. Sin embargo, ahora sólo se han reunido tres veces y los habitantes de Río Florido aseguran que los ediles no han ido a revisar ni a preguntar en qué condiciones se encuentran los indígenas.
“Las despensas nos apoyarían mucho porque trabajo no hay. Llegué hace un mes, no hay trabajo, y los niños y los mayores deben comer”, dijo una mujer, mientras amamantaba a una niña de 2 años de edad.
LOS NIÑOS
Según la delegación de Río Florido, del total de los indígenas que llegan a laborar, más de 60 por ciento son menores de edad; muchos de ellos también participan en las pesadas jornadas del campo, cuando tienen la capacidad de cargar botes o deshierbar. Cuando existe trabajo suficiente y “el patrón” les exige no llevar menores al campo, éstos son encargados a los niños más grandes, a los abuelos o las “niñeras” que cuidan a varios pequeños de diferentes familias, hasta que regresan los mayores de la cosecha. Si los jornaleros no tienen quién atienda a los menores, éstos son llevados al campo, donde las mujeres pueden cosechar y al mismo tiempo cargar a sus vástagos, enredados en un chal, o los dejan en algún lugar del terreno para vigilarlos.
SALUD
La semana pasada,
En la feria se detectó tuberculosis en algunos jornaleros y se vacunó a los niños. A partir del miércoles, se pondrán en servicio las consultas gratis para los jornaleros, de las 16:00 a las 20:00 horas, en la clínica de la comunidad.
En San José de Lourdes también estuvieron brigadas de salud y se quedó el compromiso de clorar el agua para prevenir enfermedades.
DERECHOS HUMANOS
Habitantes de Río Florido y San José de Lourdes dicen que
Mientras algunas autoridades están preocupadas porque en el próximo mes aumente la población de jornaleros en Fresnillo, a otras les inquietan las condiciones en que se viven los indígenas, más ahora que el trabajo escasea.
En tanto, los miles de obreros foráneos son explotados por algunos habitantes de las comunidades.
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