Grupos indígenas de diferentes partes del estado tomaron ayer al mediodía las instalaciones de la delegación de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) para sumarse a la petición que vienen haciendo desde la semana pasada los trabajadores de la dependencia para que se destituya a la delegada Anahí Romero. Con mantas y pancartas en las que exigían respeto a sus usos y costumbres, además de demandar que la funcionaria no prosiga con el ejercicio discrecional y “partidista” de los recursos públicos que tiene bajo su responsabilidad, los indios ingresaron al recinto oficial, ubicado en las inmediaciones del Hospital de la Universidad Autónoma de Puebla.
El acceso de los indígenas fue apoyado por los empleados de la delegación, quienes dijeron que la manifestación era una muestra más del descontento que existe contra Romero “no sólo entre los trabajadores de la comisión, sino incluso y esto es lo peor, entre quienes deberían ser los principales aprobadores de su trabajo”.
Los empleados y los indígenas advirtieron que no cejarán en las protestas hasta que Anahí Romero deje el puesto.
Las manifestaciones contra la servidora pública iniciaron desde la semana anterior. Este lunes, cerca de 30 trabajadores inconformes acusaron a Romero Alonso de desviar recursos para favorecer al PAN en las elecciones del próximo año.
Los trabajadores han exigido, a través de un oficio a Luis H. Álvarez, titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, que realice un concurso para que se elija a un nuevo delegado en Puebla, pues Anahí Romero no cumplió con ese procedimiento señalado en la ley.
El texto está dividido en siete puntos en los que los laboristas plantean sus quejas contra Romero, quien tiene aproximadamente un mes en el cargo.
De hecho, el puesto anterior de Romero Alonso fue la titularidad de la delegación de la Secretaría de Desarrollo Social, misma que abandonó oficialmente acusada de ineficiencia, aunque se supo después que su caída fue de origen político y derivada de una rencilla entre el senador Rafael Moreno Valle Rosas y la subsecretaria de Población, Migración y Asuntos Religiosos, Ana Teresa Aranda Orozco, en cuyo grupo político se identifica a la delegada.
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