La construcción de dos carreteras que atravesarán la jungla del estado de Yucatán (sur de México) ha revelado a un equipo de arqueólogos sendos antiguos enclaves maya que podrían desaparecer si no son rescatados pronto, dijeron hoy a EFE los especialistas.
La selva que cubre gran parte del estado, hollada por el hombre para construir caminos, oculta todavía muchos vestigios de la civilización maya, guerrera y astróloga.
Los especialistas del Instituto Nacional de Arqueología e Historia mexicano (INAH) estaban desplazados al lugar para comprobar que las carreteras no arrasasen terrenos con restos mayas, lo que ha sucedido con anterioridad en el estado, donde están ruinas como Chichen Itza y Uxmal, sus grandes activos turísticos.
Uno de los asentamientos descubiertos está junto a Uichina ("casa sobre el cerro", en maya), un pequeño poblado al sur del estado donde apenas llega la señal del teléfono móvil.
En la selva, la temperatura es alta, la humedad sofocante, el avance dificultado por maleza, pequeños troncos y piedras, y la luz del sol frenada por las altas copas arbóreas.
El edificio que queda en pie, sostenido por las raíces de los árboles cercanos, podría haber tenido uso ceremonial y, aunque conserva gran parte de su estructura, el estuco y muchas de sus piedras se han desprendido.
Cerca hay un altar y restos de viviendas, como pudo comprobar EFE en el lugar. "En su día debió haber estado pintado de colores", apuntó el arqueólogo Agustín Peña, que junto a sus compañeros se pregunta si, junto a otros dos enclaves cercanos -uno de ellos, "El Ramonal", de 3 hectáreas- podrían formar parte de un único y extenso asentamiento.
"Queremos establecer una jerarquía de sitios y buscar la interacción entre ellos", apuntó Peña, que sostuvo que el lugar pudo ser una zona de paso, por la diversidad de procedencias de los objetos hallados, y lamentó la falta de presupuesto para determinarlo.
El descubrimiento es significativo porque parece pertenecer, por su estilo, a la cultura chenes (550-750 d. C), lo que ampliaría los límites conocidos hasta ahora de la misma. Con las lluvias, el lugar, visto por primera vez en 1986 pero que no había sido analizado exhaustivamente hasta ahora, podría desaparecer en un par de años.
El segundo enclave, hallado el año pasado también a causa de la construcción de una nueva carretera, es más extenso y se compone de cinco plazas públicas, una de ellas con una dimensión de
La hipótesis de que allí se conmemoró algo especial cobra fuerza para los especialistas porque cerca, en el "Hoyo de las Maravillas", como llama Peña a un agujero de
El lugar, en el que también se encuentran varios falos de piedra como símbolo de fertilidad, pertenece al periodo clásico temprano (200-600 d. C).
Peña pidió a EFE que su ubicación se mantenga en secreto para evitar saqueos. "Los museos extranjeros pagan lo que sea", dijo el arqueólogo, aunque relató que, en virtud de un convenio con EEUU de hace quince años, los museos públicos de ese país tienen prohibido adquirir piezas de forma clandestina. Peña afirmó también que se trabaja en concienciar a las comunidades locales de que los sitios arqueológicos son un activo para su desarrollo.
Los especialistas, que llevan siete años en la región, efectúan sus trabajos de investigación al margen de sus tareas laborales, por afición, ya que los enclaves hallados están fuera de los límites de las carreteras que se construyen.
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