Chilpancingo, 18 de marzo. “¡A ver si así le paran!”, fue la advertencia que los policías municipales de Tixtla le hicieron al menor Agustín al detenerlo la tarde de ayer, porque su padre es miembro de la Policía Comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (Crac).
Agustín estuvo esta tarde en la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos (Coddehum), acompañado de sus familiares, su madre, Cristina Salmerón Almazán, presentaron una queja por la detención, acompañada de una golpiza.
Eran las 18 horas; Agustín iba en una camioneta blanca, junto a su cuñado, de 15 años, hacia la comunidad de Ojitos de Agua; llevaban un servicio de agua potable de entrega por pipas.
A la salida de la cabecera municipal, cerca del internado, cuatro patrullas de policías los alcanzaron, los cercaron y los forzaron a que se detuvieran. Los policías les dijeron que se bajaran, y hurgaron en la camioneta; tres de ellos golpearon a ambos jóvenes.
En la mano derecha y en la zona del peroné, Agustín tiene moretones. Fueron unos culatazos que les dieron los policías, relató el joven.
Entre la revisión y los golpes, los policías comentaron que eso les pasaba porque “iban bien locos”, y alguien les dijo que iban a chocar con un carro blanco. Él único carro blanco que vio Agustín fueron unos kilómetros atrás, y le rebasó.
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