Puebla, México, a 5 de diciembre de 2012
El Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos “Joel Arriaga Navarro”. A.C. y la Red de Defensa de los Derechos Humanos con domicilio para recibir información y notificación en Avenida Reforma 1516, despacho 4, Centro Histórico de Puebla, y correo electrónico: contacto@reddh.org, reddh.mex@gmail.com y números celular: 044 (45)2221145368 y 044 (45) 22 21 27 68 39, solicitan su intervención urgente ante los tratos crueles e inhumanos por parte de efectivos de la policía estatal, detención arbitraria y desaparición forzada de Juan LORENZO LUCAS y Santiago SANTOS GREGORIO, indígenas Nahuas del Municipio de Huitzilan de Serdán, Puebla.
HECHOS
Lo sucedido, según las autoridades del estado de Puebla:
El día 23 de noviembre del año en curso fueron detenidos los señores: Juan Lorenzo Lucas y Santiago Santos Gregorio cerca del puente conocido como “Puente Ateno” en los límites del municipio de Huitzilan de Serdán y el municipio de Xochitlán de Vicente Suárez, acusados de robo, portación de armas y objetos prohibidos. Fueron recluidos en la cárcel del Municipio de Zacapoaxtla, Puebla. Todo lo anterior sucedió por la noche, según la versión “oficial”.
TESTIMONIOS
El día primero de diciembre de éste mismo año, a petición de vecinos y familiares de los detenidos, el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos “Joel Arriaga Navarro”. A.C. en compañía de Neftalí Ramírez Reyes, asesor del Centro en el área psicológica, realizamos un recorrido a San Miguel del Progreso. Recabamos la siguiente información:
El día 23 de noviembre alrededor de las 11 am, vecinos de la comunidad de San Miguel del Progreso se percataron de la presencia de un vehículo con personas en su interior. Esto los alertó porque no reconocían el vehículo.
Uno de los vecinos solicitó a los Policías Municipales que indagaran quiénes eran las personas que se encontraban en el vehículo estacionado frente a su negocio, pues ya llevaban varias horas en el mismo lugar. Los policías le informaron al vecino después de entrevistarse con los ocupantes del vehículo que se trataba de “vendedores de esferas”. Esto sucedió cerca de las 4 de la tarde.
Alrededor de las 5 de la tarde llegó a la tienda del “vecino” el señor Juan LORENZO LUCAS, después de haber concluido su actividad laboral, que es la de maestro albañil. Juan llegó acompañado de un compañero de trabajo y se sentaron para descansar cerca de la tienda. La dueña de la tienda le pidió a Juan despachar maíz a un cliente y Juan se dirigió a la bodega de la tienda para servir el maíz. Eran las 5:30 de la tarde aproximadamente. Cuando Juan se encontraba en el interior de la bodega despachando el maíz, tres individuos descendieron del vehículo estacionado desde horas atrás frente a la tienda. Se introdujeron a la pequeña bodega y encañonaron con armas de fuego al señor Juan LORENZO LUCAS. El comprador de maíz salió despavorido al ver a los hombres armados. Un cuarto hombre condujo el automóvil en reversa y subieron a Juan esposado de las manos. Abandonaron el poblado de San Miguel del Progreso a toda velocidad –refieren los vecinos que fueron testigos de lo sucedido- esto alrededor de las 6 de la tarde.
Nadie supo a dónde llevaron al señor Juan LORENZO LUCAS, ni quienes eran las personas del vehículo mencionado.
Los vecinos relatan que ese mismo 23 de noviembre alrededor de las 11 de la noche se percataron de la presencia de patrullas de la Policía Estatal, se dieron cuenta que en una de las camionetas de la Policía Estatal llevaban esposado al señor Juan LORENZO LUCAS.
Los policías estatales se dirigieron a la casa del señor Santiago SANTOS GREGORIO, de oficio albañil. Él se encontraba durmiendo en compañía de su pareja y su bebé recién nacida. La casa en la que dormía el señor Santiago Gregorio Lucas, es la casa de sus padres.
Los policías tiraron la valla de carrizo que sirve de puerta y se introdujeron a la vivienda de manera violenta y encañonaron al señor Santiago. Acto seguido, lo esposaron y lo sacaron de la casa. La pareja de Santiago protegió a la bebita que dormía en medio de ellos; su esposa también fue encañonada con la bebita en los brazos y un Policía le gritaba groseramente que les mostrara en dónde tenían las armas. Ella respondió que no sabía nada de armas.
El padre de Santiago, que comparte el mismo espacio como dormitorio, también fue encañonado y maltratado por los policías. Con palabras altisonantes, le pedían al padre de Santiago que les dijera en dónde estaban las armas, él padre de Santiago respondió que no sabía de que armas le hablaban. Mientras esto sucedía en esa habitación, en la habitación contigua que sirve de cocina y dormitorio, dormían la madre de Santiago y su hermana menor. Algunos de los policías se introdujeron a ese cuarto y levantaron de los pelos a la menor de las hermanas de Santiago y le ordenaron que les mostrara el lugar en el que tenían las armas, ella logró zafarse del policía que le tenía cogida por los pelos y asustada salió corriendo tras su madre. La hermana menor escucho que el policía se comunicaba por radio y decía que “R2” iba con su mamá. Un hermano de Santiago, que vive cerca de la casa de sus padres, encaró a los policías, estos lo amagaron y le dijeron que no se metiera o le iba a ir peor que a su hermano.
Después de salir de la casa de la familia con Santiago esposado, los policías se dirigieron por un camino de terracería a la casa de Juan LORENZO LUCAS. Detuvieron las camionetas y continuaron golpeando a los detenidos. Unos policías resguardaron a los detenidos y los demás policías se dirigieron a la casa en la que vive Juan. Al bajar por la vereda que conduce a la vivienda de Juan, se localiza la casa de los padres de Juan. Los policías abrieron de golpe la puerta y amagaron con sus armas al padre, a la madre y a una hermanita de Juan. Al padre de Juan le ordenaron que abriera un baúl y les mostrara las armas, baúl en el que guardan ropa. El padre de Juan les afirmo que no tienen arma alguna.
Los policías entraron a todas las habitaciones dejándolas en total desorden. Amenazando y amagando en todo momento con sus armas a la madre y a la pequeña hermana de Juan; abandonaron la vivienda y se dirigieron a la casa en la que vive Juan, misma que se localiza a unos cuántos metros de la casa de sus padres.
Entraron a la vivienda de Juan y la saquearon. Se llevaron unas bocinas, un amplificador, una grabadora y tres tanques de gas para uso doméstico. Dejaron toda la vivienda desordenada. Al salir de las habitaciones comenzaron a rascar cerca de la puerta en la que se localizan unos arbustos, preguntándole al padre de Juan en dónde estaban las armas. En ese momento, el padre de Juan se percató que estaban golpeando a Juan y Santiago en las camionetas.
El 2 de diciembre, abandonamos la comunidad de San Miguel del progreso y nos dirigimos a la ciudad de Zacapoaxtla en la que se localiza el Centro de Reclusión. Ahí visitamos, en la cárcel, a Juan y a Santiago. Pudimos observarlos y mostraban huellas de golpes y lesiones severas. Juan presenta golpes muy marcados en el pecho y Santiago tiene marcas muy profundas de las esposas, y además, tiene el brazo derecho fracturado, fractura que no tenía hasta antes de ser detenido.
Es importante destacar que todo lo anterior fue narrado por vecinos y familiares testigos de lo acontecido a Juan y Santiago. Y que también fuimos asistidos con traductor por una persona de reconocido prestigio en la comunidad durante todo el recorrido. De igual manera, destacamos que la mayoría de la población de San Miguel del progreso, población de alta marginación, es de origen Nahua.
Los hechos referidos anteriormente perpetrados por efectivos de la Policía Estatal han dejado una profunda crisis de pánico, miedo y terror en la población, elementos constitutivos de Terrorismo, de acuerdo con el Código Penal Federal, así como también del delito de Desaparición Forzada de existir algún vínculo entre el vehículo particular y los efectivos policiacos. Situación que se suma a una larga lista de arbitrariedades por parte del caciquismo local con aquiescencia de las propias autoridades y condición de marginación y pobreza por falta de atención del Ejecutivo Estatal.
Por lo expuesto anteriormente, solicitamos de manera urgente:
I. Se tomen todas las medidas necesarias para garantizar la integridad física, psicológica y moral, así como del debido proceso de los injustamente detenidos indígenas nahuas Juan LORENZO LUCAS y Santiago SANTOS GREGORIO.
II. Solicitamos medidas cautelares para las familias de Juan LORENZO LUCAS y Santiago SANTOS GREGORIO, así como también para todas las personas que narraron lo acontecido ese aciago día 23 de noviembre y para las personas que colaboran en el Centro de Derechos Humanos “Joel Arriaga Navarro” A.C.
III. Sustentados en el Artículo 8 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, solicitamos que se llame a comparecer ante tribunales y Congreso del Estado a las autoridades encargadas del personal que realizó la detención arbitraria, los tratos crueles e inhumanos en contra de los indígenas nahuas Juan LORENZO LUCAS y Santiago SANTOS GREGORIO el día 23 de noviembre del 2012, además, para que los responsables materiales e intelectuales de estos hechos sean enjuiciados y sancionados penal o administrativamente.
A las representaciones de los gobiernos internacionales y organismos internacionales de derechos humanos les solicitamos respetuosamente manifiesten de manera pública su preocupación por las violaciones a derechos humanos antes referidas, así como a exhortar al gobierno del Estado Mexicano y de manera específica al Gobierno del Estado de Puebla a actuar de apego a lo estipulado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como en Pactos y Tratados Internacionales firmados y ratificados por el gobierno mexicano.
Atentamente
José Fernando Emigdio Cuellar Muñoz
Director del Centro de Derechos Humanos “Joel Arriaga Navarro” A.C.
Israel Sampedro Morales
Coordinador General de la Red de Defensa de los Derechos Humanos
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