LEOPOLDO GAVITO NANSON - MIÉRCOLES, OCTUBRE 26, 2011
“Normalmente, México es mantenido a oscuras respecto a los contactos con los más secretos informantes de Estados Unidos –esto que incluye oficiales policiacos, funcionarios públicos y miembros de cárteles–, en parte es debido a las preocupaciones por la corrupción en la policía mexicana, y en parte a las leyes que prohíben que las fuerzas de seguridad americanas operen en territorio mexicano. Los mexicanos hacen como que miran hacia otro lado y dicen saber qué pasa, aun cuando se supone que no debería de pasar”.
Tales son las palabras de un especialista mexicano en asuntos de seguridad perteneciente al Centro Woodrow Wilson, que citó en la edición de ayer el diario estadounidense The New York Times en su nota principal de primera plana.
Inicia pues la semana con un par de informaciones que de nueva cuenta evidencian el efecto corrosivo que ha tenido el grupo de la elite gobernante mexicana que fraudulentamente se hizo del poder en 1989. Instituciones débiles aún más debilitadas; la fábrica nacional desarticulada y punto menos que quebrada; dependencia integral de la importación de los alimentos que comemos; un sistema educativo secuestrado por un sindicato y deformador del alumnado; el sistema de pagos en manos extranjeras. En fin el socavamiento casi completo de la posibilidad de construir una sociedad que lleve progreso y bienestar para todos, la renuncia a la independencia; la acumulación de la riqueza nacional en tan pocas manos que hace del país territorio profundamente antidemocrático. Por no mencionar la crisis integral de seguridad en la que esta administración ha puesto al Estado mexicano.
La nota del NYT da cuenta del significativo crecimiento de las redes de informantes mexicanas al servicio de las agencias policiales de Estados Unidos. Entiéndase el amplio abanico de FBI, DEA, ATF, Servicio Secreto o cualquiera otra que tenga algo que ver con seguridad interna o exterior. Tales redes, dice la nota, han permitido infiltrar a las poderosas organizaciones criminales mexicanas, pero eso no necesariamente implica que el gobierno mexicano obtenga información o ventajas relativas para su enfrentamiento con las organizaciones criminales. Así, salvo excepciones, el gobierno es sólo reactivo frente a las iniciativas de las organizaciones criminales, mientras que es mantenido básicamente a oscuras por su contraparte estadounidense.
Cuando el presidente Calderón anunció que enfrentaría al crimen organizado con “toda la fuerza del Estado” literalmente se refería sólo al uso de la fuerza física, nunca consideró a la inteligencia como una parte de esa fuerza. La tarea básica para iniciar una operación a gran escala contra el crimen era primero tener instituciones confiables con qué hacerlo y la información suficiente. Los pagadores de las consecuencias de esas malas decisiones son los ciudadanos mexicanos.
Otra evidencia del terrible debilitamiento institucional y resquebrajamiento en el acuerdo de elites, es lo publicado por el diario 24 Horas en un video que muestra a Elba Esther Gordillo en despliegue de confesiones y valoraciones. Por ejemplo, al decir que “los niveles de corrupción de este gobierno son tan altos, tan impresionantemente altos, que la impunidad reina en todos los niveles de gobierno”.
Afirma también que ello genera un enorme vacío de liderazgos, pero fundamentalmente desconfianza de la ciudadanía con los partidos políticos o los movimientos sociales. Elba Esther advierte a sus oyentes que el PAN “con enorme irresponsabilidad” ha guardado mucho dinero para la campaña presidencial y fortalecer a su candidato, “soltar; pero no darle a los gobiernos de los estados y llevarnos a una confrontación verdaderamente grave”.
Muestra su escepticismo respecto a la agenda Peña Nieto con el propio PRI y de plano suelta que hay algunos que creen que Cordero es el candidato del Presidente, pero que ella está convencida de que Josefina Vázquez es la verdadera candidata, para agregar sin mencionarlo directamente que el Presidente con perversidad de “gente medio rara” hace una finta, pero que ninguno de los dos candidatos ganaría salvo que tuvieran una estrategia de guerra sucia. El contenido de lo dicho por la líder sindical la revela en su arrogancia íntima, privada.
Hizo también un revelador llamado a sus íntimos sobre que estaba informada de la premura de algunos miembros del sindicato por alinearse con el PRI y en tono de no se equivoquen les dice que no se ha llegado a ningún acuerdo con el PRI, “tenemos que tener un fuerte número de representantes en las cámaras. ¡Poder es poder, señores! ¡El poder es el gremio! Lo que hay que hacer es no perder el rumbo, no alocarse. A mí me toca llevar las negociaciones de orden político. ¡Y a nadie más!”. Tal es la lideresa al desnudo.
En respuesta, por la mañana de ayer y con insuperable candidez Cordero afirmó que en 2006 Calderón “ganó sin la ayuda de Elba Esther”.
Llama la atención la insistencia de la secretaria vitalicia por aclarar quién es la que lleva las negociaciones. Revela que no necesariamente el mando en el sindicato es monolítico. ¿El fantasma de Jonguitud? Eventuales fracciones de SNTE minarían sensiblemente su liderazgo y capacidad de negociación; si decidió hacer un recordatorio explícito de su mando y vocería únicos es porque probablemente existan en cantidad suficiente.
*Es Cosa Pública
leopoldogavito@gmail.com
Fuente: La Jornada de Veracruz
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