Orizaba, Ver.- El gobierno federal, tras la muerte del obispo Samuel Ruiz García, ha intensificado las acciones represivas contra las bases y comunidades del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), pero aplica la misma técnica de antaño, “una estrategia de distracción, como en su momento lo hizo Ernesto Zedillo –tal y como se hace ahora– y para ocultar la grave crisis económica se ha reactivado la opresión contra las comunidades zapatistas.
De acuerdo con un comunicado emitido por la comandancia zapatista, del cual La Jornada Veracruz posee una copia, firmado “por el teniente coronel insurgente Moisés y el subcomandante insurgente Marcos”, se hace una analogía de lo que se vivió hace años con la actualidad del país.
“Hoy se ha reactivado la guerra contra las comunidades indígenas zapatistas. Hoy en día esos ataques no han cesado. El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas recibe continuamente amenazas y hostigamientos. Además de haber sido fundado por Don Samuel Ruiz García y de tener una inspiración cristiana, el 'Frayba' tiene como delitos agravantes el creer en la Integralidad e Indivisibilidad de los Derechos Humanos, el respeto a la diversidad cultural y al derecho a la Libre Determinación, la justicia integral como requisito para la paz, y el desarrollo de una cultura de diálogo, tolerancia y reconciliación, con respeto a la pluralidad cultural y religiosa”, explica el comunicado.
Pero estos principios, refiere, ha generado malestar incluso entre la cúpula del catolicismo: “esta molestia llega hasta El Vaticano, donde se maniobra para partir la diócesis de San Cristóbal de Las Casas en dos, de modo de diluir la alternativa en, por y con los pobres, en la acomodaticia que lava conciencias en dinero. Aprovechando el deceso de Don Samuel, se reactiva ese proyecto de control y división”.
“Allá arriba entienden que la opción por los pobres no muere con Don Samuel. Vive y actúa en todo ese sector de la Iglesia católica que decidió ser consecuente con lo que se predica. Mientras tanto, el equipo de pastoral, y especialmente los diáconos, ministros y catequistas, indígenas católicos de las comunidades, sufren las calumnias, insultos y ataques de los neo-amantes de la guerra”.
“El Poder sigue añorando sus días de señorío y ven en el trabajo de la Diócesis un obstáculo para reinstaurar su régimen de horca y cuchillo. El grotesco desfile de personajes de la vida política local y nacional frente al féretro de Don Samuel no es para honrarlo, sino para comprobar, con alivio, que ha muerto; y los medios de comunicación locales simulan lamentar lo que en realidad festinan”.
“En el EZLN militan personas con diferentes credos y sin creencia religiosa alguna, pero la estatura humana de este hombre (y la de quienes, como él, caminan del lado de los oprimidos, los despojados, los reprimidos, los despreciados), llama a nuestra palabra. Aunque no fueron pocas ni superficiales las diferencias, desacuerdos y distancias, hoy queremos remarcar un compromiso y una trayectoria que no son sólo de un individuo, sino de toda una corriente dentro de la Iglesia católica”.
“Don Samuel Ruiz García no sólo destacó en un catolicismo practicado en y con los desposeídos, con su equipo también formó toda una generación de cristianos comprometidos con esa práctica de la religión católica. No sólo se preocupó por la grave situación de miseria y marginación de los pueblos originarios de Chiapas, también trabajó, junto con heroico equipo de pastoral, por mejorar esas indignas condiciones de vida y muerte”.
“Desde 1994, durante su trabajo en la Comisión Nacional de Intermediación (Conai), en compañía de las mujeres y hombres que formaron esa instancia de paz, Don Samuel recibió presiones, hostigamientos y amenazas, incluyendo atentados contra su vida por parte del grupo paramilitar mal llamado Paz y Justicia. Y siendo presidente de la Conai, Don Samuel sufrió también, en febrero de 1995, un amago de encarcelamiento”.
Fuente: La Jornada de Veracruz
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