21 de enero de 2010. En el Círculo de Estudios Central, se presentó el libro “La Empresa Social y su Administración, el caso cooperativo” escrito por el Académico de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Juan Ignacio López.
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En este libro se aborda la manera de organización autogestiva, es decir, en la forma en que los individuos pueden canalizar sus esfuerzos hacia un fin común. El caso más significativo es el de las Sociedades Cooperativas, que en nuestro país aunque no han abundado, hay casos de éxito en que los trabajadores han logrado demostrar que con una visión social pueden construir un proyecto viable y eficiente, como la refresquera Pascual, la cementera Cruz Azul, y más recientemente la llantera fundada por los extrabajadores de Euzkadi.
Lamentablemente en México, no hay un espíritu de cooperativismo, al contrario, los medios de comunicación se han dedicado a fomentar el individualismo.
1 comentario:
Quien ha escrito este artículo, evidentemente no tiene una mirada muy profunda hacia el interior de México en general y hacia el cooperativismo autóctono en particular.
Afirmar que no hay espíritu cooperativo en México, es una expresión que no tiene sentido. En este país existe un gran número de cooperativas y todas ellas han cumplido una función social muy importante.
Seguramente, el autor de ese artículo no sabe que quien preside en estos momentos la Alianza Cooperativa Internacional de las Américas es justamente un dirigente cooperativista mexicano, el señor Ramón Imperial Zúñiga, del sector del cooperativismo de crédito.
Siendo argentino, no voy a ser yo quien salga a defender el cooperativismo de México. Este páís tiene muy buenos defensores de las entidades de la economía social. Reitero, entonces, que quien ha escrito este artículo lo ha hecho en función de su desconocimiento de la realidad del cooperativismo mexicano.
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