Pulso Crítico
J. Enrique Olivera Arce
Es de llamar la atención la tónica discursiva adoptada por el Maestro Fidel Herrera Beltrán en el último mes del año que culmina. Lo mismo recurre a la retórica triunfalista al referirse a Veracruz, que al pesimismo con el que percibe el acontecer nacional bajo la conducción de Felipe Calderón Hinojosa. Contrastando el “vamos bien y viene lo mejor” en lo que a nuestra aldeana isla de la fantasía corresponde, con el “ominoso panorama y una atmósfera de falta de confianza que afecta a las instituciones, agravia a la nación y retarda las soluciones”, al sintetizar el balance que del 2009 en México formulara en entrevista concedida a un medio nacional.
En el gobernador Veracruzano no hay nada al azar; lo mismo en el discurso pueblerino que en el seno de la ONU, palabras y hechos se conjugan en una visión de largo plazo que apunta a la elección presidencial del 2012 y, de paso, en la continuidad que le asegura el imponer a su delfín. En el contraste entre el gobierno “fiel” en Veracruz y la fallida conducción del país por parte de Calderón, radica la estrategia de Fidel Herrera Beltrán. En nuestra entidad todo es miel sobre hojuelas; el blindaje, inversión y empleo, así como la bonanza económica, conforman un clima de confianza envidiable frente a la crisis global, en tanto que el gobierno federal, sin rumbo y sin proyecto, genera desánimo, desconfianza y ominosos nubarrones.
Cuidándose, eso sí, de comulgar de dientes para afuera con lo que Calderón Hinojosa propone; lo mismo tratándose de la mini reforma política que de la necesaria unidad en el combate a la delincuencia organizada, sin dejar de imprimir a su dicho matizada visión personal del que, como y cuando cerrar filas con el gobierno federal sin perder de vista el riesgo que implica el que le levanten la canasta presupuestal.
A la luz de tres discursos decembrinos, en tres momentos diferentes, y en una misma circunstancia, el gobernador veracruzano deja entrever la estrategia asumida. El primero, referido al cambio climático, destaca su punto de vista sobre lo perverso de un sistema capitalista, salvaje en su fase neoliberal, depredador y contra natura, rebasando por la izquierda al sistema político nacional; el segundo, expuesto ante la diputación local, contradice al primero, desbordando triunfalismo sin sustento y exaltando las virtudes del neoliberalismo como paradigma para la vida económica y social de Veracruz, habida cuenta que estaba dirigido al consumo interno y libreto para la proyección mediática del diputado federal Javier Duarte de Ochoa. Con el tercero, le domina el pesimismo; Calderón Hinojosa no sabe gobernar, no hay acuerdos afirmara, para concluir que observa “ominoso panorama y una atmósfera de falta de confianza que afecta a las instituciones, agravia a la nación y retarda las soluciones”, pero hace un llamado a cerrar filas en torno al michoacano por el bien de la nación.
La aparente incongruencia discursiva, para Fidel Herrera no es tal, en tanto persigue un propósito único: descalificar a Calderón Hinojosa y al partido político de éste, colocándose mediáticamente a la vanguardia del PRI en la tan desgastante como impredecible carrera por la presidencia de la República, libre de la pesada carga que implica el tener que dar cuentas a su sucesor y a la historia.
Fuente: Pulso Crítico
Difusión: Soberanía Popular
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