viernes, 23 de octubre de 2009

Gravoso pasado tiene la fiscal Guadalupe Morfín


Fuente: La Jornada de Zacatecas
Difusión Soberanía Popular

Redacción

Gladis Torres Ruiz

Guadalupe Morfín Otero –candidata a la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y ex titular de la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y la Trata de Personas (Fevimtra)– compareció el miércoles por la noche ante senadoras y senadores de las comisiones unidas de Derechos Humanos, de Justicia y de Estudios Legislativos.

Ante ellos afirmó: “no dejé solas a las mujeres que tocaron las puertas de la institución que representé”. No obstante, tal señalamiento dista mucho de la realidad, ya que durante la gestión de Morfín al frente de la Fevimtra, organismo dependiente de la Procuraduría General de la República (PGR), las mujeres de Atenco intentaron entrevistarse con ella para conocer el avance de las investigaciones.

Sin embargo, no tuvieron éxito, pues la funcionaria siempre argumentó que “tenía que hacer una revisión del caso”. Cabe recordar que durante los operativos policiacos del 3 y 4 de mayo de 2006 en San Salvador Atenco yTexcoco, 26 mujeres fueron violadas y abusadas sexualmente por policías de los tres niveles de gobierno.

De ellas, 15 interpusieron denuncia en la Fevimtra, entonces presidida por Alicia Elena Pérez Duarte. En abril de 2008, Morfín Otero recibió a las mujeres de Atenco, cuya exigencia es la misma desde el día de los operativos: “que se consigne a los responsables, porque sí tienen elementos para ello”.

La respuesta de Morfín fue que desconocía el caso, “porque recién había sido nombrada fiscal especial”. La funcionaria dio carpetazo al asunto y 17 meses después de ese encuentro dejó el cargo para buscar la presidencia de la CNDH.

Durante su comparecencia, la ex fiscal fue cuestionada por la senadora del Partido Acción Nacional (PAN), Adriana González Carrillo, acerca de cuál sería su aporte como mujer en la CNDH.

Al respecto, respondió: “somos las mujeres las que cuidamos a nuestras madres y padres, a nuestras hijas e hijos, a los enfermos y ancianos, por lo que es importante valorar esa etiqueta del cuidado que no trae dividendos, pero sí aportes a la familia, y crear la compatibilidad de ese cuidado con el ámbito público, del que las mujeres hemos sido históricamente relegadas”.

Al preguntarle qué propondría para lograr que las víctimas de trata denuncien y que ese proceso no lastime la dignidad de las mujeres, señaló que “el cumplimiento de la ley”, y añadió: “no fui una fiscal con resultados en términos numéricos, porque no llevé prisa para encarar a las víctimas con sus agresores”.

Asimismo, indicó que la CNDH tiene que “brindar un servicio efectivo a través de la atención puntual a las quejas del pueblo. Yo he actuado bajo la perspectiva de género”.

Guadalupe Morfín también fue la comisionada especial de la Comisión para Juárez, cargo que desempeñó de 2003 a 2006, durante el sexenio de Vicente Fox, como enlace entre las organizaciones civiles y las autoridades gubernamentales. Durante su gestión no se logró la consignación de algún funcionario como responsable del feminicidio en la localidad.

CNDH: compromisos incumplidos

En el ámbito internacional, México se ha propuesto combatir la tortura, la desaparición forzada y la detención arbitraria, entre otros flagelos; sin embargo, en los hechos esos compromisos no son parte de lo cotidiano en las instituciones defensoras de los derechos humanos del país, denunció a su vez la también candidata a la presidencia de la CNDH, Patricia Olamendi Torres.

Durante su comparecencia, la ex subsecretaria de Relaciones Exteriores explicó que aunque México impulsó la reforma a la Organización de Naciones Unidas (ONU) para instaurar el nuevo Consejo de Derechos Humanos, la CNDH no puede considerarse un ejemplo para otros países.

“No se cuenta con un organismo moderno que logre prevenir las violaciones a derechos humanos, que colabore con otras instituciones y logre proteger a todas las personas por igual. ¿Dónde está la CNDH vigilando y defendiendo?, ¿dónde están las denuncias penales?”, inquirió.

Olamendi Torres –quien cuenta con el respaldo de 398 organizaciones de 20 estados del país con las que ha trabajado en los últimos cuatro años, y con el del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), organismo que ayer envió un documento a las y los senadores donde refrenda su apoyo a la ex canciller– se pronunció por una estrategia de cero tolerancia a violaciones de derechos humanos por cualquier autoridad.

Agregó que si bien se han logrado reformas importantes para consolidar la autonomía de la CNDH, aún hay limitaciones en la Constitución y en la legislación de la comisión, que está muy alejada de los estándares internacionales.

Por tal motivo, considera necesaria una nueva CNDH que defienda a las víctimas, contribuya a fortalecer

el Estado de derecho, haga posible el acceso a la justicia, y que inste al reconocimiento de la diversidad y la pluralidad étnica y cultural.

“La CNDH ha realizado un buen trabajo en la prevención de tortura y detenciones arbitrarias; sin embargo, no ha logrado ser más ciudadana y cercana al pueblo”.

Participaron en la segunda jornada de comparecencias, realizada ayer, Raquel Gutiérrez Nájera, María Guadalupe Morfín Otero, Patricia Olamendi Torres, Lucrecia Ortega Sánchez, Luis Raúl González Pérez, Francisco Javier Jasso Méndez, Gerardo Felipe Laveaga Rendón, Javier Moctezuma Barragán y Alejandro Fermín Ortiz Peña, aspirantes a la presidencia de la CNDH.

Cada uno expuso su plan de trabajo durante 10 minutos. Las y los senadores cuestionaron su trayectoria, sus proyectos y expectativas respecto a los derechos humanos. Las comparecencias concluirán hoy con la participación de los últimos nueve aspirantes. (CIMAC)

1 comentario:

Ricardo Rodríguez inda dijo...

Lo que menciona la agencia CIMAC es una distorsión. Guadalupe Morfín se refirió a que no fue solamente una fiscal con meros resultados numéricos; esto fue para subrayar el largo tramo que toma empoderar a una víctima de trata, dado que la senadora Adriana González había mencionado que muchas veces las víctimas de este delito ni siquiera se dan cuenta de que lo son, y el proceso de empoderamiento toma meses y quizá hasta más de un año de intervención integral terapéutica. Habló del refugio inaugurado. En otro punto, al responder cómo influiría desde la CNDH (y la pregunta era referida a la influencia de una mujer en un alto cargo público) se refirió a la ética de cuidado que menciona Victoria Camps, filósofa catalana, en su libro El Siglo de las mujeres, dijo que el cuidado de los otros, un trabajo casi nunca reconocido y menos remunerado, tradicionalmente en nuestras sociedades está confiado a las mujeres, no porque tenga que ser así, sino porque así ha sido salvo excepciones. Y que feminizar la política lleva el sentido de hacer que no pesen tan grandes cargas adicionales como la doble o triple jornada sobre los hombros de las mujeres, y eso significa hacer compatible la vida familiar o el cuidado de los otros (Carol Gilligan, feminista en quien se inspira Victoria Camps, autora del término "ética del cuidado", escribe cómo es importante reconocer y visibilizar todos estos afanes confiados a las mujeres que sustentan el tejido social). En fin, nunca justificó una imagen estereotipada de las mujeres, como la nota hace ver, ni fue deslucida o torcida su respuesta.