J. Enrique Olivera Arce
Veracruz. ¿Principio del fin de Fidelidad?
Hasta hace unas semanas el proyecto transexenal del gobernador Herrera Beltrán, mejor conocido como “Fidelidad”, sin adjetivos, se daba mediáticamente como exitoso. Con los resultados de la elección del pasado cinco de julio en los que el PRI triunfara en 18 de los 21 Distritos Electorales federales, el priísmo veracruzano lanzó las campanas al vuelo. Propalando que el éxito obtenido en las urnas confirmaba la fortaleza y aceptación ciudadana del gobernante, un mejor posicionamiento de este en la búsqueda de la presidencia de la República, y tener mano para imponer a su sucesor. Sentándose con ello las bases para que el proyecto fiel tuviera continuidad en la próxima administración pública veracruzana.
Al día de hoy la presunción del priísmo fiel no parece tener sustento. El optimismo que animara al proyecto transexenal de la “Fidelidad” se ve ensombrecido por aciagas circunstancias que operan en contrario. Las dos últimas declaraciones del Maestro Fidel Herrera Beltrán sobre la situación que guardan las finanzas públicas de la entidad, no son nada alentadoras. Un sinnúmero de obras iniciadas o proyectadas no podrán concluirse en el presente sexenio por falta de disponibilidad financiera. Para paliar tal escasez de recursos el gobernador ha solicitado al Congreso local autorización para colocar en la Bolsa Mexicana de Valores emisiones bursátiles por 6 mil 800 millones de pesos, a un plazo de 15 años, respaldados por las participaciones federales que anualmente recibe Veracruz.
Lo que para el buen entendedor significa que las finanzas públicas actualmente son deficitarias. No hubo el tan cacareado blindaje ni lo proyectado en materia de obra pública respondió a un plan racionalmente jerarquizado y congruente con las más que anunciadas consecuencias del errático e inadecuado manejo de las finanzas públicas federales frente a la crisis global. Como tampoco se quiso aceptar por parte del gobierno de la fidelidad que si le va a mal al gobierno calderonista nos va mal a todos, en tanto la hacienda estatal depende de la federal.
Lo mismo podría decirse de la estrategia de combatir los efectos del modelo neoliberal arrojando más gasolina al fuego. Apostarle a la bolsa de valores es tanto como insistir en seguir uncidos a la crisis financiera y sus nocivos efectos. Bursatilizar, aquí y en China, es contraer deuda, debiendo pagar esta y los servicios financieros que genera. Corriéndose el riesgo de que los bonos bursátiles queden en manos poco escrupulosas, a más de que se pignora a futuro la hacienda pública veracruzana, en perjuicio de las administraciones venideras.
Sea que se acepte o no el nuevo y multimillonario endeudamiento por el Congreso local, una cosa queda clara: lo que empezara con sin igual optimismo y triunfalismo, terminará en el 2010 como estrategia fallida. El voluntarismo y pensamiento único como rector del rojo proyecto transexenal de la Fidelidad por Veracruz, se observa trunco, empantanado y carente de respaldo popular. Para nadie es aceptable que una administración pública entregue a la siguiente arcas vacías y obligaciones de pago de deuda, que mermarán la ya de si volátil disponibilidad de recursos para que el nuevo gobierno cumpla a cabalidad con el encargo constitucional.
Y por si fuera poco, bajo el supuesto de que el proyecto transexenal contempla que quien quede al frente del poder ejecutivo estatal a finales del 2010, dará continuidad al proyecto fidelista apechugando sin hacer osos el quedar financiera y socialmente atado de manos para responderle a los veracruzanos, políticamente las cosas no están a saliendo del todo acorde con lo previsto. Javier Duarte de Ochoa, presunto delfín, a la fecha no se le ven tamaños para aspirar a gobernar a Veracruz; no crece ante la opinión pública y la promoción de su imagen y discurso es ostensible y artificialmente mediática. Obligado por las circunstancias más que ofertarse de cara a la sociedad se enfrenta al interior del PRI estatal a adversarios de mayor peso, experiencia y presencia, en un clima de confrontación entre la vieja guardia del tricolor y el arribismo de un puñado de jóvenes que no ven más allá de la oportunidad de enriquecerse a la sombra de la Fidelidad.
La situación no está nada fácil para el Maestro Fidel Herrera Beltrán y su proyecto transexenal. En los próximos meses tendrá que enfrentar la disyuntiva: Concentrarse en poner a salvo financieramente a su administración para arribar al final con buenas cuentas, o concentrarse en hacer triunfar, al precio que sea, al sucesor designado.
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