Fuente: La Jornada de Veracruz
Cien personas de la tercera edad, pertenecientes a la Unión de Jubilados, Viudas y Pensionados de Hilados y Tejidos Santa Rosa, del municipio de Camerino Z. Mendoza, se manifestaron para denunciar abusos de parte de José Torres Serrano, comisionado especial de la Compañía Industrial Veracruzana (Civsa), quien ha vendido e hipotecado bienes que les corresponden a quienes trabajaron en las fábricas textiles de 1946 a 1973.
El presidente de la Unión de Jubilados, Viudas y Pensionados de hilados y Tejidos Santa Rosa, Fernando García Sierra, comentó que desde 1953 existe un acta constitutiva en la que se señala que con las aportaciones de los trabajadores –que en ese entonces les descontaban 5 por ciento de su salario a mil seiscientos trabajadores–, se comprobarían propiedades y que éstas serían para los trabajadores.
El sindicato de la Civsa tiene el poder de los bienes, pero eso no le da el derecho de vender, dijo, “estamos molestos porque en 1994 se perdió el cine Juárez, sólo le dieron 869 mil pesos; en el 2004 José Torres Serrano hipotecó en cinco millones de pesos un campo deportivo, que se llama Rincón de las Doncellas; en 2008 vendió un edificio en 4 millones de pesos”.
Sin que se informe el paradero de los fondos obtenidos y se ofrezca participación alguna a los jubilados, que a la fecha “estamos vivos 83 trabajadores y viudas de trabajadores, muchas de ellas están imposibilitadas, andan en sillas de ruedas, que no pueden caminar, por eso pedimos justicia”.
Los antiguos trabajadores somos los verdaderos dueños, pero “el dirigente, Torres Serrano es una persona que engaña, que vive a base de los abusos, y para que no nos hagan caso está diciendo que somos perredistas, las cosas han sido diferentes, ya que en el 2004 fuimos promotores del voto durante la campaña de Fidel Herrera a la gubernatura, nos prometió ayudarnos y no ha hecho nada por nosotros”.
Después de no obtener ninguna respuesta, tomaron la calle de Enríquez, a la altura de Palacio de Gobierno, y allí, Gildardo Sosa Sánchez, de 80 años de edad, pidió a su ex compañero de trabajo Torres Serrano “que se acuerde de los años que pasamos trabajando el algodón, que a todos nos descontaban, que se acuerde de las máquinas, del vapor, y que sea justo”.
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