sábado, 29 de agosto de 2009

El arte como instrumento de unidad entre indígenas

El muralista indígena, quien es acreedor de reconocimientos internacionales, mantiene una lucha social con los guerrerenses radicados en Estados Unidos, donde ha hecho trabajos sobre la discriminación del sistema de gobierno de aquel país

Fuente: La Jornada de Guerrero


JESÚS RODRÍGUEZ MONTES ( Corresponsal)

Tlapa, 27 de agosto. “Yo he manejado esa idea de conciencia comunitaria con el arte”, afirma Nicolás de Jesús, pintor nahua del Alto Balsas, uno de los artistas guerrerenses más destacados en los últimos años, muralista indígena que ha recibido reconocimiento internacional por sus exhibiciones en varios países de América y Europa.

“Creo que se trata de hacer conciencia de la identidad comunitaria, la idea de hacer murales para reflejar la necesidad de que la gente sea consciente de que nos unen muchas cosas a nosotros como pueblo mexicano, como pueblo guerrerense, como pueblo amuzgo, como pueblos me’phaa o na savi, todo lo que nos une, nuestra cosmovisión, que es muy fuerte, y eso podría vencer a tantas cosas, tantos obstáculos, y también además la situación de discriminación”, explica.

Nicolás de Jesús es originario de Ameyaltepec, uno de los pueblos del Alto Balsas que en 2007 se hicieron acreedores al Premio Nacional de Ciencias y Artes, en la categoría de Artes y Tradiciones Populares, por la práctica de la pintura sobre papel amate y barro, una técnica de muchas generaciones que ha logrado preservarse en la actualidad. De Jesús aprendió la técnica de su padre.

De Francia a Montreal, de Montreal a Chicago, de Chicago a El Charco (el emblemático pueblo de Ayutla de los Libres), de El Charco a Agua Caliente (en la zona de La Parota, en Acapulco), Nicolás de Jesús ha llevado su trabajo con el propósito de mostrar lo que ocurre en sitios distantes y distintos, pero que tienen como común denominador situaciones donde se violan los derechos humanos, apunta el artista en entrevista con La Jornada Guerrero.

Con ayuda de los na savi de El Charco, el año pasado Nicolás de Jesús pintó un mural sobre la masacre ocurrida en el pueblo en 1998, cuando soldados del Ejército ejecutaron a indígenas y estudiantes que dormían en la escuela primaria del lugar. El mural se hizo precisamente ahí, en las aulas donde aún se observan los disparos. Con ayuda de los vecinos de Agua Caliente, pueblo bastión del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Presa La Parota, también se hizo un mural sobre la resistencia contra el megaproyecto en los muros del poblado.

–Creo que eres un reconocido artista, pero además te distingue tu trabajo como activista de los derechos humanos, expresando lo que ocurre en un contexto difícil como Guerrero. ¿Qué opinas de la comunidad artística local y el papel que desempeñan en estos acontecimientos?

–Bueno, pues mi trabajo siempre he tratado de llevar ese mensaje, en diferentes partes lo he hecho, donde quiera que he llegado he tratado de dejar algo, principalmente en los murales y en las exhibiciones que he hecho. Por ejemplo, acabo de hacer un mural en Montreal, con los jóvenes. Ahí el problema es que es una comunidad en la frontera con Estados Unidos, pero sin armas, sólo que ahora con eso del terrorismo, Estados Unidos está pretendiendo imponer una policía armada en la frontera, a lo que la gente se está oponiendo porque hay un acuerdo firmado para que no sea así. Es similar lo que pasa en varios lados, por leyes y acuerdos que no se respetan. Por eso a ese mural de allá le pusimos: La justicia es pura verga, así, tal cual (ríe).

“Creo que aquí en el estado, como artistas, a todos nos debería de interesar, de preocupar la difusión de las artes sin tanto esperar que tal funcionario o tal dependencia tenga voluntad o hayan puesto a las personas que verdaderamente se preocupen para apoyar, o que tengan la intención de llegar a hacer algo con la comunidad. Por experiencia, lo que hemos visto es que son funcionarios que llegan, que simplemente tratan de llenar ese vacío, que deberían de trabajar para la difusión, para la cultura, buscar espacios en las comunidades, en el extranjero, en los estados.

“Pienso que nosotros como artistas deberíamos de ser más unidos y bueno, congregarnos, discutir como ahora se discuten los temas de derechos humanos en foros y encuentros, por ejemplo”.

–¿No se practica eso definitivamente entre la comunidad artística guerrerense?

–No, creo que cada quien se aisla y viven en su mundo. Pero por eso precisamente creo que les hace falta salir, empaparse del mundo, sentir a la gente, escuchar un testimonio de una compañera que está sufriendo una violación, y en esos ámbitos, en cuestión de la ecología, de qué está pasando, ir a una comunidad y ver cómo se está destruyendo un río, en diferentes situaciones. Ver todo eso y también salir hacia otros estados.

“Como te digo, es cosa de esa idea, de pensar más en comunidad, como comunidad de artistas saldrían muchas ideas si la gente de danza, de la pintura, de teatro, comparten. Es una gran riqueza que está ahí y quizá sólo se está desperdiciando porque cada quien está en su mundo.

“Lamentablemente existe eso, de que algunos ya se sienten no sé qué, que ya no se les puede tocar porque ya son inalcanzables (ríe). Son pedanterías de algunos que se van por ideas equivocadas. Al contrario, el artista debe ser más cercano, más abierto con la gente”.

No hay comentarios: