Fuente: La Jornada de Oriente (Puebla)
AMÉRICA FARIAS OCAMPO
Guillermo Solomón Santibáñez, secretario de Salud de Puebla en el sexenio de Mariano Piña Olaya, está involucrado en dos hechos oscuros: uno que lo liga al presunto narcotraficante de origen chino Zhenli Ye Gon, debido a que se encuentra en la lista de los funcionarios de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) que le otorgaron permisos para importar sustancias químicas, incluido el clorhidrato de pseudofedrina.
El otro, porque autorizó el registro sanitario y la introducción de una prótesis para hernias de disco de la columna vertebral que, lejos de curar los males, ha provocado serios problemas de salud.
Uno de los afectados por la colocación de dicha prótesis de tipo PDN es Guillermo Michel Guzmán, oriundo del estado de Puebla, quien quedó dañado irreparablemente a causa de dicho dispositivo que le colocaron los ortopedistas, Carlos Ricardo Rueda Alvarado y Alejandro Reyes Sánchez, respectivamente.
El 5 de diciembre de 2001, Salomón Santibáñez, quien fungía como Comisionado para la Evaluación y Autorización Sanitaria en la Cofepris, le otorgó el registro sanitario número 2125C2001 SSA a la prótesis PDN Prosthetic Disc Nucleus, fabricada por la empresa holandesa Raymedica Europe y distribuida en México por Hospimédica, SA de CV.
Además, este artefacto, que en su registro tenía que haberse catalogado en la clase III por ser un equipo medico de alto riesgo, fue clasificado por el ex secretario de salud de Puebla en la categoría II, en la que se incluyen aquellos insumos que se colocan en el organismo y permanecen en él en un periodo menor a 30 días.
Hasta ahora hay tres casos registrados de pacientes que han sufrido problemas adversos por la colocación de dicha prótesis. Uno, el de Michel Guzmán, quien tiene su pierna adelgazada y que, con el paso de los años, según los pronósticos médicos, perderá sensibilidad, al grado de que podría permanecer en una silla de ruedas el resto de la vida, y los otros dos fueron reportados por Reyes Sánchez, en un informe fechado el 24 de abril de 2002, donde se detalla que de los 20 implantes aplicados en México sólo dos personas habrían sufrido problemas.
Sin embargo, a pesar de que en el artículo 380 de la Ley General de Salud señala que la autoridad sanitaria competente podrá revocar el registro que haya otorgado si se comprueba que los productos o insumos que se autorizaron constituyan riesgo o daño para la salud humana, en Puebla y en el resto del país se sigue comercializando esta prótesis sin que las autoridades de la Cofepris y la Secretaría de Salud lo impidan.
Por si fuera poco, Alejandro Reyes Sánchez, uno de los ortopedistas más famosos en el gremio a nivel nacional y principal promotor de dicha prótesis en México, y el médico poblano Carlos Rueda Alvarado, la siguen promoviendo y colocando a pacientes con problemas de columna vertebral.
Este dispositivo está sujeto a investigación por la ley federal de la Unión Americana, y la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) no ha aceptado su distribución en este país desde 1997, año que se comenzó a colocar a pacientes suecos y africanos como parte de una investigación clínica, debido a que dicho aparato tiene defectos de fabricación.
En cuanto a al vínculo entre Guillermo Salomón y el presunto narcotraficante Zhenli Ye Gon, de acuerdo con documentos que forman parte de las investigaciones tanto en México como en Estados Unidos, y que están en el expediente 1:07–cr–00181–EGS de la Corte Federal en Columbia, se revela que el chino pudo realizar todas sus actividades ilícitas en México gracias a las facilidades que le dieron las secretarías de Salud, Hacienda y de Gobernación en el sexenio de Vicente Fox.
De acuerdo a Ye Gon, entre los responsables de la mayoría de los permisos que obtuvo para importar sustancias químicas, incluido el clorhidrato de pseudofedrina se encuentran los ex funcionarios de la Comisión Federal para la Protección contra los Riesgos Sanitarios: Guillermo Solomón Santibáñez, quien ahora funge como director del Instituto Nacional de Pediatría y Alberto Carlo Frati Munari, entonces director de Evaluación de Medicamentos y exintegrante del Comité Científico de dicho organismo.
La prótesis
De acuerdo a un reporte sobre la implantación de la prótesis PDN, realizado por Alejandro Reyes Sánchez, ortopedista del Hospital Ángeles del Pedregal, en abril de 2002, el dispositivo empezó aplicarse en la población mexicana en 1999, como parte de un protocolo de investigación, en 20 pacientes de entre 21 y 43 años.
Según el médico, los resultados que obtuvieron los 20 mexicanos a quienes se les implantó la prótesis fueron “muy animados”.
Reyes Sánchez informa que del total de pacientes intervenidos, sólo un caso presentó complicación quirúrgica y dos requirieron cirugía de revisión debido “a las migraciones del dispositivo posteriores”.
Guillermo Michel afirma que fue el primer mexicano a quien Carlos Rueda Alvarado y Alejandro Reyes Sánchez le colocaron la prótesis en su etapa inicial de comercialización, y acusa que con él probaron el dispositivo en su columna sin su consentimiento.
La negligencia
El caso de Michel Guzmán se remonta a 2002, cuando el entonces ciclista de montaña sufrió un leve dolor en la espalda que le provocó una lesión en la columna vertebral.
En esa época, Guillermo Michel, por recomendación de un amigo cercano, visitó al ortopedista Carlos Ricardo Rueda Alvarado, quien consultaba en el Hospital de la Beneficencia Española. Después de analizar su caso, el médico le recomendó una operación inmediata y le dijo que le colocaría una prótesis que era muy efectiva para aliviar dichos males, la cual, según él, ya le había colocado a unos 50 pacientes, quienes respondieron con éxito.
El 12 de marzo de 2002 el doctor Rueda intervino a Michel Guzmán, con lo que obtuvo 200 mil pesos por parte de la aseguradora GNP, empresa contratada por el paciente.
De acuerdo a Michel Guzmán, el 12 de marzo comenzó su sufrimiento, pues cuando salió del quirófano sus piernas comenzaron a sentir un dolor similar a la sensación de pequeñas descargas eléctricas, y a partir de ese día, los dolores se agravaron. En tanto, el doctor se desentendió del problema
Según la víctima, Rueda Alvarado le puso la prótesis sin tomar en cuenta un defecto congénito que le impedía aceptar dispositivos externos en su columna.
De acuerdo con un diagnóstico de la Sociedad Española de Beneficencia de Puebla, Guillermo Michel sufrió “cambios posquirúrgicos con fijación metálica mediante tornillos y barras entre la 15 vértebra transicional y la primera vértebra sacra”.
El ciclista refirió que los días siguientes a la operación fueron una tortura: se redujo su movimiento de piernas y el dolor era insoportable.
Ante ello, solicitó una consulta al médico, quien verbalmente reconoció el mal congénito de Michel y hasta ese momento admitió que la prótesis no era la solución correcta para su problema de espalda.
Pero, lejos de enmendar su error, acusa, el doctor lo abandonó, e incluso, aprovechó unas semanas para irse de vacaciones a Estados Unidos. Como solución inmediata, Rueda Alvarado dejó el caso en manos de su amigo Alejandro Reyes Sánchez, uno de los ortopedistas más famosos en el gremio a nivel nacional y que actualmente se desempeña en el Hospital Ángeles del Pedregal.
Michel Guzmán fue el último en enterarse del cambio de doctor. El agraviado refirió que minutos antes de entrar al quirófano, creyó que Rueda sería quien lo operaría, pues así se lo había prometido días antes.
Sin embargo, afirma, no contaba con que el doctor habría solicitado la ayuda de su “cómplice”, quien a su vez dirige el instituto Vertebrae, especializado en atención de columna y ortopedia.
Ahora Michel Guzmán tiene dificultad para caminar; en su pierna izquierda han dejado de crecer vellos, y según él, de acuerdo a opiniones médicas, en los próximos años perderá sensibilidad, al grado de que podría permanecer en una silla de ruedas el resto de su vida.
Hasta la fecha, Guillermo Michel ha interpuesto tres denuncias: una en la Procuraduría General de Justicia (PGJ) –cuya averiguación previa es la número 2304/2002/DMSV– por responsabilidad médica, en la cual acusa a Carlos Rueda Alvarado y a Alejandro Reyes Sánchez por negligencia médica; otra ante la Procuraduría General de la República (PGR) por responsabilidades profesionales, investigación clínica irregular y lesiones, y una más contra la Cofepris, porque a pesar de conocer que la prótesis a la cual le otorgó un registro sanitario en 2001 causó una reacción adversa no la notificó ni tampoco le retiró la autorización sanitaria a Hospimédica para que dejara de distribuirla.
De las denuncias que Michel Guzmán presentó ante la PGJ, PGR y Cofepris, ninguna ha sido resuelta por las autoridades, al contrario, los funcionarios de la PGJ, PGR y Cofepris sólo le han dado largas y han encubierto a los promotores de dicha prótesis en México, que forman parte del grupo hospitalario Ángeles.
La denuncia que el poblano presentó ante la Procuraduría General de Justicia fue archivada, y el Ministerio Público desconoció la Ley General de Salud, la Norma Oficial Mexicana del expediente clínico y la carta de los derechos generales de los pacientes, por mencionar algunas omisiones.
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