lunes, 1 de junio de 2009

El golpe de la derecha, una llamada de atención para el perredismo michoacano

La acción policiaco-militar unió a la militancia y corrientes del sol azteca

Fuente: La Jornada de Michoacán

La solidaridad con Godoy y la imagen de AMLO alentaron a superar el inmovilismo

ANTONIO A. ESPINOSA Y EDUARDO FERRER

Los ecos del desafuero, de la lucha contra el fraude electoral y de la defensa del petróleo, en fin, de la figura de Andrés Manuel López Obrador, se sintieron ayer en Michoacán. La defensa del gobierno de Leonel Godoy y de la soberanía del estado se convirtió en una llamada a un perredismo que se encontraba dormido después de sus días de vorágine en los años de su fundación, y comenzó a darse cuenta que la unidad y el rechazo a las ambigüedades son la única manera en que podrá detener “el avasallamiento de la derecha”.

Como antaño, el gigante puede despertar de su letargo burocrático y de sus arrebatos intestinos para ponerse otra vez en movimiento. Y la paradoja: la embestida del panista Felipe Calderón logró lo que la incapacidad perredista no pudo durante más de un año: reunificar a todas sus corrientes internas. Unboomerang político-electoral que el habitante de Los Pinos no supo calcular.

Dos gritos decantaron la vuelta a la unidad y sobre todo a la organización del instituto político: “¡No estás solo! ¡No estás solo!” –dirigido al mandatario michoacano– y el de “¡Obrador! ¡Obrador!”, evocando la fuerza del movimiento nacional que encabeza el que para la mayoría de los aquí presentes es el “presidente legítimo”.

En el segundo pleno extraordinario del Consejo Político Estatal del PRD –convocado a raíz de las detenciones de 10 alcaldes y funcionarios estatales orquestado por el gobierno federal– se volvió a inyectar la energía al Frankenstein perredista, que de inmediato puso manos a la obra: primero, volver a tomar las calles, ganarle la plaza a la tímida y flácida militancia panista en la entidad; darle marcaje personal a la principal villana de la trama político-militar-electoral de estos días: Luisa María Calderón, y dirigir las baterías a la campaña por tierra, la cual le ha dado las mayores satisfacciones electorales en los últimos ocho años.

Concentrados en el Teatro Morelos, donde apenas 16 meses antes Leonel Godoy tomaba protesta como el segundo gobernador perredista en la historia del estado, la militancia, enardecida por el pisoteo de la bota autoritaria blanquiazul, atestiguó cómo chuchos y lopezobradoristas al fin coincidían. Y la primera en demostrarlo fue la lideresa estatal, Fabiola Alanís Sámano, quien en todo momento dirigió sus dardos “al usurpador” Felipe Calderón.

Justo a la mitad de su mensaje, arribó al cónclave el mandatario estatal, Leonel Godoy, quien fue recibido de pie por la base y la cúpula aurinegra. Entonces se desató todo.

El diputado federal Antonio Soto –también acusado de vínculos con la delincuencia–; el senador Silvano Aureoles; el coordinador de los diputados locales, Raúl Morón Orozco; la secretaria de la Mujer, Cristina Portillo; el senador Jesús Garibay; el coordinador de los senadores, Carlos Navarrete; el candidato a diputado federal, Alejandro Encinas y el propio Godoy Rangel, uno a uno acusaron al gobierno federal de violar la soberanía del estado y de darle un uso electorero al operativo militar en contra de sus correligionarios.

Sí, el lopezobradorismo opacó a los pocos chuchistas presentes. Pero cuando Encinas Rodríguez y Navarrete Ruiz evidenciaban que los sexenios priístas y panistas son los responsables del florecimiento del narcotráfico en el país, desde su lugar el candidato a diputado por el Distrito 01 de Lázaro Cárdenas, Julio César Godoy, gritaba: “Sí, fueron Vicente y Martita”.

Como en un guión mal trazado, mientras Jesús Garibay narraba de las penurias a las que se están enfrentando los 30 detenidos –en particular el acoso a Citlalli Fernández– alguien bajó el switch y todos hablaban ya de un boicot. Los ánimos se calmaron cuando regresó la luz, y el senador Garibay resumía el sentimiento actual del partido: “ni aunque nos apaguen la luz nos podrán callar”.

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