martes, 19 de mayo de 2009

Papelera internacional utiliza terrenos comunales sin autorización

Deposita desechos en más de 20 hectáreas de propiedad ejidal, se queja comisariado

Fuente: La Jornada de Michoacán

MARTIN EQUIHUA (Corresponsal)

Uruapan, 17 de mayo.- La transnacional sueca Svenska Cellulosa Aktiebolaget, productora de papel y productos higiénicos en Uruapan, mantiene la posesión ilegal de más de 20 hectáreas, donde 20 camiones de carga y maquinaria pesada abren nuevas fosas para desechos de su proceso productivo, a pesar de no contar con el consentimiento de la autoridad comunal de Caltzontzin,

Autoridades comunitarias se quejan de no haber sido tomadas en cuenta por la empresa, a pesar de que a nivel internacional ha sido distinguida por su preocupación ambiental y vinculación social. Sin embargo, aseguraron que la papelera ha aceptado reunirse con ellos mañana.

El presidente del Comisariado de Bienes Comunales, Santiago Aguilar Rangel, descartó que la asamblea de comuneros acordara rentar tierras a la empresa y aseguró que en el archivo comunal no hay registro de contratos de renta, si bien el rentismo se permite como una práctica unilateral de algunos comuneros. Por la magnitud de esta ocupación, “se requiere autorización del comisariado y, sobre todo, de la asamblea comunal, máxima autoridad, pues las tierras son de todos, aunque se asignen parcelas individuales”, apunta.

Se trata de un área superior a 20 hectáreas, localizada al oriente de Uruapan, en un predio ubicado entre la cascada El Salto y El Cerrito, en medio de los núcleos agrarios de Zirimícuaro y Caltzontzin.

Se observa actividad constante de camiones que remueven tierra y otros que trasladan toneladas de residuos blanquecinos que, a decir de la regidora Telma Berenice González Montoya, serían “lodo de celulosa y carbonatos”, depositados en capas de más de tres metros de espesor, en fosas enormes que eventualmente, serán cubiertas por tierra. La dimensión de la superficie se aprecia desde el aire y puede constatarse incluso mediante el sistema Google Earth.

Hace días, la regidora que preside la comisión de ecología advertía a La Jornada Michoacán: “tiran residuos contaminantes en Caltzontin y pagan para que no se diga nada por sepultar esos desechos y por dejar otros a suelo abierto”. Dijo entonces que acudiría al sitio con personal de un laboratorio certificado para determinar el tipo de contaminantes, pues había una queja ciudadana de por medio, y que pedirá “con urgencia la intervención de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente”.

Ayer, González Montoya aseguró que ya platicó con los directivos y “dijeron que estaban cumpliendo la Norma Oficial Mexicana 83”, y que en la nueva fosa instalarán la membrana protectora que indica dicha normativa. Además el desecho es de “lodo de celulosa y carbonatos” y que no hay cloro en los residuos. Se llevó “una muestra que en la semana entregaré al Instituto Tecnológico Superior de Uruapan” para determinar su composición.

Agregó: “ellos aseguran que tener un contrato de renta que presentaron para que la autoridad federal les otorgara permiso de descarga”, y que el pasado viernes les solicitó por escrito “una ficha informativa y la documentación correspondiente que la sustente”, sobre la regularidad y sustentabilidad del vertedero a cielo abierto.

Más allá de afectaciones ambientales, la comunidad indígena no ha tenido beneficio económico, dice el representante agrario que tiene varias semanas buscando una reunión con los directivos de la empresa.

Un discurso ambiental global

La empresa sueca absorbió mediante el esquema de asociación a la empresa local subsidiaria de Industrial Papelera de México, que a su vez absorbiera a Papelera de Occidente, sucesora formal de Michoacana de Occidente, una de las principales depredadoras de los bosques michoacanos hacia la tercera parte del siglo XX.

La transnacional sueca de celulosa de papel produce productos higiénicos, de empaque y papeles para publicación; es dueña de las marcas Saba, Regio y Tork, entre otras, y abastecedora de grandes cadenas como Walt Mart.

Tiene plantas productoras en 60 países, más de 50 mil empleados y está presente con su producción en 90 naciones del orbe. En Uruapan mantiene una apreciable planta laboral cercana a 500 empleos.

Por lo demás, y a juzgar por la información de su sitio web, la papelera mantiene la salud ambiental a través de iniciativas que informa en sus reportes anuales de sustentabilidad. Presume un conjunto de valores y un código de conducta donde destaca el respeto a derechos humanos, medio ambiente y lo que llama “relaciones comunitarias”, pues estaría “comprometida a realizar una contribución social positiva a las comunidades en las que opera”. En la planta Uruapan, en cambio, ningunea a la autoridad comunal de las tierras que usa como tiradero de sus desechos.

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