lunes, 4 de febrero de 2008

Las presas y los presos políticos en México


Tal vez algunas personas preferirían que hablara yo de la situación que sufrimos especialmente las presas, también los presos, pero especialmente las presas en el momento de nuestra detención y la situación carcelaria que incluye tortura, violaciones sexuales, abusos, discriminación. Hablar de esto desde luego que causaría indignación y nos ayudaría a comprender la realidad de todos estos hombres y mujeres que vivimos en las prisiones por motivos políticos, pero mi intención en este trabajo es otra. Quiero hablar de las cifras frías que nos ayuden a quitar la venda de los ojos, que nos ayuden a pensar que los presos y las presas políticas son cosas del pasado. Entonces empezaremos hablando del pasado y el presente de los presos y las presas políticas.

Recordemos que Vicente Fox creó la Fiscalía Especial de Movimientos Sociales y Políticos del Pasado. En cifras de la FEMOV, de esta fiscalía es decir, que abarca de 1970 a 1982, es decir el periodo conocido como Guerra Sucia existieron 1447 personas desaparecidas de las cuáles 1650 fueron liberadas o localizadas y 747 aún sufren desaparición forzada. Como su nombre lo indica, la idea que se quería dar es que los encarcelamientos y las desapariciones políticas, así como las torturas y violaciones eran asunto del pasado.

¿Qué hace que una generación olvide lo que nos sucedió a las anteriores? ¿Cómo senos hace olvidar y minimizar estos crímenes? ¿Acaso los encarcelamientos y la desaparición forzada política y como medio para destruir y controlar el movimiento social no ha sido una constante en México desde mediados del siglo pasado?

Durante los cincuentas y sesentas el Estado utilizó al ejercito y a las fuerzas públicas contra villistas, jaramillistas, ferrocarrileros, maestros, médicos, campesinos, indígenas, estudiantes y artistas. En la década de los sesentas y setentas sucedieron diversas masacres: la de Coqueros en Acapulco, la de Atoyac contra padres de familia, la de Chilpancingo e Iguala contra estudiantes, la de Tlatelolco y el jueves de Corpus también contra estudiantes en el Distrito Federal. Esto provocó que una parte de la disidencia optara por la lucha clandestina armada.

De 1970 a 1982 se les combatió con la llamada la Guerra Sucia, durante la que hubo 15 mil detenciones detenciones ilegales, datos también aportados por la SEVOM, sufridos por guerrilleros y luchadores sociales por igual. Durante la segunda mitad de la década de los ochentas e inicios de los noventas, es decir después de la Guerra Sucia, los encarcelamientos, las desapariciones continuaron mayormente contra campesinos, indígenas, estudiantes y contra opositores al PRI debido a las luchas contra el fraude electoral. Durante este lapso se vieron diversas masacres en Chiapas y la de Aguas Blancas en Guerrero.

De 1990 a 2007, es decir en la actualidad que se nos pretendió presentar como democrática y de respeto a la legalidad, las cifras desnudan fríamente la realidad.

Dando cifras muy conservadoras, ya que este análisis únicamente incluye los casos documentados y que además se han dado a conocer en los medios de comunicación, podemos asegurar que de 1992 a noviembre de 2007 fueron encarceladas por lo menos 1718 disidentes sociales y políticos. De ellos 1407 hombres y 311 mujeres. Para noviembre de 2007 habían sido liberadas 1480 personas, muchos de ellos continúan bajo proceso y 238 permanecen aún en prisiones de varios estados del país.

La variación de las cifras de presos y presas que comúnmente se han dado, por ejemplo 300 en el 2000 y 500 a mediados del 2006 y comienzos del 2007, se debe a que esa es la cantidad de presos que en ese momento estaban en las cárceles. Pero la medida de la represión, del uso de la fuerza por demás ilegal para controlar y debilitar movimientos sociales y políticos los da la cantidad de personas que fueron encarceladas aunque haya permanecido en prisión un corto tiempo; en especial porque la mayoría de ellas fue golpeada, torturada o violada sexualmente.

1718, de 1992 a 2007 es un número que nos habla de un grave problema de actualidad. Tan sólo en el primer año de Felipe Calderón fueron encarceladas 267 personas por motivos políticos y sociales; 614 en el sexenio de Vicente Fox.

La tragedias de las desaparecidos también es presente. De 1990 a 2007 fueron desaparecidas y desaparecidos 155 personas disidentes políticos. De estos 108 corresponden al sexenio de Vicente Fox y al primer año de Felipe Calderón.

Las formas de legalizar la ilegalidad de la prisión política

PRIMERO. Las detenciones son arbitrarias ilegales, violentas. En la mayoría de los casos hay maltrato, golpes, tortura o violación sexual. Se sataniza el movimiento social, entonces reprimirla se presenta como un mal necesario. En él intervienen corporaciones federales y estatales.

SEGUNDO. La militarización de las corporaciones policiacas es un hecho ya. Tenemos muchos ejemplos, por ejemplo el Secretario de Seguridad Pública Estatal en el estado de Guerrero es el Almirante Eriberto Salinas Altés, quien anteriormente fuera comandante de la 18a zona naval. Tenemos el caso también de Wilfredo Robledo, quien fuera el jefe de la ASE (Agencia de Seguridad Estatal), quien reprimió a Atenco, como jefe de la ASE. Tenemos el caso de Mariano Herrán Salvati quien fuera fiscal antidrogas de la PGR y después fue nombrado procurador de justicia en el estado de Chiapas.

Los operativos son cada vez más conjuntos entre ejercito, policía federal, PGR y policías estatales.

TERCERO. Se legaliza la arbitrariedad fincando procesos y atribuyéndoles delitos comunes. La mayoría de los presos y presas políticas están procesados o sentenciados por delitos como secuestro, secuestro equiparado, homicidio, tentativa de homicidio, posesión de armas, terrorismo, delincuencia organizada, daños a las vías de comunicación, daños en propiedad ajena, robo y apropiación de bienes. Entre paréntesis, esto es algo que se debe considerar seriamente si deseamos impulsar una ley de amnistía, pues si ésta no incluyera estos delitos graves no tendría utilidad para liberar a los presos políticos.

CUARTO. Si el encarcelamiento en prisiones de máxima seguridad que lleva como objetivo de la dispersión y aislamiento de los presos. Por eso vemos que los presos de Oaxaca fueron llevados a Nayarit, a lugares lejanos, muy lejanos de Oaxaca, del lugar de origen del movimiento; así como los presos de Atenco fueron llevados, algunos, a Santiaguito, al municipio de Almoloya y otros al penal de máxima seguridad.

QUINTO. Otra forma de legalizar la ilegalidad de la prisión política es la reforma judicial. Se reforman al menos tres artículos de la Constitución, para elevar a nivel constitucional el arraigo, el allanamiento y las intervenciones en las comunicaciones, la detención sin orden de aprensión, la figura de jueces de control y los juicios orales sin jurado, con la justificación que se trate de delincuencia organizada. Pero la delincuencia organizada se define en una manera muy amplia en esta ley como: “la organización de hecho de 3 o más personas para cometer delito en forma permanente o reiterada”. Es decir, cualquier persona o cualquier organización podría estar incluida en esta definición si se le atribuye que fue hecha para hacer delito.

De esto puedo hablar por experiencia propia. Yo tuve ese cargo precisamente, delincuencia organizada. Muchos presos políticos también lo tienen y para hacerlo, por ejemplo en mi caso, fui detenida sola y sin embargo me unieron con otras tres personas: mi esposo y otro matrimonio detenido muy lejos de donde me detuvieron a mí, para presentarnos a los cuatro y justificar que al ser cuatro personas ya era una…se configuraba la delincuencia organizada. Esto lo he visto en el caso de muchos presos políticos, se les detiene en dispersos lugares y se les presenta juntos para decir que forman parte de una organización delincuencial.

Las palabras del presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Sergio García Ramírez, son precisas. Las cito: “se hecha mano del orden penal como instrumento non del control social, sale a todas las calles y ocupa todas las plazas, vigila las conductas y las conciencias, es intenso y extenso, desmesurado, fractura las leyes y exacerba las amenazas y los castigos.” En otras palabras, la norma penal es utilizada para infundir terror en los regímenes autoritarios e ilegítimos.

Este ha sido un pequeño análisis muy breve. Lo único que les pido a ustedes es que reflexionen sobre de él, que piensen y que esto les sirva para ver el dramatismo que estamos viviendo actualmente, que no es algo del pasado, que es algo actual, que nos ayude a explicarnos o a preguntarnos al menos cómo es que llegamos en algún momento a pensar que todo esto era cosa superada, cosa que había quedado en el pasado y que ahora ya no volveríamos a verlo.

~ por mujeresylasextaorg o­n Febrero 1, 2008.



http://mujeresylasexta.org


Fuente: Kaos en la Red

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